ADIÓS AL MISTERIO DEL 11-M. RENFE era una empresa pública propiedad del Estado y dependiente del Ministerio de Fomento, cuya cartera administraba a la sazón el ministro Francisco Álvarez-Cascos. Sólo de Aznar podía emanar una orden de desguace que no había sido autorizada, ni nunca lo fue, por la Audiencia Nacional. El móvil político: justificar la guerra de Irak en beneficio exclusivo del Estado de Israel —todos los instigadores estadounidenses del delito son, judíos o cristianos, fanáticos sionistas— y fomentar la islamofobia entre la opinión pública occidental con vistas a la esperada consumación del genocidio palestino. Hito que, en efecto, tenía que llegar, llegó y hogaño está perpetrándose en tiempo real ante nuestros propios ojos con la misma desvergonzada impunidad que en su día el 11-M. Imprescriptible delito de lesa humanidad conducente a la disolución de la OTAN o al abandono unilateral de dicha organización criminal por parte de España. La escena del crimen fue destruida por mandato  expreso, aunque sólo verbal por razones obvias, del presidente del Gobierno a fin de encubrir al auténtico ejecutor del atentado, a saber, la unidad P2OG de las FF. AA. estadounidenses. Y todo ello, por supuesto, a iniciativa del Pentágono —léase: del amiguísimo George W. Bush— sumada a la cooperación necesaria de la OTAN, que el día anterior, en un simulacro de atentado yihadista con 200 muertos, puso en circulación por el territorio español a los siniestros verdugos del pueblo español (pagados con nuestros impuestos). Bush, además, sólo pudo satisfacer sus inclinaciones supremacistas de nauseabundo tarado bíblico amparándose en normas sobre la libre actividad de unidades militares especiales estadounidenses en territorio español que, para tal propósito, había legalizado el propio presidente Aznar unos años antes. De la base de Rota, la unidad P2OG se trasladó a Torrejón de Ardoz, donde operaría la noche del 11 de marzo de 2004 colocando los explosivos militares C-4 en los trenes de la muerte. Ejecutada la masacre, los perpetradores volvieron tranquilamente a Torrejón de Ardoz y, acto seguido, fueron quizá trasladados —pero este extremo no es seguro— al aeropuerto de Mallorca, donde les esperaba el famoso avión de la CIA que despegó ese mismo día rumbo a Irak. Entonces, y sólo entonces, empezaron las tareas de la trama de encubrimiento, cuyo primer episodio fue la rauda e ilegal supresión de la escena del crimen ordenada por el mentiroso patológico y criminal genocida sionista José María Aznar López.

IMPLICACIÓN DE AZNAR EN LA PERPETRACIÓN DEL 11-M (1). LOS PACTOS CON BUSH

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Red_Nacional_de_los_Ferrocarriles_Españoles

Estamos ante una Operación Gladio de manual cuyo indicio más abrumador es precisamente la desaparición de los trenes. ¿No percibía el Gobierno, en el mejor de los casos, lo que estaba pasando? ¿Quién disponía de la suficiente autoridad ejecutiva en RENFE y, por tanto, asumía el deber legal de custodia de la principal fuente de prueba? Este hecho ha estado delante de nuestros ojos, como un elefante en la habitación, durante veinte años, pero en ciencia —y la criminalística es una ciencia— no hay hechos sin teorías o hipótesis o líneas de investigación (o como se las quiera llamar). Los hechos más obvios no hablan por sí mismos, sino en el marco de una interpretación que no procede de los hechos mismos, sino del sujeto de conocimiento: el investigador. La obviedad de RENFE como empresa pública y su relación orgánica con el Gobierno español fue ignorada por libros presuntamente especializados —y «basados en hechos, sólo en hechos, no en etéreas teorías»— como el de Carlos Sánchez de Roda Los trenes del 11-M. Las pericias necesarias (Madrid, Última Línea, 2015): ni un capítulo o apartado dedicado a la naturaleza, organización y estructura jerárquica de RENFE en una obra de 467 páginas informada con los más prolijos detalles sobre el destino de los trenes.

