DESCLASIFICACIÓN DE DOCUMENTOS DESTAPA LOS ATENTADOS TERRORISTAS Y OTROS CRÍMENES DE LA SANTA ALIANZA CAPITALISTA EN EUROPA. Documentos secretos sobre Gladio y la Logia Masónica P2 puestos a disposición por el gobierno italiano. La OTAN no se ocupa de nuestra seguridad nacional, sino de satisfacer los deseos delirantes de poder absoluto de la oligarquía financiera sionista que controla el hemisferio occidental. Sin embargo, si usted pregunta a cien personas de su entorno social qué es Gladio, ninguna sabrá responderle. Y si aclara que Gladio es una trama criminal de la OTAN que asesina a ciudadanos europeos, le tomarán por loco. Pero se trata de hechos que fueron confesados por uno de los terroristas, Vincenzo Vinciguerra, confirmados por investigaciones posteriores iniciadas por el juez Felice Casson y sistematizados en una tesis doctoral de Daniele Ganser que es hoy un libro de fama mundial. La reciente desclasificación de documentos confirma, con fuentes primarias, lo que ya sabíamos gracias principalmente a fuentes secundarias exhaustivamente citadas en la tesis de Ganser.  

EL EX PRESIDENTE ITALIANO FRANCESCO COSSIGA ACUSÓ A EEUU E ISRAEL DE ORQUESTAR EL 11-S

LA REALIDAD DE GLADIO COMO BRAZO TERRORISTA Y GOLPISTA DE LA OTAN

A continuación repasaremos la actualidad periodística para levantar acta de las mentiras propaladas por los medios de comunicación oligárquicos occidentales —«profesionales» del prensa— sobre el atentado de la Estación de Bolonia, uno de los muchos crímenes de la OTAN contra sus propios conciudadanos, compatriotas y contribuyentes. Nuestro método consistirá, como siempre, en cotejar la propaganda de las presstitutas con la bibliografía científica existente:

En la obra de Daniele Ganser Los ejércitos secretos de la OTAN [original en inglés publicado en 2005 (Nato’s Secret Armies. Operation Gladio and Terrorism in Western Europe)], se refutan hasta la saciedad las manipuladoras omisiones de «Euronews». Véase el texto completo en castellano de la tesis/libro subido por Red Voltaire:

https://www.archivochile.com/carril_c/cc2012/cc2012-065.pdf

Nosotros citaremos aquí de la traducción al español en papel publicada por la editorial El Viejo Topo Los ejércitos secretos de la OTAN. La Operación Gladio y el terrorismo en Europa (2010) [circunstancia de la que advertimos porque la numeración de las páginas no es la misma.] 

En la p. 28 del libro citado resume Ganser el objeto de su tesis:

En el caso de una invasión soviética de Europa occidental, los soldados secretos de Gladio bajo el mando de la OTAN habrían formado una red llamada «stay-behind», operando las las líneas enemigas, fortaleciendo y construyendo movimientos de resistencia local en territorio enemigo, evacuando pilotos derribados y saboteando las redes de suministros y los centros de producción de las fuerzas de ocupación con explosivos. Pero la invasión soviética nunca llegó. El peligro real e inminente a los ojos de los estrategas militares de Washington y Londres eran los partidos comunistas de las democracias europeas occidentales, en aquel momento poderosos numéricamente. Por lo tanto la red, al comprobar la imposibilidad de tal invasión tomó las armas en numerosos países y emprendió una guerra secreta contra las fuerzas políticas de la izquierda. Los ejércitos secretos, tal y como sugieren las fuentes secundarias ahora disponibles, estuvieron implicados en toda una serie de operaciones terroristas y violaciones de los derechos humanos, de las que culparon a los comunistas para poder desacreditar electoralmente a la izquierda. Las operaciones siempre estuvieron dirigidas a propagar el miedo entre la población, incluyendo desde la detonación de bombas provocando masacres en trenes y mercados (Italia), el uso sistemático de la tortura contra los opositores al régimen (Turquía), el apoyo a golpes de estado de ultraderecha (Grecia y Turquía), hasta la erradicación de los grupos de oposición (Portugal y España). Cuando los ejércitos secretos fueron descubiertos, la OTAN, así como los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, rechazaron hacer declaraciones sobre lo que la prensa denominó «el secreto político-militar mejor guardado y más dañino desde la segunda guerra mundial» («The Observer», 18 de noviembre de 1990). 

El autor ya avisa, por tanto, que se basará en fuentes secundarias. El motivo es que las fuentes primarias, por definición, se encuentran clasificadas; siendo así que se trata de ejércitos «secretos» y la OTAN o el Pentágono nunca admitirán de buen grado la comisión de gravísimos crímenes de guerra o lesa humanidad, máxime contra ciudadanos de países de la OTAN. Otra cosa es que los políticos electos y los medios de comunicación, cuyo deber es informar a la ciudadanía afectada por todas estas atrocidades, obedezcan a la oligarquía financiera sionista y operen como agencias de propaganda y encubrimiento de los criminales. Todo ello en nombre de la democracia y los derechos humanos.

El masón ultracatólico y de extrema derecha Licio Gelli.

Oigan el video, subido el 2 de agosto de 2020. Políticos italianos reivindicando «una verdad y justicia plenas» ante los familiares de las víctimas. Parecería un chiste si tenemos en cuenta, no ya lo que sostiene y oculta la «noticia», sino incluso aquéllo que llega a reconocer, por cuanto salpica de sangre —sin asumir las consecuencias— a la entera derecha italiana (excepción hecha de Aldo Moro, asesinado por esa misma derecha) que ha gobernado Italia durante décadas. En el minuto 0:26 escuchamos que la masacre «sigue sin esclarecerse del todo», pretensión que, tras la publicación de la obra de Ganser en 2005, equivale a mentir conscientemente. En el minuto 0:58 se admite, para más escarnio, la participación de la logia masónica Propaganda 2 o P-2 (Propaganda Due). El Gran Maestro de esa masonería ultracatólica de extrema derecha era el «neofascista» Licio Gelli, pero de ella formaban parte decenas de personalidades de la vida pública italiana, incluido Silvio Berlusconi. Por si fuera poco, está probada también la estrecha vinculación de P-2 con el Vaticano:

Las conexiones del “Banquero de Dios” Roberto Calvi con el Gran Maestro Licio Gelli le dieron un particular enfoque de atención a la prensa y a la policía, causando que la logia (luego secreta) fuera descubierta. La policía encontró una lista de adherentes en la casa de Gelli, en Arezzo en marzo de 1981, con más de 900 nombres, con muy importantes funcionarios estatales, importantes políticos (4 ministros, 44 diputados), y oficiales militares, muchos de éstos enrolados en la SISMI (Servicio Secreteo Italiano). Notablemente, el que sería presidente del Consejo de ministros italiano Silvio Berlusconi estaba en la lista, pero en esos momentos no era cuadro político. (…) / En septiembre de 1978, el periodista Mino Pecorelli, antiguo miembro de la logia P2, había escrito un artículo titulado El Gran Alojamiento del Vaticano, dando los nombres de 121 masones dentro del Vaticano. La lista estaba integrada por cardenales, obispos, y prelados de alto rango. Los nombres de Jean Villot, su Ministro de Asuntos Exteriores, el cardenal Paul Marcinkus, jefe del Banco del Vaticano, y Pasquale Macchi, su secretario personal estaban en la lista. / Pecorelli fue asesinado a tiros el 20 de marzo de 1979.

Fuente: https://www.diariomasonico.com/reportajes/logia-p-2/

En la Wikipedia se admite, citando fuentes, lo siguiente:

En 1966 el Gran Maestro de la logia Grande Oriente d’Italia (GOI) Giordano Gamberini y el Gran Maestro adjunto Roberto Ascarelli, bajo órdenes de Frank Gigliotti y Richard McGarrah Helms (de 1966 a 1973 Director de la CIA), poderosos masones a escala internacional, elevaron a grado de Maestro a Licio Gelli y lo introdujeron dentro del Propaganda Due, la cual Gelli alcanzaría a presidir a partir de 1970, cuando fue elevado al grado de Gran Maestro.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Licio_Gelli 

Notas 19 y 20 de la Wikipedia:

  1. Masones: Todos sus secretos al descubierto / de Gioele Magaldi y Laura Maragnani
  2. Chi era Licio Gelli e che cos’era la P2 / Diario LA STAMPA 16/12/2015

EL FRAUDE DE LA PRESUNTA MASONERÍA ATEA, COMUNISTA Y SATÁNICA (3). EL CASO LÉO TAXIL O LA INVENCIÓN DE LA SINAGOGA DE SATÁN

La masonería es una asociación secreta de oriudez británica e ideología cristiano-conservadora, antagónica del comunismo, con fortísima implantación en los EEUU. En el fragmento de la Wikipedia citado supra llama la atención el hecho de que Richard Helms aparezca directamente involucrado en el ascenso de Gelli dentro de la masonería, porque Hems fue director de la CIA. En todo caso, P-2 no era rara avis dentro del mundo de las logias, como a veces se pretende para lavarle la cara a los masones, siendo así que, como hemos visto, los líderes del Grande Oriente italiano la promovían.

Es probable que los piduisti [miembros de P-2] no fueran masones verdaderos sino que simplemente usaran esa palabra por arte de birlibirloque. De hecho, la masonería es algo mucho más serio e interesante: una filosofía de vida -abierta a cualquier religión- que se acerca a la numerología, el esoterismo, el simbolismo o la alquimia, y que busca el cambio a través de un duro recorrido de vida.

Fuente: Julio Ocampo: La logia infinita

¡Por arte de birlibirloque la masonería resulta ser algo mucho más serioejemplos de esa «seriedad»: la alquimia, la numerología, el esoterismo…(¿?)—: una asombrosa a acotación! Así pues, para Ocampo, los piduisti eran verdaderos fascistas, pero no verdaderos masones, cuando todo indica justamente lo contrario. El artículo constituye una continuación por otros medios de las estrategias de ocultamiento y fabricación de pistas falsas por parte de la policía en el atentado de Peteano con que estalló el desencubrimiento de la red Gladio:

El 31 de mayo de 1972 un auto bomba estalló en un bosque cercano al pueblo llamado Peteano, en Italia, dejando un herido grave y un muerto entre la policía uniformada italiana. Los carabineros habían llegado al lugar después de recibir una llamada telefónica anónima. Al inspeccionar un auto Fiat 500 allí abandonado, uno de los carabineros levantó el capó, provocando así la explosión. / Dos días después, una nueva llamada telefónica anónima reclamaba la autoría del atentado en nombre de las Brigadas Rojas, grupúsculo terrorista que trataba en aquel entonces de romper el equilibrio del poder en Italia mediante la realización de tomas de rehenes y de asesinatos de altos personajes del Estado. La policía se volvió inmediatamente hacia la izquierda italiana y encarceló a cerca de 200 comunistas. Durante más de 10 años los italianos vivieron convencidos de que el acto terrorista de Peteano había sido obra de las Brigadas Rojas. / Posteriormente, en 1984, Felice Casson, un juez italiano, decidió reabrir el caso ya que le intrigaban toda una serie de irregularidades y falsificaciones cometidas alrededor del drama de Peteano. El juez Felice Casson descubrió que la policía no había investigado el lugar de los hechos. También notó que el informe que había concluido en aquel entonces que los explosivos utilizados eran los mismos que utilizaban tradicionalmente las Brigadas Rojas era en realidad una falsificación. / Marco Morin, un experto en explosivos de la policía italiana, había proporcionado deliberadamente conclusiones falsas. Morin era miembro de la organización italiana de extrema derecha Ordine Nuovo y, en el contexto de la Guerra Fría, había aportado así su contribución a lo que él consideraba una lucha legítima contra la influencia de los comunistas italianos. El juez Casson logró probar que, al contrario de lo que había concluido Morin, el explosivo utilizado en Peteano era el C4, la sustancia explosiva más poderosa de aquel entonces y que también formaba parte del arsenal de las fuerzas de la OTAN.

