POR BOCA DE JOSEP BORRELL, ALTO REPRESENTANTE DE POLÍTICA EXTERIOR DE LA UNIÓN EUROPEA, QUEDÓ DESMONTADO EL RELATO OFICIALISTA DEL MUNDO OCCIDENTAL. Por supuesto, ni siquiera el propio Borrell sacó las conclusiones pertinentes —y fulminantes— de esta constatación de facto. Algunos medios de comunicación rabiosamente vendidos a la oligarquía judía que controla buena parte de la prensa occidental se apresuraron a objetar que Borrell omitió «presentar pruebas». E Israel, como no podía ser de otra manera, ha negado la imputación. Sin embargo, ahí están los hechos, acreditados en otro artículo (25-10-2023) por fuentes israelíes que aportan evidencias abrumadoras como, por ejemplo, las propias palabras de Benjamín Netanyahu en un congreso del Likud.    

ISRAEL ORQUESTÓ EL ATAQUE DE HAMAS

DE PALESTINA A LA ARGENTINA

Las consecuencias del reconocimiento de Borrell parecen obvias. Israel no lucha contra el terrorismo: utiliza el terrorismo que el propio poder sionista ha promovido como coartada para perpetrar un genocidio. En efecto, ¿cómo puede Israel estar «luchando para erradicar el terrorismo de Hamas» mientras, al mismo tiempo, lo financia? ¿Cuál puede ser entonces la verdadera finalidad de la supuesta guerra contra Hamas sino una operación de exterminio del pueblo palestino disfrazada de «derecho a la legítima defensa»? ¿Se necesitan más evidencias para detener, con hechos y no meras palabras, el genocidio de Gaza? ¿Qué conclusión podemos extraer nosotros de que todo esto no ocurra, es decir, de que las condenas en Occidente, cuando las hay, se limiten a simples quejas verbales? Parece también evidente: Occidente es no ya cómplice, sino cooperador necesario de ese genocidio. Como ha sido cómplice —o directamente perpetrador— de otros muchos delitos de lesa humanidad antes y después de 1945. Ergo: no podemos ya creer tampoco en el relato oligárquico sobre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Las piezas del dominó caen una tras otra. No podemos ya creer en los jueces y fiscales del juicio de Nüremberg, representantes de países coloniales, totalitarios y genocidas donde los haya. No podemos ya creer en la «ideología del Holocausto» (Norman G. Finkelstein), en la canción cloroformizante de los «derechos humanos», en la presunta «democracia liberal» una dictadura de la oligarquía financiera, de ideología bíblica, cuyo objeto es poner de rodillas a «las Naciones» (goyim)— y en tantos otros mitos cobardes o estúpidos del buenismo cristiano-progresista. No se combate a la oligarquía sionista con caramelos, cotillón o flores; tampoco con protestas e indignación por la «hipocresía» de Occidente; no se combate a estos racistas, supremacistas y genocidas exigiendo el cumplimiento de las normas «humanitarias» que ellos mismos inventaron para colgar de una soga a los «criminales nazis». Tales normas, hoy lo sabemos, sólo se aplican a los «enemigos de Occidente» y entonces tenemos que honrar a los enemigos de «Occidente» cualesquiera que éstos sean; y tenemos que despreciar a quienes alimentan los cuentos hollywoodienses de «buenos y malos» para sentir que forman parte del bonito equipo de las almas bellas. Porque no puede haber nada peor que «Occidente», esa putrefacta manzana anglosajona carcomida por el gusano sionista. En Gaza se terminaron de iure las películas de indios (tapadera de otro genocidio): sólo es menester soportar la lógica, sin echar el freno ante las espantosas conclusiones «hitlerianas» (anticipadas, empero, por Marx); todo ello no más que durante cinco escasos minutos y… habremos descubierto por fin cuál es la verdadera realidad.

Necesitamos comprender la verdad, pero por algo más que un prurito intelectual, a saber: para defendernos del genocidio que nos espera a nosotros mismos si nos cruzamos de brazos y no hacemos nada. Porque Israel aniquila a los palestinos, pero no por ser árabes o musulmanes, sino por ser gentiles, es decir, no-judíos. Anatema se llama a esto en la Biblia. Así que el siguiente en la lista —individuo, grupo o pueblo— puede ser cualquiera y quienquiera que no acepte ponerse de rodillas ante el «pueblo escogido». Sí, también nosotros, como nuestros hermanos argentinos están empezando a comprobar.

