VERGONZOSO ESPECTÁCULO. La verdadera noticia tiene un nombre: infarto de la verdad por asfixia de fake news. Una bandada de risueños impostores se ha apoderado de las redes, pero también al parecer de los medios de comunicación corporativos, concediendo credibilidad a las cifras electorales presentadas por la oposición venezolana: un 67-80% de votos —el dato baila— para el candidato Edmundo González. Sólo un supino ignorante y cretino integral podría «tragarse» semejante bulo, pero ha devenido poco menos que «verdad oficial» de Occidente. Enfrente, el chavista Nicolás Maduro, con su pésima performance habitual, contribuye al espectáculo acusando a dichos opositores de «fascistas», el mismo relato fake con que la izquierda occidental oculta la verdadera naturaleza de la oligarquía financiera sionista (la «alta finanza» en la jerga de Adolf Hitler). Los ultras judíos y sionistas cristianos que intentan derribar el régimen nacionalista y socialista de Venezuela —a fin de apoderarse de sus recursos petrolíferos— son así ocultados a la mirada pública por el propio régimen bolivariano; éste rinde tributo al mito de un fantasmal «fascismo» que sólo existe en la propaganda oligárquica fabricada precisamente por los peores enemigos de Venezuela. Mendaces, pues, unos y otros, intentaremos en este artículo ofrecer una imagen más objetiva de lo que sucede realmente allí. De hecho, el argentino Norberto Ceresole, asesor de Hugo Chávez al que el lobby cubano expulsó de su entorno cuando el comandante empezaba a adquirir relevancia política, ya predijo lo que le iba a suceder si no se aclaraba la cuestión ideológica en la que ahora abundaremos. Ceresole fue precisamente, empero, lo más parecido a un fascista revolucionario (de izquierda nacional o socialista nacional) que pudiera encontrarse en América Latina. Los rasgos del régimen chavista que posibilitan su pervivencia frente al intervencionismo oligárquico, a saber, el social-nacionalismo, la institucionalidad política del ejército y el caudillismo, proceden de ese sustrato ideológico fascista. ¿Qué valor, como fuente de legitimidad, exhiben entonces en el contexto venezolano actual y después de siete años de guerra comercial occidental contra Venezuela, unas «elecciones»? Ocho millones de exiliados hostiles al régimen no han podido votar, de tal suerte que los estándares liberales de validez política habrían sido en cualquier caso totalmente vulnerados. La pregunta pertinente es entonces si esa emigración masiva es el resultado de las «malas políticas» del «socialismo nacional» chavista o ha sido provocada por los poderes oligárquicos que sabotearon la economía venezolana desde el mismo momento en que, con Chávez y a partir de 2003, empezó a levantar el vuelo. En efecto, no puede haber soberanía popular ni, por tanto, democracia, más que sobre el fundamento de la soberanía nacional. ¡Democracia y liberalismo no se confunden! Las fuerzas políticas que representan la soberanía nacional ostentan legitimidad democrática, frente a las que representan sólo intereses extranjeros e ingerencistas, cualesquiera que sean los votos obtenidos en las urnas. El sujeto de la soberanía nacional no es el individuo y, por ende, tampoco una suma de votos individuales, sino la nación. El criterio de legitimidad del caudillo que representa la soberanía nacional es la acclamatio (en Max Weber la legitimación o autoridad carismática). Pero explicar esto, decir la verdad, convertiría a Nicolás Maduro en un fascista, cuando es sólo un arlequín progresista en chándal de colores, polichinela de la obsoleta Cuba marxista.

ESTADOS UNIDOS NO ES UNA DEMOCRACIA Y NUNCA LO HA SIDO (Fernando García Bielsa)

Hugo Chávez con el ideólogo «fascista» Norberto Ceresole.