Fuente: Los ejércitos secretos de la OTAN: Operación Gladio, por Daniele Ganser.

Estamos ante hechos judicializados y probados que, naturalmente, no terminan aquí, sino que culminan el 3 de agosto y luego 24 de octubre de 1990 en la famosa confesión de un estadista: Giulio Andreotti. Pero el más reciente reconocimiento de que P-2 «participó» en la matanza de Bolonia, significa, en realidad, que P-2 se limitó a transmitir la autorización del todo vale (a efectos de impedir que la izquierda ganara las elecciones en Italia) procedente de esferas masónicas más altas. Y, en consecuencia, que en este crimen están involucrados los poderes oligárquicos occidentales. Hablar de meras «relaciones con la CIA» (Ocampo) es ya minimizar la responsabilidad de esos poderes. Aquéllo que se infiere de la evidencia es una cadena de mando que dimana de la cúspide del poder, la oligarquía financiera, y pasa por distintos escalones descendentes (OTAN, CIA, MI6 y servicios secretos italianos) para, finalmente, desembocar en las mentes ultracristianas o evolianas transtornadas de los títeres de Gladio, la carne de cañón ultraderechista y pseudo fascista. Todo ello cabe afirmarlo con seguridad aunque no podamos aseverar de quién procede concretamente, en última instancia, la autorización oligárquica transmitida a la OTAN de utilizar cualquier medio (incluido el asesinato de ciudadanos inocentes por mercenarios stay-behind) para abortar la posibilidad misma de un gobierno italiano de izquierdas. Los Núcleos Armados Revolucionarios (NAR), juzgados y condenados a la postre por la masacre, no actuaron por su cuenta; nunca fueron una banda de fascistas «incontrolados», sino sicarios de la oligarquía sionista. (Valerio Fioravanti niega incluso su participación en el atentado.)

HACIA LA AUTODESTRUCCIÓN DEL SISTEMA CAPITALISTA (1). EL PROBLEMA DEL CAPITAL FINANCIERO

Evidencia: Francia e Inglaterra declararon la guerra a Alemania, no a la inversa. Rusia no le declaró la guerra a Alemania, fue Alemania la que invadió Rusia sin declaración de guerra y traicionando un pacto de no-agresión. Para que un fascista o un nacionalsocialista que había militado y luchado contra las fuerzas aliadas occidentales se «pasara de bando» y colaborase con sus enemigos radicales de ayer, tenía que autoconvencerse o ser adoctrinado. El argumento/coartada para la mayoría, educada en la religión luterana o católica, era siempre el mismo: «¿Eres cristiano? Pues resulta que el comunismo es ateo y satánico». Para los fascistas no-cristianos, una minoría impermeable a los estímulos religiosos abrahamánicos en el bando del Eje, usaron al escritor-estafador Julius Evola, alguien que reivindica la magia para mejor destrozar la capacidad de raciocinio de sus seguidores. El creyente tiene que renunciar voluntariamente a la razón, usurpada por una disposición fundamental a la sumisión (obediencia) que lo convierta en un zombi utilizable por las agencias de inteligencia de la oligarquía. Pero en ese mismo momento el fascista o nacionalsocialista deja de serlo y se convierte en un auxiliar bíblico ultraderechista de Wall Street/City de Londres, nido del cuco de la oligarquía. Ahora bien, el comunismo, por motivos que no vienen ahora al caso, puede ser un adversario del fascismo o del nacionalsocialismo, pero no su enemigo último y radical: el pacto Hitler-Stalin acredita esta pretensión. El ataque de Hitler a la URSS —la traición nazi al pacto Molotov-Ribbentrop— obedece a razones geoestratégicas, no ideológicas. Empero, desde que ha decidido desencadenar la Operación Barbarroja, Adolf Hitler renuncia también a toda credibilidad en orden a promover un nuevo pacto con Stalin, los errores geoestratégicos adquieren substancia doctrinal («si no vives como piensas, pensarás como vives») y, perdida la guerra, a los nazis sólo les queda la opción de intentar aliarse con Occidente contra la URSS. Algunos jerarcas nazis, con el consentimiento del Führer, intentan jugar esa carta, que naturalmente los diplomáticos occidentales no tomarán en serio, pero sí los espías aliados ocupados en aprovechar los restos del Tercer Reich a nivel táctico. Es en ese justo instante que dan un paso al frente —y pactan entre sí— figuras como Reinhard Gehlen y Tom Angleton. No será —una vez más hay que insistir en ello— una relación basada en la ideología, sino en la coyuntura bélica y política. Para «justificarla» en conciencia será menester, sin embargo, una suerte de reconversión ideológica subjetiva del fascista o del nacionalsocialista donde el sionismo queda relativizado, el comunismo deviene en nuevo «mal absoluto« y el fascismo o el nacionalsocialismo redefínense como nudos anti-comunismos cristianos de extrema derecha. Ahora bien, en la argumentación fascista o nacionalsocialista clásica, los rojos eran financiados por la banca judía y de ahí, no de su socialismo, procedía la razón de la enemistad política antisemita. La trampa del comunismo no era el comunismo en cuanto tal, sino su solapado sionismo. Obstáculo que Stalin removió con la liquidación de los líderes bolcheviques judíos en los procesos de Moscú y la persecución del trotskysmo hasta el asesinato de su cabecilla, el judío Trotsky. ¡¡¡Era el requisito del pacto con Hitler!!! Poco parece, en consecuencia, que tenga sentido aliarse con el financiador (Wall Street, City de Londres) para combatir al financiado (Moscú). Pero el cristianismo, sumado a la cobardía, los intereses del momento y la irredimible idiotez de los ultraderechistas católicos (o cristianos), obra esos milagros. Tampoco resultará extraño ya, por tanto, detectar en Ucrania batallones «nazis» (¿?) luchando al servicio del judío y traidor a Ucrania Volodímir Zelenski, títere de la oligarquía judía occidental en ese país. El cebo ideológico es siempre el mismo: una religión judía para gentiles denominada judeo-cristianismo

DENTRO DE CADA CRISTIANO HAY UN JUDÍO O EL SIONISMO EN LA DOCTRINA CATÓLICA

El judío Zelenski con rabinos de la secta racista y supremacista judía Chabad.

Con lo expuesto establecemos también, de paso, la premisa insoslayable, necesaria pero no suficiente, para la definición del fascismo/nacionalsocialismo: es fascista/nacionalsocialista un grupo, movimiento social, Estado, sujeto jurídico-político o persona cuyo enemigo, en el sentido schmittiano del término (aquél con quien no se puede pactar jamás), es la oligarquía sionista. La finalidad última del fascismo/nacionalsocialismo pasa necesariamente por el exterminio físico de dicha oligarquía. Bien es verdad que el  fascismo/nacionalsocialismo no se agota aquí, pero la expuesta constituye su conditio sine qua non en el terreno de la geoestrategia, la diplomacia y la política internacional. De tal suerte que, cuando un presunto fascista o nacionalsocialista acepta aliarse con la oligarquía sionista contra quienquiera que ésta decida estigmatizar como mal absoluto (comunismo, islam, Irak, Siria, Rusia, China…), ya no puede continuar considerándose de iure fascista o nacionalsocialista. 

Israël et le 11 de setembre. Le grand tabou, de Hichem Hamza.

Las estrechas conexiones entre la logia ultracatólica P-2 y Gladio han sido oficialmente reconocidas, como hemos apuntado supra, tras una reciente desclasificación de documentos:

Draghi desclasifica documentos de la logia masónica P2 y el grupo paramilitar Gladio.

Los documentos secretos sobre Gladio y la Logia Masónica P2 puestos a disposición por el gobierno italiano.

La logia P-2 y un banco vaticano, implicados en un mismo escándalo.

Pero ya conocíamos dichas vinculaciones oligárquicas, masónicas o no, gracias a la obra de Ganser, muy anterior (2005). Los documentos desclasificados confirman la tesis de Ganser y la denuncia de Vinciguerra, todavía más anterior (1984). Por ende, cabe hablar, rigurosa y legítimamente, de atentados ultraderechistas o «neofascistas» (entendiendo que este «neofascismo» representa, en realidad, un redomado antifascismo), pero nunca de «atentados fascistas» en sentido estricto. Dicha traición de la derecha, como hemos ya esbozado, sólo puede perpetrarla el cristiano, cuya verdadera comunidad y causa es globalistano la nación, patria «carnal», sino la comunión, una entidad transnacional y mundialista denominada iglesia que promoviera el psicópata judío Saulo de Tarso. Dicho en otros términos: fundada, precisamente, por el nacionalismo judío para aniquilar desde dentro «las Naciones» gentiles promoviendo las pautas de conducta individualistas y anti-comunitarias globalistas características del judeo-cristianismo; en última instancia —y una vez secularizada esta religión—, para promover, como denuncia Karl Marx, el capitalismo liberal occidental, una máquina de hacer picadillo los pueblos del mundo. Porque, sea cual fuere el juicio que nos merezca el fascismo, un verdadero fascista, es decir, un nacionalista radical, nunca atenta conscientemente —trabajando a sueldo de un poder extranjero— contra su propio pueblo. Es la denuncia de Vincenzo Vinciguerra, que nosotros asumimos aquí en su integridad y con mayor radicalidad, si cabe, al hacer nuestros los argumentos de Friedrich Nietzsche y Adolf Hitler contra el judeo-cristianismo. Adolf Hitler dixit:

Der schwerste Schlag, der die Menschheit getroffen hat, ist das Christentum; (…) Durch das Christentum ist in die Welt gekommen die bewusste Lüge in den Fragen der Religion; (…) / In der antiken Welt lag über dem Verhältnis des Menschen zur Gottheit der Schimmer ahnender Ehrfurcht; sein Kennzeichen war Duldsamkeit. Dem Chistentum war es vorbehalten, Ungezälhte im Namen der Liebe grausam zu töten; sein Kennzeichen: Unduldsamkeit. / Ohne das Christentum würde es keinen Mohammedanismus gegeben haben; das römische Reich hätte sich unter germanischer Führung zur Weltherrschaft entwickelt und geweitet: Die Menschheit würde nicht um fünfzehnhundert Jahre in der Entwiclung zurückgeworfen worden sein. Auf die Dauer vermögen Nationalsozialismus und Kirche nicht nebeneinander zu bestehen.

Fuente: Adolf Hitler Monologue im Führer-Hauptquartier 1941-1944, München, Wilhelm Heine Verlag, 1982, pp. 40-41.