CARTA ABIERTA A CARLOS SÁNCHEZ DE RODA

Porque esa explicación no ha sido ocultada únicamente por la «versión oficial oficial», sino también por la versión «alternativa oficial» expresamente diseñada a la par que el propio atentado con objeto de extraviar a los más críticos e incrédulos, siendo así que los señuelos de ETA fueron colocados a propósito por el señor Aznar. Cuando la hipótesis ETA se desgastó, apareció oportunamente el señor Villarejo, otro Gladio de manual, para idiotizar definitivamente a los críticos con el cuento de Marruecos (y Francia). Reciente es el libro de Lorenzo Ramírez, que reconoce por fin la autoría Gladio —publicando como propia información de CARRER LA MARCA y otros investigadores de internet—, pero sólo para exonerar al principal responsable político español de la fechoría terrorista y presentarlo, una vez más, como «la principal víctima del 11-M» (López Brú). En definitiva, el ex presidente y la derecha en general han amparado y sido amparados (o abonados) por una escuela de conspiranoicos profesionales a fin de explotar los enormes vacíos y debilidades de la sentencia en beneficio del PP pero, sobre todo, para blindar al propio Aznar. Esta narrativa («El Mundo», Luis del Pino, Ignacio López Brú, Carlos Sánchez de Roda, Terra Ignota, Expediente Royuela y muchos otros propagandistas) era tan falsa como la oficial, pero sólo su verdadera función —mantener distraídos a los únicos «críticos», todos de derecha, ante la manifiesta inanidad del relato oficializado—, explica dos décadas perdidas de ceguera voluntaria. Explicar esto nos ha llevado casi dos años desde que CARRER LA MARCA, después de haber resuelto el misterio de ese otro fraude Gladio denominado Expediente Royuela, emprendió la imposible aventura de desmontar la doble mentira del 11-M.

IMPLICACIÓN DE AZNAR EN LA PERPETRACIÓN DEL 11-M (1). LOS PACTOS CON BUSH

Porque lo primero que debe caer y cae aquí es la prepotente «versión oficial oficial», resultado de un juicio-farsa que cualquier persona medianamente culta y un mínimo de honestidad puede reconocer como tal. Sin olvidar que la auténtica versión oficial, en el sentido más riguroso de la palabra, es la del Tribunal Supremo, la cual reconoce implícitamente la inanidad del proceso judicial al exonerar a la mayoría de los acusados —asesinados en Leganés, y esto lo añadimos nosotros, por unidades especiales de las cloacas del Estado— y reconocer que la autoría intelectual del atentado permanece ignota. La versión «oficial-oficial», periodística, política, la de los mediocres que no-quieren-complicarse-la vida, cree saber quiénes fueron los perpetradores yihadistas y acata con los ojos cerrados la culpabilidad de Jamal Zougam, el único condenado por colocar las bombas, cuya inocencia resulta obvia con sólo examinar las pruebas en que se sustenta su prevaricadora inculpación. Pero volvamos a los trenes.

ATENTADO ESTADOUNIDENSE EN MADRID (2). LA AUTORÍA DE LA OTAN

Para resolver el misterio del 11-M con los limitados medios de los que pueda disponer un particular anónimo, un don nadie, había que reducir el formato de la masa probatoria y enfocar la atención crítica hacia un aspecto controlable, pero decisivo, de todo el proceso de encubrimiento. Muchos otros investigadores, siguiendo esa misma estrategia, eligieron los explosivos, la Kangoo, la mochila de Vallecas o Leganés. Pero obsérvese que todos esos elementos sólo adquirían importancia después de haberse quitado de en medio la molesta e insobornable escena del crimen. Así, que —conclusión— la identidad de quien destruyó la escena del crimen nos estaba mostrando la clave de la verdadera autoría. La pregunta por la persona que ordenó la destrucción de los trenes y fijó las condiciones para que la trama de encubrimiento pudiera crear ex novo una «escena del crimen alternativa» —mochila de Vallecas, Kangoo y Leganés— conducía directamente al señor X del 11-M. Dicho señor X no es, empero, José María Aznar López, sino alguien que aparece junto a Aznar en la famosa fotografía de las Azores. Aznar, su sicario, señala en esa dirección. Si es una víctima, si fue «engañado» o «traicionado» (Lorenzo Ramírez) que lo diga ya o calle para siempre. Tic, tac…

Figueres, la Marca Hispànica, 11 de marzo de 2024

ATENTADO ESTADOUNIDENSE EN MADRID (3). LAS TRAMAS GLADIO DEL 11-M

Principios, normas y valores de esta publicación

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