LA SOBERANÍA NACIONAL COMO CONDICIÓN DE POSIBILIDAD Y PRE-REQUISITO INSOSLAYABLE DE LA DEMOCRACIA

Si una nación no es soberana, sus políticos e instituciones, a despecho de unas superficiales apariencias liberales, no tienen las manos libres para hacer efectiva la voluntad emanada de la soberanía popular, porque los verdaderos amos, bimillonarios extranjeros organizados en forma de mafia, se lo impiden. ¿Requerirá de demostración esta evidencia de sentido común? El converso al judaísmo Javier Milei es actualmente un ejemplo de lo que sucede cuando un títere de la oligarquía financiera sionista desmantela el Estado nacional, vende literalmente el país a precio de saldo, empobrece a las masas trabajadoras compatriotas y luego se beneficia, a título personal, de la traición perpetrada contra su propio pueblo.

En el video incrustado supra explicamos estas cuestiones de forma introductoria. En Occidente existe algo denominado liberalismo cuya relación con el concepto de democracia resulta harto problemática: ¿puede hablarse de democracia cuando, vote a quien vote el elector, las políticas que se aplican vienen en la práctica dictadas por la oligarquía financiera para su único y exclusivo beneficio? ¿Votan los trabajadores por perder poder adquisitivo, año tras año, mientras los superricos son cada vez más ricos y compran las instituciones mediáticas para impedir que la información veraz y relevante configure una opinión pública ilustrada (capaz de tomar decisiones políticas en beneficio de toda la sociedad y no sólo de una minoría privilegiada)? En consecuencia, puede afirmarse que, bajo el modelo liberal de pseudo soberanía popular, el resultado de unas elecciones resulta poco significativo a efectos de legitimidad democrática.

UN SOCIÓLOGO DE FAMA MUNDIAL AFIRMA QUE LOS JUDÍOS CONTROLAN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Algo sucede entre esa supuesta implementación técnica de la soberanía popular (las elecciones) y las políticas que la desarrollan en las instituciones para que sus políticas dañen de facto los intereses morales y materiales de la mayoría de la población. Ahora bien, el secuestro de la soberanía popular acontece precisamente en ese tramo del proceso de formación de la opinión pública donde los medios de comunicación, propiedad de la oligarquía, manipulan a la gente de manera descarada mediante omisión de información decisiva, fake news y relatos manipulados (en muchos casos «de izquierdas»), promoción de falsos conflictos identitarios de género (u otros) que encubren el verdadero conflicto social (la contradicción principal entre el pueblo trabajador de la nación y la oligarquía financiera sionista), lawfers que deciden el destino de los partidos políticos o la reputación de dirigentes molestos, fraudes electorales, etcétera. Cuando un país, como es el caso de Venezuela, intenta escapar de esa trama liberal mafiosa, allí donde, en la denominada periferia del sistema global, a la opresión social se añade una desvergonzada opresión nacional neocolonial, los poderes oligárquicos adoptarán las medidas oportunas para solucionar «el problema» … ¿Qué problema? Pues precisamente el problema de la democracia, de la democracia nacional-popular, incompatible con la oligarquía de élites parasitarias. No vamos a entrar aquí en detalles que ya hemos expuesto en otros artículos y valen no sólo para Venezuela, sino para toda Iberoamérica y la entera periferia capitalista, pero, resumido, el proceso es simple: 1/ se propone sobornar al político honesto; 2/ si no cede, se le amenaza e intenta desacreditar (extorsión, difamación); 3/ si a pesar de ello persiste en desafiar el mandato de la oligarquía, el siguiente paso es el asesinato; 4/ si sobrevive a todo lo anterior y llega a gobernar el país, comienzan las operaciones de mayor cuantía contra la nación díscola que «votó mal», a saber: desde la guerra comercial para desencadenar disturbios y represión interna hasta el golpe de Estado o la invasión militar, normalmente «en defensa de los derechos humanos y la democracia» supuestamente vulneradas. John Perkins explica en un libro de fama mundial los detalles de este «protocolo» mafioso contra la honestidad política (véase artículo infra).