TRADUCCIÓN

La llegada del cristianismo es el golpe más fuerte jamás recibido por la humanidad. (…) Fue el cristianismo quien introdujo en el mundo la mentira deliberada en materia religiosa. (…) En el mundo antiguo, la relación entre hombres y dioses se fundaba en el respeto instintivo. Era un mundo iluminado por la idea de tolerancia. El cristianismo fue el primer credo del mundo que exterminaba a sus adversarios en nombre del amor. Su idea fundamental es la intolerancia. Sin el cristianismo, no habríamos tenido el islam. Y el imperio romano, bajo influencia germánica, se hubiera desarrollado orientándose hacia el dominio del mundo, con lo que la humanidad no hubiera puesto fin de un solo golpe a quince siglos de civilización. (…) A largo plazo nacionalsocialismo y religión no podrán seguir existiendo juntos

Fuente: Las conversaciones privadas de Hitler, Barcelona, Crítica, 2004, pp. 3-4. FILOSOFÍA CRITICA: https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2017/09/autenticidad-de-las-conversaciones-de.html

Sobre Hitler y el cristianismo, véase en FILOSOFÍA CRÍTICA:

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2017/09/consecuencias-de-las-tischgesprache.html

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/09/david-irving-convalida-las.html

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/08/consecuencias-de-las-tischgesprache.html

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/08/la-autenticidad-de-las-conversaciones.html

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/08/adolf-hitler-sobre-el-cristianismo-2-el.html

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/08/adolf-hitler-sobre-el-cristianismo-la.html

LOS PERIODISTAS ESTÁN COMPRADOS

El supuesto nazi Donald J. Trump y su hija en una ceremonia de la secta racista y supremacista judía Chabad.

EL FASCISTA VINCENZO VINCIGUERRA

Este militante fascista entró en Gladio y, acto seguido, denunció la farsa del «neofascismo» actuando como el militante fascista que nunca ha dejado de ser. No podemos desarrollar aquí con todo el detalle que merece —lo haremos en otro artículo— la argumentación de Vincenzo Vinciguerra, pero sí subir los enlaces a algunas de sus declaraciones y escritos para que el lector pueda examinarlos y juzgar por sí mismo. En todo caso, es menester advertir que la versión de los hechos en que basamos nuestro análisis de Gladio es la de Vinciguerra, quien puso al descubierto la conexión atlantista de los atentados «neofascistas» en los años ochenta del siglo pasado y ha visto cómo todas las investigaciones posteriores, incluida la de Ganser, confirmaban una tras otras sus escandalosas aseveraciones. Nunca mintió, pues, y le estamos profundamente agradecidos.

Textos originales en italiano de Vinciguerra son accesibles en:

Archivio Guerra Política.

Vincenzo Vinciguerra.

Algunas traducciones al castellano pueden encontrarse en la página web de Resistencia:

Resistencia. Categoría Vincenzo Vinciguerra.

Resistencia. «Camaradas, adiós».

Un artículo introductorio de Alfonso Beltrán, administrador de Resistencia, sobre el tema puede leerse aquí:

La farsa neofascista.

Abundaremos más en el artículo de CARRER LA MARCA dedicado a Vincenzo Vinciguerra. A continuación, algunas de sus palabras recogidas en dicho artículo:

Comenzaría entonces a madurar en mí la idea de que si aquellos eran los ‘fascistas’, yo era evidentemente ‘antifascista’, y una vez empecé a preparar un fichero de ‘enemigos’ comenzando justamente por ellos. Fue Stefano della Chiaie quien me lo prohibió, pero sigo pensando que tenía yo razón, y los años siguientes me lo confirmaron completamente (…) El anticomunismo ha sido el arma resolutiva que ha permitido a los Estados Unidos reducir al ‘mundo libre’ al estado en que hoy se encuentra, que les ha permitido hacer de todo, porque, decían, la ‘libertad’ no tiene precio y hay que hacerlo todo por defenderla: y para ‘defenderla’ mejor nos la han quitado. (…) En la derecha extraparlamentaria se actúa (contra los ‘rojos’) o se nos adiestra en vista al enfrentamiento (con los ‘rojos’) dado por descontado e inminente; se nos infiltra (entre los ‘rojos’) y cuando se nos dedica a la formación cultural se pone el acento en la defensa de la civilización occidental, ‘hombres en pie entre las ruinas’, amenazada, ¿hace falta decirlo?, por los ‘rojos’. (…) El anti-americanismo, que existe también en forma reducida, no se traduce en términos políticos, permaneciendo confinado en un desprecio intelectual por sí mismo… O sea: en la lucha “cultural”. (…) Del fascismo y del nacionalsocialismo, mitos sepultos y superados, se recuerda sólo lo que sirve para alimentar el anticomunismo de las viejas generaciones y para generarlo en las nuevas. No existe un solo libro (de la derecha neofascista o neonazi), ni uno sólo… que hable de la guerra europea sobre los frentes occidentales, sino sólo de aquella sobre el frente oriental. (…) Se recuerdan las empresas de las Waffen SS en el frente del Este y se calla sobre las batallas desesperadas de las divisiones SS en el frente occidental, para que junto al sacrificio quede sepultado también el recuerdo de que Europa fue vencida por los aviones americanos, por los tanques americanos y por los ejércitos americanos. (…) Se estableció una línea de continuidad que desde las grandes batallas del pasado transcurría a través de aquellas sostenidas por el ejército alemán y las Waffen SS sobre el frente oriental… hasta llegar a aquellas del presente en Corea, en Indochina, en Argelia y, para muchos en el desierto del Sinaí, idealmente alineados al lado de las divisiones blindadas israelíes que hacían pedazos a las hordas ‘harapientas’ del Islam anticristiano. (…) Demonizados por los antifascistas, mitificados y negados en su verdad doctrinal y en su realidad histórica por los ‘neofascistas’, el fascismo y el nacionalsocialismo se transformaron, en las nociones de la masa juvenil que en ellos se inspiraba, de regímenes de masas en órdenes de ‘creyentes y combatientes’; de revoluciones que partían de lo bajo en revoluciones aristocráticas; de revoluciones en las cuales el elemento social revestía una función esencial en revoluciones en las que éste desaparecía del todo;de revoluciones que proseguían y completaban la francesa y la bolchevique en revoluciones que las negaban y combatían. (…) (El neofascismo es un)… fenómeno nacido muerto, privado desde el principio de un grupo dirigente válido, habiendo heredado del fascismo histórico, como ‘jefes’, a hombres escapados del ajuste de cuentas de 1945 con doble juego, pactos y compromisos que, más allá de los aspectos éticos, mostraban solamente vacío ideal, miopía política, incapacidad de analizar lúcidamente la realidad. (…) En la primavera de 1945 se trataba de evitar que la ‘masa honesta’ de los adherentes a la RSI y de sus soldados regulares, no de partido, se alinease a la izquierda, confluyendo por reacción en los paridos socialista y comunista, dado también el carácter fuertemente social del último fascismo. (…) El fascismo en el cual he creído es el anti-estatalista del 23 de marzo de 1919, el marginado durante el Ventennio, el que resurgió en la breve y sangrienta etapa de la RSI, aquel físicamente aniquilado, políticamente borrado e ideológicamente traicionado en 1945. 

Estos documentos resultan más que suficientes, a nuestro juicio, para matizar provisionalmente el supuesto fascismo de los «neofascistas» que sirven, con total descaro o imbecilidad, a la oligarquía sionista, el enemigo radical y hereditario del fascismo y del nacionalsocialismo. Son estos «fascistas», la ultraderecha cristiana y marginal vulgar nutrida por zoquetes y delincuentes de la peor especie, los que acudirán raudos al banderín de enganche de Gladio. En efecto, en el reportaje de la cadena ZDF alemana subido a youtube el 27 de diciembre de 2017 y que enlazamos a continuación, se reconoce que, además de las estructuras stay behind de Gladio, el Gladio blanco, concebidas para organizar la resistencia de retaguardia tras una hipotética invasión soviética de Europa occidental, Gladio se dedicó también a actividades de carácter político. Éstas fueron cobrando cada vez más importancia a medida que se interpretó la política democrática comunista como la verdadera avanzadilla de una invasión militar que no se esperaba ya a corto plazo. En concreto, los testimonios hablan (vid. minutos 1:03-1:06) de un Gladio negro sólo en Italia, alimentado por ultraderechistas, que perpetró diversos atentados. Ahora bien, a lo largo del documental insinúase que las actividades terroristas de Gladio se produjeron también en Alemania, Bélgica y Luxemburgo.

El documental en cuestión se centra, pues, en el Gladio blanco, el Gladio estrictamente militar (que puede justificarse bajo el rubro de una legítima defensa nacional) y únicamente roza de pasada el Gladio negro, político, terrorista y asesino de civiles. Conviene añadir que, una vez derrocado por Occidente el comunismo soviético, el mismo tipo de actividades atribuidas a «neonazis» «incontrolados» pasa en el siglo XXI a ser desarrollado por supuestos terroristas islámicos monitorizados ideológica y económicamente por Arabia Saudí, fiel aliado de los EEUU. Los atentados «islámicos», perpetrados —en consecuencia— por la oligarquía sionista contra ciudadanos occidentales, como el 11-S, se convierten, acto seguido, en casus belli para excusar la invasión de Estados árabes nacionalistas laicos que, como Irak, Libia y Siria —y por el simple hecho de existir—, le resultan muy molestos a IsraelTenemos pues, frente al Gladio negro A («nazifascista»), un Gladio negro B («islamo-fascista»). Además, las viejas redes occidentales de ultraderechistas (Gladio negro A), que siguen funcionando en Europa (Breivik) y lugares como Ucrania (Batallón Azov), han sido ideológicamente recicladas por segunda vez. Donde antes se lobotomizaba a sus miembros con la amenaza de la invasión comunista, ahora se reprogramará a los títeres-zombis con la supuesta invasión islámica. (Y no anda ya muy lejos la amenaza china.) La tarea encomendada a los ultra-idiotas consiste en practicar una suerte de contra-terrorismo reactivo cuya finalidad es fracturar la sociedad europea y propalar una islamofobia visceral muy útil a efectos de blanquear la política genocida del Estado de Israel contra el pueblo palestino. En este contexto (Gladio negro A polarizado en feed back con el Gladio negro B) puede interpretarse el atentado del 11-M en Madrid, entre otros, así como los contra-atentados ultras a mezquitas europeas o estadounidenses.

¿CÓMO SE PRODUCEN LOS ATENTADOS DE FALSA BANDERA? (1). LA TEORÍA DEL GRIFO

¿Contamos con información de libre acceso público más exhaustiva sobre el Gladio negro? Sí. El documental (2009) de Andreas Pilcher, que también enlazamos a continuación, amerita nuestra atención. Es, en primer lugar, ejemplo ilustrativo idóneo del tipo de información que puede hallarse en la red, con relativa facilidad, siempre un poco más veraz —en comparación con el periodismo corporativo oligárquico— por lo que respecta a la responsabilidad política de la OTAN en los atentados contra la población occidental, pero siempre, también, incapaz de sacar las postreras y obvias conclusiones políticas que se siguen de los hechos sugeridos (más que «denunciados»). A fin de cuentas, ¿no fue asesinado a tiros el periodista Mino Picorelli por ir demasiado lejos? Dicho esto, la obra de Andreas Pilcher es de visionado obligado para quienquiera que se interese por el tema y, junto al documental de Allan Francovich, del que luego hablaremos, la más importante contribución periodística a la divulgación de la verdad sobre la Operación Gladio (Gladio negro).

El mismo documental también puede verse aquí.