EL GOBIERNO ISRAELÍ CONFIESA SUS PRETENSIONES GENOCIDAS

¿ESTADO PALESTINO? JAMÁS, HAMÁS

Esta auténtica noticia, que debería haber aparecido en portada en todos los diarios supuestamente progresistas, fue escamoteada. Véase la de «El País» (20 de enero de 2024):

Ni una escueta nota. Sí aparece en la portada de «La Vanguardia», pero sólo en un rinconcito (arriba a la derecha): el tema de los turistas era, por supuesto, mucho más importante…

En «Euronews» se acusa a Borrell de «no aportar pruebas», algo así como decir que Pepito aseveró que «París es la capital de Francia», pero no aportó pruebas, de tal suerte que el lector ya puede fruncir el ceño porque Israel, víctima del Holocausto, «tiene mala prensa»:

Israel financió a Hamas para debilitar a la Autoridad Palestina, según Josep Borrell.

¡¡¡Según Josep Borrell y sin aportar pruebas!!! Borrell debe de estar loco, claro, ahora se comprende que esta información sea tratada cum grano salis. Pero basta con una vértebra del dinosaurio para reconstruir el esqueleto de todo el animal y ahora ya hemos comprendido qué es realmente «Euronews».

Borrell: «Israel ha financiado a Hamás durante años para intentar restar poder a la autoridad palestina de Al Fatah»

¿Y por qué no financiar Al Fatah para restar poder a Hamas? El divide et impera no consiste en apoyar al más fuerte, sino precisamente todo lo contrario (a efectos de mantener la balanza del conflicto siempre equilibrada y perpetuarlo). Por otro lado, Hamas hacía ya mucho tiempo que atentaba, ¿por qué no apoyar entonces a la OLP? Finalmente: hoy todos los palestinos de Cisjordania, y no sólo los de Gaza, son ya pro-Hamas, ¡¡¡curioso divisionismo!!! Conviene preguntarse si la doctrina del divide y vencerás sólo sirve, en este caso, para ocultar algo mucho más horrendo (como acostumbra a ocurrir con las críticas «de izquierdas» al Estado de Israel). La verdad es que Israel no apetecía un «enemigo» nacionalista laico (la OLP), sino un «enemigo» integrista musulmán. Sí, un monstruo lo más parecido posible a otra creación de «Occidente» denominada «Estado Islámico», esa espantosa imagen del mal equiparable a la cinematografía de «Auschwitz». Porque la oligarquía es bíblica y se ve a sí misma como «hija de la luz», mientras que sus víctimas han de ser, para que la profecía dé el pego y ellos mismos se la crean (de tan ridícula que resulta), verdaderos demonios oriundos del infierno atizando las llamas de los «hornos crematorios».

El título más sobrio, de «La Vanguardia»:

Borrell acusa a Israel de haber financiado a Hamas

Pero en este artículo puramente «profesional» y «objetivo» no aparece ninguna información adicional —la cual sí asoma, cuando conviene, en otras noticias— que permita contextualizar la noticia y cuestionar el «relato oficial». Conclusión: la supuesta objetividad, como tantas otras veces, coincide con la mentira pura y simple.

Borrell acusa a Israel de financiar a Hamas y apuesta por «imponer» la creación de un Estado palestino

¿Imponer? ¿Hemos leído bien? ¿Una intervención militar «humanitaria» (¿?) como aquélla otra contra Sadam Hussein (aunque en el caso de Irak justificada con pruebas falsas)? Mas no se sabe cómo va a imponer la UE ese Estado palestino si depende de los EEUU. ¿Desobedecerá el vasallo a su señor? En definitiva, pura palabrería e hipocresía nauseabunda, porque mientras esta UE se hace la «chula» faroleando matonismo para anclar a sus electorados «progresistas», no renuncia al comercio de armas con Israel.

UN SOCIÓLOGO DE FAMA MUNDIAL AFIRMA QUE LOS JUDÍOS CONTROLAN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Todo esto no es una broma.

«Plan contra Hamas no funciona». Borrell impulsa un Estado palestino como única salida a la guerra

Se apoya verbalmente dicha «salida» justo porque todos esos pájaros masones saben de antemano que resulta inviable: Israel ha estado saboteándola durante décadas y, lo que es más importante, nadie la quiere en «Occidente», siendo así que la Biblia nada dice de eso, antes bien ordena entregar en anatema a los amalecitas. De manera que el razonamiento aplicable ad pesimam partem —la única manera de acertar siempre con estos chalados— es el siguiente: apoyemos una salida inviable como única salida viable para que el conflicto se cronifique y no concluya nunca jamás antes de la deportación o exterminio del pueblo palestino, que es de lo que se trata. Y para conseguirlo ahí está Hamás, jamás, jamás, ese instrumento perfecto de los planes israelíes. Fin.

Figueres, la Marca Hispànica, 14 de febrero de 2024

MARTIN BROSZAT (INSTITUTO DE HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE MUNICH): «NO HUBO NINGÚN GASEAMIENTO EN DACHAU»

Principios, normas y valores de esta publicación

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