EL CRIMINAL NEOCOLONIALISMO DE LOS EEUU EXPLICADO POR UNO DE SUS EX AGENTES (1). LA CONFESIÓN

Norberto Ceresole, asesor ideológico de Hugo Chávez, a la derecha, con José Antonio Aguilar y Juan Antonio Llopart, del partido nacional-revolucionario («fascista») Movimiento Social Republicano (MSR).

En el video incrustado supra explicamos y acreditamos con datos de fuentes fiables cómo la oligarquía financiera adoptó en 2017 las medidas oportunas de guerra económica a fin de erosionar los fundamentos de la sociedad venezolana y poder propalar informaciones que justificaran el descrédito del régimen bolivariano entre la propia opinión pública del país. Breve: la estrategia oligárquica consistió en oponer la soberanía popular a la soberanía nacional para, en nombre de la «democracia», someter al país poniéndolo en manos de una oligarquía cipaya autóctonala «oposición»— al servicio de los EEUU, brazo armado de la oligarquía financiera sionista. Todos los pasos mafia like de los gángsteres pueden ilustrarse en el caso del régimen bolivariano que, sin embargo, no ha cedido y es objeto de ataques oligárquicos cada vez más furiosos.

A continuación desgranaremos la siguiente información (que puede ser analizada y desarrollada in extenso punto por punto pero nosotros nos limitamos a resumir y condensar): 1/ intervencionismo estadounidense en América Latina; 2/ doctrina del Destino Manifiesto, doctrina Monroe y Operación Cóndor; 3/ intervencionismo estadounidense en Venezuela antes del chavismo y contra el chavismo; 4/ guerra económica y fractura de la sociedad venezolana; 5/ tema elecciones 2024 en contexto: las actas y la ley electoral en Venezuela.

Para empezar nos remitiremos al informe de Alfred María de Zayas, relator especial de  la ONU y persona que, a nuestro entender, merece cierto crédito (aunque por supuesto no compartamos todas sus ideas o apreciaciones políticas) por el hecho de que, en calidad de historiador, denunció el genocidio del pueblo alemán tras la Segunda Guerra Mundial, calificando el juicio de Nüremberg como «tribunal fariseo»: no parece, por tanto, un títere del judaísmo. Su informe completo sobre Venezuela, publicado en septiembre de 2018, puede encontrarse aquí:

Informe sobre la promoción de un orden internacional democrático y equitativo acerca de su misión de Venezuela y al Ecuador

En la página 10, parágrafos 27 y ss., se refiere a los «Obstáculos que impiden el disfrute de los derechos humanos: guerra económica». De Zayas concluye que en Venezuela no hay una crisis humanitaria provocada por el fracaso del régimen, sino los efectos de una guerra económica occidental contra la nación y el Estado venezolanos que repercute de forma criminal en los derechos humanos del pueblo.

Las sanciones a Venezuela atentan contra los derechos humanos de personas inocentes.

Experto de la ONU Alfred de Zayas: sanciones contra Venezuela constituyen crímenes de lesa humanidad.

Informe de la ONU asegura que situación en Venezuela responde a guerra económica contra el país.

DEMOCRACIA NO SIGNIFICA ELECCIONES Y VOTOS, SINO PODER DEL PUEBLO

INTERVENCIONISMO ESTADOUNIDENSE EN VENEZUELA: UN ATAQUE A LA SOBERANÍA NACIONAL Y, POR TANTO, A LA DEMOCRACIA

Intervencionismo estadounidense en América Latina.

Intervención estadounidense en golpes de Estado en América Latina.

La historia de las intervenciones de Estados Unidos en América Latina y el Caribe.

Reproducimos íntegramente el artículo de «Granma» (30-4-2019) enlazado arriba:

La historia de las intervenciones de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, mediante el empleo de su Agencia Central de Inteligencia (CIA), otros servicios especiales y sus fuerzas armadas, son harto conocidas y se encuentran bien documentadas, incluso por documentos oficiales desclasificados por las autoridades yanquis.