Occidente procede del latín occidere: matar, asesinar; y significa, literalmente, el matón, el asesino…

Desde un punto de vista heurístico, resultan harto significativos los hechos filtrados con cuentagotas por las presstitutas profesionales a sueldo de la oligarquía. Y ello incluso en escritos periodísticos cuya principal finalidad es ocultar la conexión entre los atentados terroristas contra la gente (=gentiles) y la oligarquía sionista que produce las directrices estratégicas genocidas, es decir, el señor X universal del terror planetario. Nuestra hipótesis de trabajo será que si en esos textos —y por decirlo así: a su pesar se detectan huellas dispersas de la oligarquía genocida, será que al artículo en cuestión se le escapa ahí involuntariamente al menos una parte de la verdad. Ya hemos visto que «Euronews» afirma fraudulentamente desconocer la autoría del atentado de Bolonia, pero acto seguido admite la relación entre dicha masacre y la logia P-2, sin querer abundar más en el asunto a despecho de las enormes implicaciones, muy fáciles de inferir, de este simple dato

LA PALABRA OCCIDENTE PROCEDE DEL LATÍN OCCIDERE (MATAR) Y SIGNIFICA ASESINO, MATÓN…

Se forma como el participio activo de, por ejemplo, amare (amar) / amans (amante): occidere (matar) / occidens (occidente). También significa caer, morir, y de ahí su relación geográfica con la puesta de sol y el oeste, pero en este otro significado más fundamental (e intempestivo) no vamos a entrar ahora, aunque resulta interesante señalar que la dicotomía matar/morir puede dar mucho de sí en la interpretación filosófica del concepto de Occidente. Occidens será, pues, en el contexto que nos ocupa, el que mata, el asesino, el matón... La relación semántica entre el sionismo y el asesinato genocida teológicamente justificado (anatema) quedó ya expuesta en dos artículos de CARRER LA MARCA:

El judaísmo como ideología racista, supremacista y genocida (1). Genocidio

El judaísmo como ideología racista, supremacista y genocida (2). Supremacismo

Una resolución de la ONU caracterizando el sionismo como doctrina racista acredita el tercer punto (Racismo), todavía en proceso de elaboración:

Resolución 3379 de la Asamblea General de las Naciones Unidas

Los lectores del presente artículo pueden haberse preguntado todo el tiempo, sin embargo, en qué nos basamos para afirmar que la «oligarquía es sionista« y no, por ejemplo, filipina o tibetana o ugandesa (o nazi o progre o extraterrestre: pseudo teorías haylas para todos los gustos…). Varios artículos de CARRER LA MARCA aclaran también este espinoso extremo, pero, por motivos propedéuticos, vamos a referirnos expresamente a él de forma rapsódica con un razonamiento cuya obviedad o aparente simpleza resulta empero muy difícil de refutar.

UN SOCIÓLOGO DE FAMA MUNDIAL AFIRMA QUE LOS JUDÍOS CONTROLAN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Si los medios de comunicación más importantes del mundo son propiedad judía, este hecho no sólo explica el papel de la presstitutas en el encubrimiento de los crímenes oligárquicos, así como sus mentiras sistemáticas en todo lo que respecta al judaísmo, el antisemitismo, el nazismo, el fascismo, el sionismo, el Holocausto y el Estado de Israel, sino un indicio claro de que la oligarquía no es precisamente filipina o tibetana o ugandesa. El clan de los Rothschild, célula madre de la oligarquía, es sionista, léase: nacionalista judía. Un dato de dominio público que nadie puede negar. Pero la oligarquía, como el judaísmo, no es una entidad racial o étnica, sino ideológica y sociológica. En efecto, cabe ser sionista sin ser judío y judío sin ser sionista ni oligarca (cabe incluso ser «judío» por ascendencia familiar negando y renegando radicalmente del judaísmo, como Karl Marx o Gilad Atzmon), de ahí el otro componente esencial de la oligarquía, encarnada en la rama del clan de los Rockefeller, que no es judío —como se afirma muy menudo sin razón—, pero sí fundamentalista evangélico de derechas. Su judaísmo consiste en acatar el dogma teológico de la condición especial de los judíos como pueblo escogido por el dios de la Biblia. En ese sentido y sólo en ése podría hablarse de una oligarquía judía. De suerte que, a fin de evitar confusiones de carácter antisemita, convenga fijar la siguiente premisa: la ideología de la oligarquía es un sionismo bíblico compartido por judíos y cristianos que reconoce de buen grado a los judíos un papel histórico hegemónico y nada tiene que ver con el ateísmo, el satanismo o el comunismo. Conclusión: sólo el capital financiero más poderoso del mundo occidental (Rothschild + Rockefeller, entre otros clanes) podría haberse adueñado de la mayor parte de los medios de comunicación y las universidades; pero si los periódicos, las televisiones, las radios, las redes sociales y demás mass media son propiedad judía, entonces ese capital es así mismo judío y, por ende, también tiene que serlo la oligarquía a cuya titularidad remite.

El siguiente paso lógico de nuestro razonamiento concierne a la verdadera escala jerárquica que define los poderes en el mundo occidental. De hecho, como ya hemos desarrollado parcialmente esta premisa en otros artículos, nos limitaremos a enlazar uno de ellos acompañándolo de algunas clarificaciones imprescindibles.

EEUU VASALLO DE ISRAEL (3). EL TRIBUTO

En el artículo de CARRER LA MARCA «EEUU vasallo de Israel (1). La fuente acreditada», publicado el 31 de marzo de 2022, ya anticipamos la cuestión de la jerarquía geoestratégica del poder en Occidente:

La jerarquía de poder en el hemisferio occidental está bastante clara excepto en un punto crucial. Existen unos países neocolonizados (periferia) cuya función es ejercer de fuentes de materias primas baratas en beneficio del centro. Pero el centro no es igualitario, sino que se articula también internamente de forma jerárquica. Europa y Japón están subordinados al bloque formado por EEUU/Reino Unido/Israel, verdadero meollo de Occidente. De dicho Occidente judeo-anglosajón opuesto a Europa forman parte antiguas colonias británicas como Australia, Nueva Zelanda y Canadá. Su rango en la escala de poder es superior al de, por ejemplo, Alemaniauna super-potencia económica despojada casi completamente de poder político y, sobre todo,  militar. Dentro de Occidente existe, además, la postrera jerarquía que lo decide todo y ahí el Reino Unido y sus colonias se subordinan a los EEUULa cuestión objeto de este artículo es empero la cúspide del poder occidental.Dicho lugar no lo ocupan los EEUU, sino Israel. Las pruebas que James Petras aporta en su obra The Power of Israel in the United States (2006) —traducida al castellano en 2013— son literalmente espectaculares. Pero han sido ignoradas por los medios de comunicación y la Wikipedia ni las menciona. Las razones [de este fraude] antójanse obvias.

LA RESERVA FEDERAL DE EEUU ES UN OLIGOPOLIO DE BANCOS PRIVADOS CONTROLADO POR LA OLIGARQUÍA SIONISTA

Por tanto, podría inferirse que la política del todo vale de la OTAN ha sido decidida por Israel, bien entendido que hablamos de Israel en sentido amplio pero no indiscriminadamente de «los judíos», es decir, no sólo y estrictamente del Estado de Israel, sino de Israel en cuanto entramado transnacional de poderes oligárquicos sionistas (judíos o cristianos) que, organizados en forma de logias masónicas y otro tipo de entidades o asociaciones privadas (de P-2 al FMI, la Trilateral, la AIPAC o el Club Bilderberg, etc.), dicta la política exterior de los EEUU y, por ende, de su brazo armado (OTAN) a través del Pentágono. La Operación Gladio es una prueba incontestable de este hecho, pero hay muchas otras, como el equivalente iberoamericano de Gladio: la Operación Condor, impulsada (como es de dominio público) por el oligarca judío estadounidense Henry Kissinger. O la entrada de los EEUU en la Primera Guerra Mundial contra Alemania, una verdadera conspiración sionista perfectamente documentada por Alison Weir en La historia oculta de la creación del Estado de Israel (2021) [obra original en inglés: Against Our Better Judgment: The Hidden History of How the U. S. Was Used to Create Israel (2015)]. No estamos, una vez más, hay que subrayarlo, frente a las habituales conspiranoias, sino de hechos probados que las «teorías de la conspiración» alucinatorias propaladas por la propia oligarquía a través de la extrema derecha (Protocolos, Expediente Royuela, Q’Anon, negacionistas víricos y vacunales, bar España, illuminati, reptilianos, etcétera) pretenden disolver en una suerte de maremágnum de absurdos donde toda teoría de la conspiración, incluida la verdadera teoría —racional y fundamentada en evidencias— de la conspiración sionista, deviene mero síntoma de paranoia o enfermedad psiquiátrica que «no merece la pena» debatir en el espacio público. 

EL RABINO SUPREMO DE ISRAEL AFIRMA QUE LOS NO-JUDÍOS SÓLO EXISTEN PARA SERVIR A LOS JUDÍOS

LA PREGUNTA POR LA OLIGARQUÍA

Cuando un autor liberal afirma que la oligarquía es socialista, miente.

Cuando un autor cristiano afirma que la oligarquía es satánica, miente.

Cuando un autor de extrema derecha afirma que la oligarquía es comunista, miente.

Cuando un autor comunista afirma que la oligarquía es nazi, miente.

Cuando un autor católico afirma que la oligarquía es masónica y atea, miente.

Cuando un autor antisemita afirma que la oligarquía es judía, miente.

Conviene aclarar a qué se refiere cada uno y si cabe asimilar esta afirmación a la tesis defendida por CARRER LA MARCA. En efecto, ni siquiera puede afirmarse que la oligarquía es judía sin aclarar en qué consiste «ser judío» y el judaísmo de la oligarquía. El judaísmo no es una raza o etnia, sino una ideología. Quien rechaza pública y explícitamente el judaísmo no puede «ser judío» aunque haya nacido de madre judía. A despecho de los bulos de la ultraderecha, Karl Marx nunca formó parte de la oligarquía y, en los términos planteados por CARRER LA MARCA, no es judío a pesar de proceder de una familia judía. El motivo de esta pretensión es que Marx publicó, en su ensayo Zur Judenfrage (1844) [Sobre la cuestión judía], la más radical crítica del judaísmo realizada hasta la fecha.

Como Gilad Atzmon, Marx renegó del judaísmo y dejó expresamente si alguna vez lo fue, en ese mismo momento, de ser judío.

En consecuencia, a día de hoy no se ha aclarado qué es, quién es, qué piensa y qué quiere la oligarquía, ese 0.1% de la humanidad que controla el 50% de la riqueza del planeta y escribe la historia desde el final de la Segunda Guerra Mundial, si no antes.

Nuestra intención no es otra que aclarar esas dudas y poder identificar de forma nítida al enemigo de «las Naciones», léase: de la «humanidad» (aunque éste es ya un concepto oligárquico que forma parte del gran engaño). Sólo la respuesta exacta y rigurosa a la pregunta por la oligarquía puede fundamentar una acción política digna de ese nombre.

GLADIO EN LA UNIVERSIDAD O CUANDO LOS ACADÉMICOS SON TODAVÍA PEORES QUE LOS PERIODISTAS

Los documentos incriminatorios de la OTAN como co-responsable —en países miembros de la OTAN— de atentados terroristas, golpes de Estado, torturas, detenciones ilegales e intervenciones de las comunicaciones sin autorización judicial, etc., permanecen clasificados por motivos obvios; y, por definición, forman parte del tipo de pruebas en las que una investigación de Gladio no se puede fundamentar sin conculcar la naturaleza misma de Gladio en cuanto organización secreta. Sobre el objeto del presente artículo tampoco pueden existir, por tanto, documentos probatorios accesibles al público. Al menos hasta que dichos documentos se desclasifiquen de buen grado —vana esperanza—, sean publicados ilegalmente (al estilo de Assange, Snowden…) perpetrando un delito de vulneración de secretos o un verdadero fascista entre los zombis ultras filtre a la prensa el material (caso del documento FM 30-31 B del ejército estadounidense, del que hablaremos más abajo). La prueba mediante documento auto-incriminatorio del autor del delito queda, en términos generales y salvo milagrosas excepciones, excluida a priori de la investigación. Ésta tiene que fundamentarse, antes bien, en conclusiones inferenciales basadas en hechos incontestables que «hablen» por sí mismos. Cuando las premisas son verdaderas y se razona con corrección lógica, las conclusiones son también forzosamente verdaderas por mucho que el investigador no pueda avalarlas a base de «documentos autoinculpatorios». El «documento» no es la única vía de fundamentación científica de una conclusión. Si A = B, y B = C, entonces A = C. Ejemplo: los medios de comunicación de Occidente [premisa probada] son propiedad judía (A), luego el capital es judío (B), consecuentemente la oligarquía propietaria (C) también lo es. No vamos a disponer, por tanto, de un papel firmado por un oligarca sionista que ordene perpetrar el atentado de Bolonia. Esta pretensión es retórica o sofística, cuando no infantil. Pero sabemos que si el atentado fue encubierto por las autoridades, desde la policía a los servicios secretos, y está probada la participación en el crimen de la logia ultracatólica P-2, cuyas dimensiones y características ya conocemos, luego es válido concluir que el atentado no fue sólo obra de unos (pseudo) «fascistas» incontrolados, sino que en su comisión está implicada la oligarquía financiera parasitaria que dicta las políticas de EEUU, la OTAN y los servicios secretos italianos. Ahora bien, aceptado el hecho de que la oligarquía es sionista, conclúyese que no fueron (pseudo) «neo-nazis», sino sionistas, los responsables políticos últimos del atentadoNo obstante lo cual, las principales críticas a la tesis de Ganser consisten a afirmar que no ha aportado documentos que prueben la implicación de la OTAN en los atentados. Desde luego, ni siquiera Ganser se atreve a insinuar una responsabilidad de la oligarquía y, mucho menos, a denunciar que la oligarquía esté formada por multibillonarios sionistas. Pero, una vez probada la culpabilidad de la OTAN, caería la última barrera protectora de las alimañas y sería ya muy fácil ascender el último escalón e identificar el centro del que emanan las resoluciones genocidas (anatema). Sera mucho mejor para el sistema oligárquico, por tanto, cerrar el paso del investigador en una parte más baja de la cadena de mando, a saber, en el punto de conexión entre la Gladio negra y la Gladio blanca, lo más lejos posible, en todo caso, del nido del cuco. Hete aquí la intervención de un prestigioso catedrático de historia contemporánea de la UNED en un video sobre Gladio publicado el 21 de abril de 2017 con material que en todo caso es posterior a la tesis de Ganser:

En el m. 2 toma la palabra Juan Avilés Farré y en el m. 4:27 afirma que «no hay ningún contacto probado entre Gladio y ningún terrorista (…) ya sabemos que Gladio como tal no estaba implicado» (sic). ¿Podía algún miembro ultraderechista —¿»incontrolado»?— de la Gladio blanca haber proporcionado armas para atentar a ultraderechistas de la Gladio negra? Quizá, pero no lo podemos saber (sic), se responde a sí mismo el catedrático. Ya sabemos que no estaba implicado, pero no podemos saber si estaba implicado… Curiosa lógica. En cuanto a las confesiones literarias del general italiano Gerardo Serravalle —¡¡¡en una novela!!!— tampoco van mucho más allá, según el prof. Avilés, porque, en todo caso, esas armas para atentar habrían sido proporcionadas a la ultraderecha sin el consentimiento de los jefes de la Gladio blancaEn el minuto 6 del reportaje, recógense empero las declaciones de Daniele Ganser. Al parecer, Serravalle habría dicho mucho más de lo que pretende el prof. Avilés e implicaría a la Gladio blanca, es decir, a la OTAN, en actividades políticas ordenadas a impedir el acceso al poder del partido comunista en Italia. Curiosa fidelidad a las fuentes. Pero Avilés vuelve a intervenir en el minuto 8 para apagar el incendio: Ganser sinceramente no es fiable, no utiliza fuentes directas y da crédito a todo tipo de teorías bastante infundadas (sic). Esta descalificación general y sin argumentos de la obra de Ganser, quien no es un periodista amarillo sino un investigador, resulta improcedente en un universitario y harto sospechosa en lo concerniente a la sinceridad —u honestidad intelectual— del catedrático en cuestión. ¿Le parecen poco «directas» las fuentes del general Serravalle y del terrorista Vinciguerra (¡que no son, ni mucho menos, las únicas del libro de Ganser!)? ¿Pretende acaso el prof. Avilés que el secretario general de la OTAN le entregue a un investigador crítico un documento firmado reconociendo la autoría intelectual de altos cargos de la Alianza Atlántica en los atentados —o algo similar? ¿Es éste el único tipo de pruebas admisibles en una investigación que, por otra parte, ha superado la defensa ante un tribunal académico de la Universidad de Basilea con summa cum laude? ¿Desconocen los universitarios y profesores suizos, según Avilés, qué es una prueba válida en una tesis doctoral? Curiosa metodología. Para Avilés, en Italia, a diferencia de Suiza, sí que se han publicado muy buenos libros (sic) sobre Gladio (¡¡¡no dice cuáles!!!) y, a continuación, el catedrático nos resume una información sobre la Gladio blanca (lo sabemos todo [sic]) que ya habíamos encontrado exhaustivamente documentada… en la tesis de Ganser. Curiosa bibliografía.

El catedrático de historia contemporánea Juan Avilés Farré, un dechado de valores universitarios.

Para refutar la sesgada declaración del prof. Juan Avilés basta con volver a las explicaciones del propio Avilés cuando reconoce que las autoridades ampararon a los terroristas de Peteano, hecho cuyo alcance político nada anecdótico conocemos por la implicación de la logia P-2. Por no hablar de la confesión del propio Vinciguerra, que el catedrático de la UNED menciona pero respecto a la cual se comporta de manera totalmente inconsecuente. Avilés admite que dicho encubrimiento institucional sería inquietante (sic), pero sin sacar conclusiones. Respecto a Vinciguerra, se limita a comentar su confesión, pero tampoco saca conclusiones. Prohibido pensar, sólo documentos. Y en cuanto al general Serravalle, ya hemos visto por la intervención de Ganser que el resumen de Avilés oculta lo más importante de su confesión. Así que la intervención del prof. Avilés en el video resulta tan inquietante —por emplear el mismo calificativo que él— como la actuación mafiosa de la policía de Peteano en la instrucción del caso. Este hecho acredita que las estrategias de ensordecimiento, minimización y encubrimiento a posteriori de los hechos persisten no sólo la prensa, como ya hemos visto, sino también en la universidad. Un resumen de las críticas a Ganser, con el mismo talante que las del prof. Avilés, pueden leerse en el siguiente artículo de la Wikipedia:

Peer Henrik Hansen, académico de la Universidad de Roskilde, escribió dos críticas mordaces del libro para el International Journal of Intelligence and Counterintelligence y el Journal of Intelligence History, describiendo el trabajo de Ganser como «un libro periodístico con una gran cantidad de teorías de conspiración» que «no presenta pruebas ni una explicación detallada de la supuesta conspiración entre EE. UU., la CIA, la OTAN y los países europeos». Hansen también criticó a Ganser por basar su «afirmación de la gran conspiración» en el Manual de Campo del Ejército de EE. UU. 30-31B, un supuesto documento falsificado de la era de la Guerra Fría. [87] [88]

Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Operation_Gladio

Es completamente falsa e insultante la afirmación de que Ganser no presenta pruebas de la «conspiración». Aquéllo Ganser no hace, porque es imposible, es basarse en documentos oficiales clasificados de la OTAN avalando la tesis de conspiración, unas pruebas que ningún investigador podría obtener por su cuenta sin cometer un delito. El reproche, por tanto, es puro sofisma y vulnera todos los códigos universitarios o académicos de honestidad intelectual. Más: 

Reseña del libro de Hayden Peake Intelligence in Recent Public Literature sostiene que «Ganser no logra documentar su tesis de que la CIA, el MI6 y la OTAN y sus amigos convirtieron a GLADIO en una organización terrorista». [89]

89. La estantería del oficial de inteligencia Hayden Peake, CIA, 15 de abril de 2007

Fuente: ibídem.

¿QUIÉN INVENTÓ EL BULO DE LAS ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA IRAQUÍES?

Una vez más, la trampa pseudo académica consiste exigir una prueba documental imposible, como si una investigación sobre servicios secretos sólo pudiera y debiera  fundamentarse —para jolgorio de los afectados— en pruebas documentales directas. Otro crítico académico:

Philip HJ Davies del Centro de Estudios de Inteligencia y Seguridad de la Universidad de Brunel también concluye que el libro está «empañado por conspiraciones imaginarias, nociones exageradas de la escala y el impacto de las actividades encubiertas, malentendidos de la gestión y coordinación de operaciones dentro y entre gobiernos nacionales, y… un fracaso casi total en ubicar las acciones y decisiones en cuestión en el contexto histórico apropiado». Según Davies, «el problema subyacente es que Ganser realmente no ha llevado a cabo la investigación más básica necesaria para poder discutir acciones encubiertas y operaciones especiales de manera efectiva».

¿Qué investigación «más básica» puede llevar a cabo Ganser cuando la propia CIA se ha negado a abrirle sus archivos y el investigador lleva años esperando que respondan a una petición FOIA de desclasificación de documentos? Reitérase, por tanto, la falacia de las pruebas documentales directas. Por lo que respecta a las «conspiraciones imaginarias», la logia P-2, que ya incluso la propia prensa incluye en sus artículos de corbertura, sería imaginaria, según Philip HJ Davies. Y serían imaginarias también las confesiones de fuentes directas: terroristas, agentes de inteligencia, masones, estadistas…  Sin contar los sumarios judiciales y las declaraciones institucionales de organismos tan fantasiosos como el Parlamento Europeo. La honestidad intelectual académica queda esta vez incluso por debajo de la periodística (que ya es decir); sólo esperamos que les haya merecido la pena la fechoría y los sobres de dinero negro por mentir sean más gruesos en el caso de los universitarios. Otros «críticos»:

Olav Riste del Instituto Noruego de Estudios de Defensa, escribiendo para la revista Intelligence and National Security, menciona varios casos en los que Ganser tergiversó su propia investigación sobre la red Stay-Behind en Noruega y concluye que «una refutación detallada de las muchas acusaciones infundadas que Ganser acepta como hallazgos históricos llenaría un libro entero». [91] En un artículo posterior conjunto con Leopoldo Nuti de la Universidad de Roma, los dos concluyeron que las «ambiciosas conclusiones del libro no parecen estar completamente corroboradas por una evaluación sólida de las fuentes disponibles». [92]

  • 92. Olav Riste y Leopoldo Nuti, «Introducción: estrategia de ‘Stay-Behind'», The Journal of Strategic Studies, diciembre de 2007, 930.

Fuente: ibídem. 