-México fue la primera víctima de la tristemente célebre doctrina Monroe (léase América para los EE.UU.), pues entre 1846 y 1848 EE.UU. llevó a cabo una guerra contra ese país, que pierde casi la mitad de su territorio (Texas y California).

-En 1854 la marina de EEUU bombardeó y destruyó el puerto nicaragüense de San Juan del Norte. Un año más tarde -1855-, William Walker, entonces operario de los banqueros Morgan y Garrison, invadió Nicaragua y se proclamó presidente.

-En 1898 los militares norteamericanos ejecutaron la invasión contra Puerto Rico y Cuba, que entonces eran colonias españolas. Actualmente Puerto Rico sigue siendo una colonia estadounidense.

-En 1901, las fuerzas ocupantes de EE.UU. en Cuba impusieron la intervencionista Enmienda Platt en la Constitución de la nueva República, mediante la cual se arrogaba el derecho de intervenir en los asuntos cubanos cada vez que lo creyera conveniente.

– Para 1903 llegó el momento de Panamá. EEUU promovió la segregación del Canal de Panamá, que entonces era parte de Colombia, y se adueñó de sus derechos.

– El 29 de septiembre de 1906, el Secretario de la Guerra de Estados Unidos, William H. Taft, asumió el cargo de Gobernador Provisional, con lo cual se consumó la segunda ocupación militar norteamericana en Cuba.

– En 1908 se realizó otra intervención de EEUU en Panamá. Ese año se realizaron las primeras elecciones presidenciales, pero hubo muchas denuncias por irregularidades. Las tropas estadounidenses tuvieron que intervenir.

– En 1912 Nicaragua vuelve al escenario de Washington. Los marines yanquis ocuparon Managua, Granada y León para evitar el derrocamiento de su presidente aliado, Adolfo Díaz. No fue sino hasta 1933, que las tropas se retiraron después del levantamiento popular liderado por el General Augusto César Sandino.

-En 1914 los estadounidenses vuelven a ocupar México, esta vez la Marina ocupó la ciudad portuaria de Veracruz, aparentemente motivada por la detención de soldados norteamericanos en Tampico.

En 1915 los marines gringos ocupan Haití para salvaguardar los intereses de corporaciones de EEUU. y se quedan hasta 1934.

-República Dominicana, 1916. Marines estadounidenses ocupan el país. Las tropas toman el control de la nación e imponen un gobierno militar. La ocupación se prolonga hasta 1924.

– Panamá, 1918. Tropas estadounidenses ocuparon Panamá para «supervisar» las elecciones legislativas y municipales. En julio de ese año ocupan también la provincia de Chiriquí alegando que «era preciso en virtud de (preservar) la seguridad» de los estadounidenses.

– La infantería de marina estadounidense invade Honduras en 1924 para «mediar»en un enfrentamiento civil, luego que diversos sectores alegaran fraude en las elecciones de 1923.

-Nicaragua, 1926. EEUU decide crear en Nicaragua una Guardia Nacional, Augusto César Sandino se opone y propone crear un ejército popular para combatir a los ocupantes.

-República Dominicana, 1930. Comienza la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, gestión apoyada por EEUU. Su tiranía, que se extendió hasta 1961.

-En 1934 cae asesinado el líder revolucionario César Augusto Sandino. Su muerte fue ordenada por el dictador Anastasio Somoza García con la complicidad del embajador estadounidense Arthur Bliss Lane.

-En 1941 en Panamá es depuesto el presidente Arnulfo Arias Madrid por un golpe militar liderado por Ricardo Adolfo de la Guardia, quien primero consultó su plan con el embajador de Estados Unidos. Cinco años después -1946- EEUU crea la Escuela de las Américas en Panamá. En esta institución se forman varios de los protagonistas de las dictaduras militares en Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Venezuela.

-Cuba, 1952. El general Fulgencio Batista da un golpe de Estado contra el presidente Carlos Prío Socarrás con el apoyo de EEUU.

-Guatemala, 1954. La CIA, con el apoyo de la United Fruit Company, orquesta el derrocamiento del gobierno democráticamente electo de Jacobo Árbenz.