Infundadas significa aquí que los testimonios de implicados no son aceptados por el señor Olav Riste o el señor Leopoldo Nuti y que se trata de pruebas inferenciales, no documentales —las documentales son, como sabemos, imposibles de obtener, a pesar de lo cual todos estos agentes de la OTAN disfrazados de profesores insisten en exigirlas como requisito único y excluyente de cientificidad de la tesis. Pero no hay ni una sola afirmación de Ganser que no vaya acompañada de la correspondiente fuente acreditada. Su conclusión —la implicación de la OTAN en los crímenes de lesa humanidad del Gladio negro— es completamente racional, válida, digna de crédito… Basta con leer el libro para comprobarlo. Prosigamos:

Lawrence Kaplan escribió una crítica mixta elogiando a Ganser por hacer «esfuerzos heroicos para desentrañar los muchos hilos que conectan esta conspiración de derecha entrelazada», pero también argumentando que «conectar los puntos entre las organizaciones terroristas en los países de la OTAN y un plan maestro centrado en el cuartel general militar de la OTAN requiere una serie de hechos que Ganser no puede manejar». Kaplan cree que algunas de las teorías de la conspiración de Ganser «pueden ser correctas», pero que «dañan la credibilidad del libro». [93]

  • 93. Lawrence Kaplan, «Revisión de los ejércitos secretos de la OTAN», The International History Review , septiembre de 2006, 685-686.

Fuente: ibídem.

¿Cómo una teoría «correcta» puede dañar la credibilidad de un libro? ¿Existe algún criterio ajeno a la veracidad y a la objetividad que un investigador con pretensiones de credibilidad haya, según Lawrence Kaplan, de tener en cuenta? ¿Qué significa «no poder manejar» unos hechos»? Hechos equivale aquí a «pruebas documentales» que, desde luego, son inaccesibles por definición y, en este sentido, resultarían imposibles de «manejar», por principio. Consecuentemente, no pueden ser tampoco objeto de una crítica académica. La teoría de la conspiración es «correcta», pero —mensaje de Kaplan— hay que ocultarla si uno quiere conservar su reputación y prosperar en la profesión de los mentirosos. Más críticas:

En una reseña mayoritariamente positiva de la revista Cold War History, Beatrice Heuser elogia el «estudio fascinante» de Ganser y también señala que «definitivamente habría mejorado el trabajo si Ganser hubiera usado un tono menos polémico y ocasionalmente hubiera admitido que el Imperio Soviético no era de ninguna manera mejor». [94]

  • 94. Beatrice Heuser, «Revisión de los ejércitos secretos de la OTAN», Cold War History , noviembre de 2006, 567-568.

Fuente: ibídem. 

Esta crítica de Beatrice Heuser resulta quizá la más sorprendente de todas porque el objeto de la tesis doctoral es Gladio, no el Gulag, y las valoraciones, mucho menos políticas, en un texto universitario de investigación no sólo no son exigibles, sino más bien poco recomendables. En realidad, lo que se le reprocha aquí a Ganser —casi desvergonzadamente— es que no haya tomado partido y, en definitiva, su deslealtad política a la oligarquía. Esto no constituye ni siquiera una crítica académica errada, sino pura coerción mafiosa para corregir al incauto, máxime cuando la reseña ha sido «mayoritariamente positiva». La Wikipedia incluye como crítica a la obra de Ganser el comentario elogioso de John Prados:

El analista de seguridad John Prados escribe: «Ganser, el principal analista de Gladio, presenta pruebas en muchas naciones de que las redes de Gladio equivalían a elementos antidemocráticos en sus propias sociedades». [95]

95.  John Prado Safe for Democracy: The Secret Wars of the CIA 2006, p. 95, ISBN 9781615780112

Fuente: ibídem.

Se reconoce aquí a Ganser como el principal analista de Gladio. Ahora entendemos por qué no citó el prof. Avilés esos presuntos libros muy buenos publicados en Italia y «mejores» que la tesis de Ganser: simplemente, no existen. 

EL DOCUMENTO BUSCADO Y… ¿HALLADO?

En el fondo, todas las críticas a Ganser se resumen en una sola: la inexistencia del documento donde un alto cargo de la CIA afirme conocer e implementar las actuaciones ilegales objeto de la investigación. Sin embargo, ese documento podría haberse filtrado. Se denominaría FM 30-31 B, un manual de campo estadounidense firmado por el general William Westmoreland. [Ver texto íntegro del documento FM 30-31 B, traducido al castellano, aquí]. Según la Wikipedia, los EEUU afirman —¡¡¡cómo no!!!— que el documento es una falsificación soviética:

El Departamento de Estado de EE. UU. declaró en 2006 que Ganser había sido engañado por la desinformación de la era de la Guerra Fría desacreditada durante mucho tiempo y «engañado por la falsificación». En un artículo sobre las redes Gladio/stay-behind y el Manual de campo del Ejército de EE. UU. 30-31B, afirmaron: «Ganser trata la falsificación como si fuera un documento genuino en su libro de 2005 sobre redes «stay-behind», Secret Armies: Operation Gladio and Terrorism in Western Europe y lo incluye como un documento clave en su sitio web sobre el libro». [96]

96. Departamento de Estado

Fuente: ibídem.

Lástima que, a tenor del propio documento, esta versión es justo la que deberían propalar las autoridades en caso de verse sorprendidas, a saber, negar toda implicación del ejército estadounidense en las actividades ilegales descritas por el documento. ¿Tiene algún valor cognitivo académico la declaración que los EEUU puedan emitir sobre el FM 30-31 B cuando sería ilegal su admisión de la autoría? En el artículo de la Wikipedia dedicado específicamente al asunto, leemos:

Fuentes oficiales de EE. UU., incluidos la Comisión Permanente Selecta sobre Inteligencia de la Cámara de Representantes de los EE. UU. y el Departamento de Estado de los Estados Unidos, afirman que es una falsificación. El académico Peer Henrik Hansen, un académico especializado en inteligencia de la Guerra Fría y misiones de apoyo, también afirma que el documento es una falsificación.[9]​ / El descubrimiento a principios de la década de 1990 de la Operación Gladio (Red Stay Behind de la OTAN ) en Europa llevó a un debate renovado sobre si el manual era fraudulento o no. De acuerdo con Daniele Ganser, quien popularizó la historia de las redes de Gladio, Licio Gelli, el líder italiano de la logia masónica anticomunista P2, le dijo a Allan Francovich de la BBC en el segundo de un documental de tres partes, que se mostró en la BBC el 2 de junio. 24, 1992, «La CIA me lo dio» y Ray S. Cline, «Este es un documento auténtico».[10]​[11]​ / El trabajo de Ganser ha sido fuertemente criticado por algunos eruditos occidentales, que lo han caracterizado como una teoría conspirativa.[12]​[13]​

Fuente: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Manual_de_campo_del_ej%C3%A9rcito_de_Estados_Unidos_30-31B

Ray S. Cline admite la probable autenticidad del documento FM 30-31 B.

Suponiendo que ese documento fuera realmente una falsificación, circunstancia sujeta a polémica, la fundamentación de la tesis de Ganser no dependería de la autenticidad del mismo. No obstante, conviene examinar las pruebas que Ganser alega para defender la autenticidad del documento. En primer lugar, el testimonio de Licio Gelli, gran maestre de la logia P-2 promovido por otro masón que había sido director de la CIA. ¿Qué motivos tendría Gelli para mentir? En segundo lugar, la otra fuente: Ray S.Cline. ¿Quién es Cline? ¿Merece fiabilidad?

Cline sirvió en la Segunda Guerra Mundial primero como crianalista para el Departamento de Marina de los EE. UU. (1942-1943) y luego se unió a la recién creada Oficina de Servicios Estratégicos. Se convirtió en Jefe de Inteligencia Actual en 1944, cargo que ocupó hasta 1946. Posteriormente viajó a China, donde trabajó con otros oficiales de la OSS como John K. Singlaub , Richard HelmsE. Howard Hunt , Paul Helliwell , Robert Emmett Johnson y Lucien Conein. En 1946, fue asignado a la División de Operaciones del Estado Mayor General del Departamento de Guerra de los Estados Unidos, con la tarea de escribir la historia de la División de Operaciones.

Según Sterling SeagraveEdward Lansdale encontró un gran alijo en cuevas y túneles en Filipinas después de que terminó la Segunda Guerra Mundial. [4] [5] [a] Cline declaró que tanto Paul Helliwell como Robert Anderson crearon 176 cuentas bancarias de «oro negro» en 42 países después de trasladar el botín de Filipinas en barco para apoyar futuras operaciones en los Estados Unidos. [4] [5] [7] [8] [9]

Cline se unió a la Agencia Central de Inteligencia recién fundada en 1949 como analista de inteligencia, después de haber completado su Ph.D. en Harvard ese año. Inicialmente fue responsable de la inteligencia sobre Corea, pero no pudo predecir la invasión de Corea del Sur por parte de Corea del Norte en 1950, que dio comienzo a la Guerra de Corea . De 1951 a 1953, se desempeñó como agregado en la Embajada de los Estados Unidos en Gran Bretaña [1] bajo la supervisión del general de brigada E. C. Betts. De 1953 a 1957, fue el oficial de escritorio de la CIA encargado de monitorear la Unión Soviética y la República Popular China.; en esta capacidad, predijo correctamente la escisión chino-soviética . En 1958 se convirtió en Jefe de la estación de la CIA en Taiwán , siendo su título oficial jefe del Centro de Comunicaciones Auxiliares Navales de los Estados Unidos. [2]

En 1962, Cline se mudó a Washington, DC como jefe de la Dirección de Inteligencia de la CIA, la rama analítica de la agencia. Reemplazó a Robert Amory Jr , quien había ocupado este cargo en 1953–1962. Cline desempeñó un papel crucial en la crisis de los misiles cubanos cuando, bajo el liderazgo de Cline, la Dirección de Inteligencia concluyó, después de estudiar las fotografías del avión espía U2 de Cuba, que la Unión Soviética había enviado ojivas nucleares a Cuba ; Cline estuvo entre los que informaron al presidente John F. Kennedy de este desarrollo. [2]

Cline jugó un papel en la formación de la Liga Mundial por la Libertad y la Democracia en 1966.

Cline permaneció al frente de la Dirección de Inteligencia hasta 1966, cuando, desilusionado con el presidente Lyndon B. Johnson, decidió dejar la CIA. Su viejo amigo Richard Helms intervino para que Cline fuera designado Coordinador Especial y Asesor del Embajador de Estados Unidos en Alemania en Bonn .

En 1969, Cline regresó a los Estados Unidos cuando el presidente Richard Nixon lo nombró como Director de la Oficina de Inteligencia e Investigación y posteriormente ocupó este cargo desde el 26 de octubre de 1969 hasta el 24 de noviembre de 1973. En esta capacidad, supervisó la inteligencia estadounidense en la preparación para la guerra de Yom Kippur . [10]

Cline expresó su disgusto por la denegación de la ciudadanía estadounidense a un ex nazi.

Cline dejó el servicio gubernamental en 1973 y se convirtió en director ejecutivo del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de la Universidad de Georgetown . Mientras estuvo en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, se convirtió en un autor prolífico sobre inteligencia estadounidense y política exterior. También se convirtió en un ferviente defensor de la CIA en testimonios ante el Congreso de los Estados Unidos y en los medios de comunicación. [2]

Cline fue director del Consejo de Estrategia Global de EE.UU. [11]

Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Ray_S._Cline

O sea que Cline fue nada menos que jefe de la dirección de inteligencia de la CIA, el departamento de análisis de la organización. ¿No les parece confiable su testimonio a los señores académicos? ¿Por qué lo omiten todos los críticos de Ganser que se rasgan las vestiduras por la supuesta falta de pruebas documentales de su tesis doctoral?

El estómago agradecido Frank Church.