-Cuba, 1960. El presidente de EEUU, Dwight Eisenhower, autoriza la realización en gran escala de acciones encubiertas para derribar al Gobierno revolucionario de Fidel Castro Ruz, quien había llegado al poder en enero de 1959.

-Cuba, 1961. Una brigada de mercenarios entrenados y dirigidos por EEUU, con apoyo aéreo y logístico, desembarcan en Bahía de Cochinos. Los invasores son derrotados en menos de 72 horas en Playa Girón.

-Brasil, 1964. El gobierno estadounidense promueve y apoya un golpe de Estado contra el presidente de Brasil Joao Goulart, quien había adoptado medidas socialistas. Se proponía llevar a cabo una reforma agraria y nacionalizar el petróleo.

-República Dominicana, 1965. EEUU envía más de 40.000 marines para reprimir un movimiento que intentaba restaurar en el poder al anteriormente derrocado presidente progresista y democráticamente electo Juan Bosch. La acción dejó cerca de 3.000 muertos.

-Guatemala, 1966. El gobierno estadounidense envía armas, asesores y Boinas Verdes a Guatemala para implementar una llamada campaña contrainsurgente.

Operación Cóndor -década de los 70 y 80-. EE.UU. promovió y apoyo las dictaduras de Hugo Banzer en Bolivia (1971-1975), Ernesto Geisel en Brasil (1974-1979), Augusto Pinochet, Chile (1973-1990), Alfredo Stroessner en Paraguay (1954-1989), Juan María Bordaberry en Uruguay (1973-1976) y Jorge Rafael Videla, Argentina (1975-1978).

La Operación Cóndor trabajaba como una red clandestina de las dictaduras para perseguir, vigilar, torturar, asesinar y hacer desaparecer a grupos subversivos. Esta operación también incluyó labores en el Caribe, Venezuela, y demás países de la región, donde se persiguieron y asesinaron a miles de comunistas.

-Chile, 1973. El militar Augusto Pinochet toma el poder tras ejecutar un golpe de Estado apoyado por la CIA en contra del presidente electo socialista Salvador Allende.

-El Salvador, 1980. EEUU incrementa la asistencia masiva a los militares de El Salvador que se enfrentan a las guerrillas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

-Nicaragua, 1981. La administración del presidente de EEUU, Ronald Reagan, inicia su guerra contra el sandinismo y autoriza a la CIA recursos por 19,5 millones de dólares para crear la llamada Contra, fuerza paramilitar, compuesta de antiguos miembros de la Guardia Nacional de la derrocada dictadura de Anastasio Somoza Debayle.

-Granada, 1983. 7.000 soldados norteamericanos invaden la Isla para derrocar a su presidente Maurice Bishop. La operación fue denominada «Furia urgente».

-En 1989, el presidente George Bush (padre) ordena la invasión de Panamá con la excusa de arrestar a quien fuera su protegido, el general Manuel Antonio Noriega. La operación dejó unos 3.000 panameños muertos y se ejecutó luego que Noriega traicionara los intereses de Washington en el negocio del narcotráfico en la región.

-En 1994 miles de militares estadounidenses invaden Haití con el pretexto de garantizar la transferencia de poder de la cúpula golpista, encabezada por el general Raúl Cedras, al presidente electo Jean Bertrand Aristide.

-Haití, 2003. El presidente Aristide es derrocado por un golpe militar apoyado por EE.UU. después de ocho meses en el cargo.

-En 2004 se implementa una campaña de violencia para desestabilizar Haití, la cual proporciona el pretexto para que las fuerzas estadounidenses entraran en el país caribeño y derrocaran a Aristide de la presidencia del país.

-Bolivia, 2008. El gobierno del presidente Evo Morales logra abortar un golpe militar que amenazaba la democracia de ese país. La intentona fue planificada y promocionada por el gobierno de EEUU.

-Honduras, 2009. EE.UU. apoya a sectores opositores hondureños para iniciar una crisis política en los poderes hondureños. Finalmente, el 29 de noviembre del 2008 secuestran al presidente Manuel Zelaya y colocan como jefe de Estado impuesto por EE.UU. a Porfirio Lobo, quien es reconocido inmediatamente por Washington.

-Ecuador, 2010. Una supuesta revuelta policial contra una ley salarial es la excusa para emprender un golpe de Estado contra el presidente, Rafael Correa, con el auspicio de Estados Unidos.

-Paraguay, 2012. Se ejecuta el primer golpe parlamentario en la región. Esto auspiciado bajo la figura del «lawfare» o persecución judicial. Ese año la víctima fue el presidente socialista Fernando Lugo, quien fue depuesto de su cargo en un juicio político irregular impulsado por la derecha paraguaya y apoyado por EEUU.

-Brasil, 2016. Se ejecuta el segundo golpe parlamentario en la región (lawfare). Se destituye a la presidente Dilma Rousseff de la presidencia y se fragua golpe de Estado para colocar al dictador Michel Temer.

-2002. El gobierno de George W. Bush promueve y apoya el golpe de Estado contra el presidente constitucional Hugo Chávez Frías. Las acciones las emprendieron principalmente grupos poderosos de la economía nacional.

– El 19 de abril de 2013, Nicolás Maduro resultó electo Presidente de la República. Desde que asumió el cargo como jefe de Estado sectores de la derecha con el apoyo de EE.UU. promueven una guerra económica, de sabotaje y un asedio político, con estrategias similares a las ejecutadas contra Salvador Allende en Chile.

-2014. Durante el primer semestre del año, sectores de la derecha apoyados con sectores de EEUU promueven una serie de acciones violentas, autodenominadas como «guarimbas», que cobró la vida de 43 personas y dejó más de 800 heridos.

-2017. Vuelven las acciones sediciosas promovidas por la organización contrarrevolucionaria Voluntad Popular. Se reinicia la violencia en las calles y se producen más de 120 asesinatos, miles de heridos y millonarios daños al patrimonio público y privado. El golpe de Estado no tiene los resultados y cesan las acciones de calle.

-2018. Se ejecuta un intento de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro. El acto terrorista fue perpetrado el 4 de agosto en la avenida Bolívar de Caracas, mientras el mandatario venezolano realizaba una actividad con efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana.

-2019. A partir de la primera semana de enero países aliados a los intereses de EEUU comenzaron a no reconocer el gobierno constitucional de Nicolás Maduro, electo en mayo de 2018 en comicios presidenciales.

Fuente: https://www.granma.cu/mundo/2019-04-30/la-historia-de-las-intervenciones-de-estados-unidos-en-america-latina-y-el-caribe-30-04-2019-16-04-08

La historia del intervencionismo estadounidense en América Latina es tan bochornosa, abrumadora e inapelable que las críticas a la supuesta «teoría» del hegemonismo yanqui sólo pueden proceder de auténticos sinvergüenzas a sueldo de los opresores. Dicha historia no sólo está hoy perfectamente documentada, sino que conocemos los motivos ideológicos que la suscitan de boca de los propios perpetradores, así como los ruines métodos que han utilizado para implementarla mediante los correspondientes sicarios y mercenarios de la peor calaña. No hay dudas sobre el fondo del asunto, a pesar de lo cual se pretende que el «intervencionismo yanqui» es sólo un mito de la izquierda para justificar los supuestos fracasos del socialismo nacional iberoamericano (otra mentira que mezcla fraudulentamente el socialismo nacional, el cual en América Latina es además de sesgo socialdemócrata, con el ruinoso comunismo marxista-leninista: pero puede también refutarse fácilmente este bulo a base de datos de dominio público). Las últimas entradas del listado de «Granma» hacen referencia a Venezuela y, aunque detéctanse ya intervenciones yanquis desde 1948 y en la época de Nixon, nos centraremos en las intervenciones más recientes, que comienzan en 2002 con 1/ el golpe de Estado contra Chávez e incluyen: 2/ golpe de Estado contra Nicolás Maduro; 3/ intento de asesinato de Nicolás Maduro; 4/ guarimbas de 2014 y 2017; 5/ nuevo intento de golpe de Estado mediante guarimbas en 2024 (hoy en curso):

Golpe de Estado en Venezuela (2002).