EL PROBLEMA DE LOS DOCUMENTOS

En el Capítulo 3 de la obra de Ganser, p. 67 y ss., expone el autor la cuestión metodológica concerniente a la imposibilidad de acceder a fuentes primarias de Gladio, es decir, a documentos auto-incriminatorios de las atrocidades perpetradas por la OTAN. Sin embargo, como ya hemos señalado, siempre pueden darse excepciones, como el caso de FM 30-31 B, producto de una filtración. Otra fuente documental son los informes de las instituciones oficiales —parlamentos, congresos, senados…— que han intentado romper el muro de opacidad construido tras el dogma de la «seguridad nacional», coartada habitual de los crímenes exonerados «por razones de Estado». En la p. 67 hace referencia Ganser al senador estadounidense Frank Church, quien reconoció que

(…) el aumento de los abusos de los servicios de Inteligencia refleja un fallo más general de nuestras instituciones básicas«. 

En la nota al pie 121, p. 352, menciona Ganser las encuestas institucionales estadounidenses, «Informes que hasta hoy son algunos de los documentos más fiables sobre la máquina de guerra secreta de los EEUU». Ganser destaca el Final Report of the US Senate Select Committee to study Governmental Operations with respect to Intelligence activities  de F. Church. Véase aquí texto completo del informe. La tarea, sin embargo, no tuvo efectos prácticos y «los servicios secretos de la Casa Blanca continuaron abusando de su poder». Más grave todavía es que las instituciones «evitaron desafiar el secreto gubernamental» y no fueron más allá de una reprobación genérica y ambigua. Ahora bien, ¿podía esperarse otra cosa de políticos-títeres de la oligarquía cuya tarea consiste en mantener una apariencia de democracia que recubra de ilusiones humanitarias la obscena realidad del capitalismo liberal?

El criminal Stansfield Turner.

En una entrevista para la televisión italiana, el director de la CIA Stansfield Turner no sólo rechazó responder a las preguntas sobre Gladio, sino que agarró el micrófono y se puso a vociferar fuera de sí: «¡He dicho que nada de preguntas sobre Gladio!» («The Independent», 1 de diciembre de 1990). El verdadero rostro de la oligarquía es mucho menos amable que la propaganda.

Escudo de la Operación Gladio.

Una tercera vía de acceso a la información clasificada es FOIA, la Ley de Libertad de Información. Sin embargo, todos los investigadores de Gladio se han topado siempre con el obstáculo de las excenciones B1 y B3 a los derechos de información aparados por esta ley. Cuando el investigador Malcolm Byrne dirigió a la administración estadounidense una petición FOIA en relación con Gladio, la respuesta fue la siguiente: «La CIA no puede confirmar ni negar la existencia o no-existencia de registros que respondan a su petición» (p. 69). Byrne apeló esta negativa, pero «la apelación fue desechada»:

La CIA basó su negativa a cooperar en dos omniabarcantes excepciones de la ley FOIA que protegen ciertos documentos: esto es, tanto «los propiamente clasificados por orden Ejecutiva en interés de la defensa nacional o la política exterior (exención B1) como por «las obligaciones estatutarias del Director para proteger de la desclasificación las fuentes y métodos de Inteligencia, así como la organización, funciones, nombres, títulos oficiales, salarios o cantidad de personal empleado por la Agencia, de acuerdo con la National Securuty Act de 1947 y el CIA Act de 1949, respectivamente» (exención B3) (p. 69). 

La CIA rechazó otras peticiones FOIA procedentes del Senado italiano (1995) y funcionarios austríacos (1996). En el primer caso, se preguntaba por el asesinato del político italiano Aldo Moro. En el segundo, por los depósitos de armas de Gladio descubiertos en el país. Las denegaciones se basaron también en las exenciones B1 y B3 de la ley FOIA. El 14 de diciembre del 2000, el propio Daniele Ganser tramitó una petición FOIA que fue rechazada en base a las exenciones B1 y B3. Apeló el investigador y el recurso fue aceptado, pero en el momento de presentar la tesis doctoral, cuatro años después, no había recibido la información solicitada.

Daniele Ganser, el investigador suizo autor de Los ejércitos secretos de la OTAN. La Operación Gladio y el terrorismo en Europa occidental.

Una cuarta fuente de documentos acreditativos son los emitidos por el propio gobierno estadounidense donde establece la base legal de las «operaciones especiales» en países extranjeros y la necesidad de negar siempre, de forma sistemática, la implicación en las mismas. Dichos documentos restan toda fiabilidad a las declaraciones oficiales de la administración estadounidense sobre Gladio en las que se niega la participación estadounidense: por ley, están obligados a negarla, no son declaraciones con un valor heurístico en el ámbito de una investigación universitaria. Documentos de este tipo son el NSC 1/1 de 14 de noviembre de 1947, el NSC 4-A de 19 de diciembre de 1947  y el NSC 10/2 de 18 de junio de 1948.  En el primer documento se manifiesta una interesante preocupación por el hecho de que

El gobierno italiano, ideológicamente inclinado hacia la democracia occidental, es débil y está sujeto a un ataque continuo por parte del Partido Comunista (op. cit., p. 93). 

El texto completo del NSC 10/2 puede leerse también aquí. Traducido:

OFICINA DE PROYECTOS ESPECIALES

Washington, 18 de junio de 1948.

El Consejo de Seguridad Nacional, tomando conocimiento de las viciosas actividades encubiertas de la URSS, sus países satélites y grupos comunistas para desacreditar y frustrar los objetivos y actividades de los Estados Unidos y otras potencias occidentales, ha determinado que, en interés del mundo la paz y la seguridad nacional de los EE. UU., las actividades exteriores abiertas del gobierno de los EE. UU. deben complementarse con operaciones encubiertas.

La Agencia Central de Inteligencia está encargada por el Consejo de Seguridad Nacional de realizar operaciones de espionaje y contraespionaje en el extranjero. Por tanto, parece deseable, por razones operativas, no crear una nueva agencia para operaciones encubiertas, sino en tiempo de paz colocar la responsabilidad de las mismas dentro de la estructura de la Agencia Central de Inteligencia y correlacionarlas con las operaciones de espionaje y contraespionaje bajo la control total del Director de Inteligencia Central.

Por lo tanto, bajo la autoridad de la Sección 102 (d) (5) de la Ley de Seguridad Nacional de 1947, el Consejo de Seguridad Nacional ordena que en tiempo de paz:

Se creará una nueva Oficina de Proyectos Especiales dentro de la Agencia Central de Inteligencia para planificar y realizar operaciones encubiertas; y en coordinación con el Estado Mayor Conjunto para planificar y prepararse para la realización de tales operaciones en tiempo de guerra.

Una persona altamente calificada, nominada por el Secretario de Estado, aceptable para el Director de Inteligencia Central y aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional, será nombrada como Jefe de la Oficina de Proyectos Especiales.

El Jefe de la Oficina de Proyectos Especiales reportará directamente al Director de Inteligencia Central. Para propósitos de seguridad y de flexibilidad de operaciones, y en el grado máximo compatible con la eficiencia, la Oficina de Proyectos Especiales operará independientemente de otros componentes de la Agencia Central de Inteligencia.

El Director de Inteligencia Central será responsable de:

(1) Garantizar, a través de los representantes designados del Secretario de Estado  [ 1 ] y del Secretario de Defensa, que las operaciones encubiertas se planifiquen y lleven a cabo de manera coherente con las políticas exterior y militar de los EE. UU. y con las actividades abiertas. En los desacuerdos que surjan entre el Director de Inteligencia Central y el representante del Secretario de Estado o del Secretario de Defensa sobre dichos planes, el asunto se remitirá al Consejo de Seguridad Nacional para su decisión.

(2) Asegurar que los planes para operaciones encubiertas en tiempo de guerra también se elaboren con la asistencia de un representante del Estado Mayor Conjunto y sean aceptados por este último como consistentes y complementarios a los planes aprobados para operaciones militares en tiempo de guerra.

(3) Informar, a través de los canales apropiados, a las agencias del Gobierno de los Estados Unidos, tanto en el país como en el extranjero (incluidos los representantes diplomáticos y militares en cada área), de las operaciones que los afecten.

Las operaciones encubiertas relacionadas con la guerra económica serán realizadas por la Oficina de Proyectos Especiales bajo la dirección de los departamentos y agencias responsables de la planificación de la guerra económica.

Inmediatamente se solicitarán fondos suplementarios para la realización de las operaciones propuestas para el año fiscal 1949. Posteriormente, los fondos operativos para estos fines se incluirán en las solicitudes presupuestarias normales de la Agencia Central de Inteligencia.

En tiempo de guerra, o cuando lo ordene el Presidente, todos los planes de operaciones encubiertas se coordinarán con el Estado Mayor Conjunto. En los teatros de guerra activos en los que participen fuerzas estadounidenses, las operaciones encubiertas se llevarán a cabo bajo el mando directo del Comandante del Teatro Estadounidense y las órdenes correspondientes se transmitirán a través del Estado Mayor Conjunto, a menos que el Presidente indique lo contrario.

Tal como se usa en esta directiva, se entiende que «operaciones encubiertas» son todas las actividades (excepto las que se indica aquí) que son realizadas o patrocinadas por este Gobierno contra estados o grupos extranjeros hostiles o en apoyo de estados o grupos extranjeros amigos pero que son planeados y ejecutados de tal manera que cualquier responsabilidad del gobierno de los EE. UU. por ellos no sea evidente para personas no autorizadas y que, si se descubre, el gobierno de los EE. UU. pueda negar cualquier responsabilidad por ellos. Específicamente, tales operaciones incluirán cualquier actividad encubierta relacionada con: propaganda, guerra económica; acción directa preventiva, incluidas las medidas de sabotaje, antisabotaje, demolición y evacuación; subversión contra estados hostiles, incluida la asistencia a movimientos clandestinos de resistencia, guerrillas y grupos de liberación de refugiados, y apoyo a elementos indígenas anticomunistas en países amenazados del mundo libre. Tales operaciones no incluirán conflictos armados por parte de fuerzas militares reconocidas, espionaje, contraespionaje y cobertura y engaño para operaciones militares.

Esta Directiva reemplaza la directiva contenida en NSC 4-A, que por la presente queda anulada.

[ 1 ]  De acuerdo con un memorando del 13 de agosto de Davies a Kennan, Kennan fue designado posteriormente como representante del Secretario de Estado. (Administración Nacional de Archivos y Registros, RG 59, Registros del Departamento de Estado, Archivos del Personal de Planificación de Políticas 1947-53: Lote 64 D 563) Ver el Suplemento.

La directiva anulada NSC 4-A puede leerse aquí.

CONCLUSIONES

La hipótesis de trabajo de Ganser se basa en la confesión del fascista Vincenzo Vinciguerra, quien actuó como un verdadero fascista en el interior de Gladio para denunciar la trama criminal sionista y cuya versión de los hechos ha sido confirmada por todos los descubrimientos posteriores hasta la actualidad. Lamentablemente, Ganser no hace suyas las conclusiones de la denuncia política de Vinciguerra, a saber, la responsabilidad criminal última de la oligarquía sionista, como sí lo hace CARRER LA MARCA. Tal responsabilidad, en efecto, sólo se plantea, incluso en cuanto cuestión objeto de análisis, desde la perspectiva ideológica y metodológica nacional-revolucionaria, es decir, aquélla que permite identificar al enemigo radical de «las Naciones» en forma de oligarquía sionista. Ganser no fue —naturalmente— tan lejos: habría arruinado su carrera y ya vemos cómo, incluso rebajando mucho el tono y alcance de su crítica, ha sido maltratado sólo por demostrar la autoría intelectual de la OTAN en los delitos de lesa humanidad perpetrados por la trama presuntamente «neofascista» del Gladio negro. En otro artículo abundaremos sin más preliminares metodológicos en el meollo de su tesis doctoral.

No queremos concluir el presente artículo sin rendir homenaje a Allan Francovich, quien en el año 1992, es decir, mucho antes de que la tesis de Ganser fuera dada a luz (2005), publicó un documental sobre Gladio (véase supra) que, junto con otro sobre el atentado de Lockerbie el año 1994 (¡¡¡censurado en EEUU!!!), quizá le costara la vida al osado documentalista en los controles policiales de un aeropuerto estadounidense. En el minuto 1:30 y ss. del video se encuentran las declaraciones de Licio Gelli y Ray S. Cline sobre el documento FM 30-31 BDichos testimonios son más que suficientes para acreditar que el manual de campo de Westmoreland es auténtico mucho antes de que Ganser publicara su tesis. Sin Francovich no hay Ganser. El futuro de la humanidad depende de que la oligarquía sionista sea desenmascarada, desmantelada y ajusticiada. ¡Sólo la verdad puede salvarnos! La verdad, nuestra única divisa, no olvidará el tributo debido a quienes se han sacrificado por ella y, consecuentemente, por todos nosotros

Hete aquí, pues, la horrenda verdad: nosotros, «ciudadanos de la OTAN», sufragamos con nuestros impuestos esta «institución», a pesar de lo cual, sus sicarios pueden exterminarnos sin pestañear y encubrir luego el crimen. Lamentablemente, no hablamos «sólo» de «asesinatos selectivos» de supuestos o reales «enemigos de la libertad», ejecuciones sin juicio y por vía administrativa, sino de atentados terroristas contra civiles inocentes, ancianos, mujeres y niños, entre otras gravísimas vulneraciones de los derechos humanos, por ejemplo: detenciones ilegales, torturas, intervención masiva de comunicaciones privadas sin orden judicial, golpes de Estado para derribar gobiernos democráticos... Las ha perpetrado la OTAN ya en el pasado y continuará haciéndolo cuando les convenga o apetezca a los oligarcas occidentales, verdaderos amos de Gladio. Una élite global anti-nacionalista promotora del neoliberalismo sólo para los pueblos gentiles (no-judíos), pero dirigida por cripto-nacionalistas sionistas, es decir, por sionistas judíos (v. g.: los Rothschild) o sionistas cristianos (v. g.: los Rockefeller), que decide en última instancia sobre la vida y la muerte de los no-elegidos. En todo caso, la oligarquía no está formada por ateos, satanistas, comunistas, nazis, fascistas o supuestos progres illuminati como pretende la propaganda de sus lacayos ultras Trump, Bolsonaro, Boris Johnson, Abascal y demás, sino por fanáticos creyentes bíblicos de extrema derecha sionista, anti-comunista y anti-fascista. Lejos de hallarnos ante una fantasía conspiranoica, cuando hablamos de atentados de la OTAN contra ciudadanos europeos (o de países de la OTAN como Turquía) podemos demostrar que se trata de hechos conocidos por los especialistas y reconocidos en los libros de historiarepletas están pues las bibliotecas—, aunque ensordecidos, minimizados o manipulados sistemáticamente por los medios de comunicación —incluida la Wikipedia— propiedad de la misma oligarquía. Ésta transforma su despótica voluntad en «realidad» y «produce» la historia a través políticos como Henry Kissinger. La profecía judía, según Max Weber —padre de la sociología alemana—, deviene guión del proceso histórico dictado por el Gran Sanedrín a las altas oficinas ejecutivas del Pentágono, espada de la Santa Alianza bíblica. OTAN. Los ciudadanos europeos que fueron sacrificados en el atentado de la Estación de Bolonia de 2 de agosto de 1980 pagaban, por tanto, su salario a los matones ultraderechistas que los masacraron; pagaban a los policías, agentes de inteligencia y militares que obstaculizaron la investigación judicial; pagaban a los servicios de información italianos que, bajo los auspicios de la CIA y el MI6, planificaron el atentado. Por si fuera poco,  los familiares o allegados de las víctimas leyeron luego en la prensa oligárquica que los autores del atentado habían sido terroristas de extrema izquierda. Funerales de la verdad, que ironizara Vincenzo Vinciguerra. Hoy sabemos que aquélla fue una enorme manipulación orwelliana en la cual también colaboró el periodismo «independiente» del «mundo libre». Porque, destapado ya el escándalo, los mass media permenecen actualmente en guardia conchavados con el poder oligárquico y su tarea consiste, precisamente, en minimizar los daños simbólicos al soft power cultural estadounidense, es decir, en continuar ocultando la verdad en la medida de lo posible. Por ese motivo, nunca se toparán ustedes con un titular que rece «la oligarquía financiera sionista es el señor X de la matanza de Bolonia». A lo sumo, algún investigador serio les explicará que la OTAN es responsable de algunos excesos bienintencionados. Ahora bien, la OTAN no actúa por su cuenta, la OTAN obedece órdenes. ¿De quién? Hete aquí la cuestión que sólo CARRER LA MARCA plantea y responde con exactitud. El resto de los medios de comunicación e incluso los investigadores honestos jamás osarán siquiera plantearla porque serían acusados de «fascistas» o «nazis», lo que provocaría su muerte profesional (y quizá no sólo profesional). Los expertos de universidades sistémicas mienten a su modo, es decir, omitiendo ciertas inferencias lógicas fulminantes, cuando no mintiendo a secas. Por cuanto tampoco resulta imposible, ni mucho menos, detectar profesores que trabajan directamente para los servicios de inteligencia occidentales, personajes siniestros cuyas mentiras se encuentran al mismo nivel intelectual que las de la caja tonta. Los periodistas corporativo-oligárquicos, inmensa mayoría del gremio, mienten en todo caso conscientemente y hasta cobran en sobres de dinero negro por sus engaños. Esta sospecha puede verificarse analizando centenares de artículos encubridores y minimizadores de los hechos o puras trolas que van desde las armas de destrucción masiva iraquíes, los obituarios periodísticos sobre Bolonia y el fallecimiento de Lucio Gelli a los titulares cotidianos de la guerra en Ucrania. La OTAN, hecho probado, paga a periodistas para que mientan. Pero el periodismo es el borrador del relato historiográfico que luego se transmitirá a la sociedad como cultura de entretenimiento (Hollywood y literatura «basada en hechos reales») con un certificado de veracidad llamado ciencia y el peso incontestable de lo obvio, de manera que quienes cuestionen dicha narración serán etiquetados con el estigma de negacionistas. Léase: perturbados mentales. La verdad historiográfica de Bolonia es sin embargo otra, a saber: altos cargos de la OTAN recibieron de «muy arriba» instrucciones políticas relativas a determinadas estrategias «todo-vale» de contra-insurgencia, cuyo único objeto era defender los intereses espurios de la oligarquía a despecho de la democracia que el sistema proclama reivindicar. Las agencias «nacionales» de inteligencia recodificaron tales estrategias genéricas —con licencia para matar— en forma de tácticas y técnicas políticas criminales, de tal suerte que cientos de italianos tuvieron que morir para proteger la presunta «seguridad nacional» del país frente a un posible triunfo electoral democrático de la izquierda. Así las cosas, dichos seguratas de la oligarquía organizaron atentados de (falsos) grupos terroristas «de izquierdas» a fin de alterar el incómodo sesgo pro-izquierdista de la opinión pública. “Había que actuar contra los civiles, la gente del pueblo, las mujeres, los inocentes; la razón era muy simple: se suponía que tenían que forzar a aquella gente a recurrir al Estado para pedir más seguridad” [confesión del militante fascista Vincenzo Vinciguerra] …y aplaudir como mal menor un golpe de Estado ultraderechista. Seguridad, sí, pero, en único y exclusivo beneficio de la oligarquía, no de la nación y, mucho menos, de la población, si cabe distinguir entre una y otra idea. Todas esas «respetables instituciones» actuaron pues, en efecto, al servicio de intereses extranjeros y, en cuanto matones por encargo, a las órdenes del enemigo anti-nacional. Porque, en el drama de Bolonia, piazza Fontana, Brescia, etc., el SID o el SISMI (agencias de inteligencia italiana) ejercen sólo como franquicias locales subordinadas al Pentágono, la CIA y el Departamento de Estado de los EEUU. Por lo que respecta a los terroristas «fascistas» encargados del trabajo sucio, eran tan «fascistas» cuan «islámicos» los autores del 11-M o comunistas los terroristas de las Brigadas Rojas que asesinaron a Aldo Moro: por mucho que algunos quieran adorarse a sí mismos en calidad de patriotas, creyentes o hasta de guerreros de la luz —fantaseando sobre una imaginaria lucha escatológica bíblica o evoliana contra los satánicos embates del «marxismo» y el «ateísmo»—, estos asesinos eran simples mercenarios, putas del gran capital que traicionaron a la nación y al pueblo italianos. En cuanto reos de alta traición patria, no pueden considerarse fascistas. Y esto es así por mucho que los medios de comunicación oligárquicos subrayen su sedicente condición de tales para celebrar el obligado ritual antifascista de rigor y desviar la atención sobre la responsabilidad política última de la fechoría: no sólo la OTAN, no únicamente «los EEUU», sino la oligarquía sionista —e Israel, su concepto límite. En efecto, en el enlace de la Wikipedia supra se informa la vinculación con la OTAN del atentado de Bolonia a la confesión del único verdadero fascista que destapó la trama, a saber, Vincenzo Vinciguerra, pero las evidencias sobre la existencia de Gladio como tentáculo de la OTAN y sus crímenes de lesa humanidad son abrumadoras, van mucho más allá de lo admitido por el establishment oligárquico sionista-occidental y Wikipedia las omite. OTAN significa, en consecuencia, una empresa de seguridad privada de la oligarquía —esa élite financiera cuya ideología ya conocemos— amparada por los grandes poderes económicos y un Estado-títere ayuno de soberaníaEl presente artículo se basa en la obra del investigador e historiador suizo Daniele Ganser Los ejércitos secretos de la OTAN. La Operación Gladio y el terrorismo en Europa occidental (2005), que ya hemos citado en las entradas sobre el Expediente R. Enlazamos aquí otra vez su versión en pdf para que el lector pueda contrastar las pruebas, los documentos y los testimonios de jefes de Estado, militares, policías y sicarios que, tras su confesión, acreditan hasta el hartazgo la realidad y las atrocidades impunes de Gladio, el brazo terrorista y golpista de la OTAN, las cuales permanecen aún hoy ocultadas/banalizadas por las instituciones pseudo «democráticas» de Occidente. No pretendemos ser aquí exhaustivos sobre Gladio, ya habrá tiempo para ello, sino sólo subrayar los aspectos de esta «trama criminal impune« que acreditan la culpabilidad incontestable de quienes nos asesinan pero tienen hoy la cínica desvergüenza de denunciar los «genocidios» de Putin como antaño denunciaron los de Gadafi, Sadam Hussein, Bashar el-Assad, Hitler, Mao o Stalin. Todo ello en nombre de la misma cantinela jurídica hipócrita —«democracia, naciones unidas y derechos humanos»— cuyo espíritu y letra estos perfectos psicópatas han pisoteado mil veces con estupefaciente sadismo. 

Figueres, la Marca Hispànica, 26 de mayo de 2022.

Editado el 1º de junio de 2022 (ampliación de la información).

Editado el 2 de junio de 2022 (ampliación de la información).

VICTORIA NULAND O LA JUDÍA SIONISTA QUE PROVOCÓ LA GUERRA

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