Maduro proclama el fracaso del golpe de Estado de Guaidó y Estados Unidos.

¿Qué son las guarimbas?

Tres meses de protestas en Venezuela.

Atentado en Caracas (2018).

Sobre la legitimación del intervencionismo estadounidense en América Latina se dispone también de documentos de dominio público, entre ellos la Doctrina Monroe y la Doctrina del Destino Manifiesto, basada en el supremacismo bíblico de procedencia judía:

Un ministro puritano de nombre John Cotton, en 1630 afirmó lo siguiente: «Ninguna nación tiene el derecho de expulsar a otra, si no es por un designio especial del cielo como el que tuvieron los israelitas, a menos que los nativos obraran injustamente con ella. En este caso tendrán derecho a librar, legalmente, una guerra con ellos y a someterlos.»

Fuente: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Doctrina_del_destino_manifiesto

El supremacismo blanco estadounidense no procede del fascismo, como la izquierda filojudía nos quiere hacer creer, sino de la Biblia y, más concretamente, de la Biblia hebrea —la Torah— y, singularmente, del concepto genocida israelita de «pueblo escogido».

EL JUDAÍSMO COMO IDEOLOGÍA RACISTA, SUPREMACISTA Y GENOCIDA (2). SUPREMACISMO

Las prácticas genocidas de EEUU en América Latina quedaron perfectamente documentados en la Operación Cóndor. Al igual que en el caso europeo —Operación Gladio— el ejercicio gubernamental del sionista judío Henry Kissinger tuvo la habilidad de reclutar a ex fascistas renegados o de utilizar símbolos fascistas para perpetrar sus delitos, mientras regímenes inspirados por el socialismo nacional, como fue el caso del peronismo, eran derrocados con el apoyo del Estado de Israel y el partido comunista (dictadura de Videla en Argentina). De estos hechos procede la obtusa retórica antifascista de Nicolás Maduro, que contrasta con la verdadera procedencia ideológica del régimen bolivariano.

LOS EEUU Y LA UE NO SON DEMOCRACIAS REALES (Cristina Lafont)

https://x.com/JaumeFarrerons/status/1820472543582806115

LA LEGITIMACIÓN DEMOCRÁTICA ILIBERAL DE LA SOBERANÍA NACIONAL EN NORBERTO CERESOLE Y LA CRISIS VENEZOLANA

A continuación documentaremos la cuestión de la influencia de la ideología de Norberto Ceresole en la práctica política del chavismo. Pero antes conviene aclarar que Ceresole fallece en 2003 y el desarrollo del régimen chavista acaba sólo de empezar después del fracaso del golpe de Estado anti-chavista del 2002. El crecimiento del PIB en Venezuela se disparará en los próximos años. Ese crecimiento sólo termina y cae literalmente en picado como resultado de las medidas adoptadas por Washington desde 2014, cuando EEUU pacta con su aliado árabe principal, a saber, la Arabia Saudí, una brusca caída del precio del petróleo y emprende la guerra económica, financiera y comercial con el Estado nacional venezolano.

PIB Venezuela.

Inicio de las sanciones contra Venezuela.

Precio del petróleo.

Por tanto, en la valoración de las críticas de Ceresole al chavismo, reales o imaginarias, debe tenerse siempre en cuenta este dato: el autor no llegó a conocer los éxitos sociales y económicos de la Revolución Bolivariana que provocaron el inicio de la guerra económica de EEUU contra Venezuela.

Homenaje a la muerte de Norberto Ceresole.

La conquista del imperio americano (texto completo en pdf de libro de Norberto Ceresole).

Caudillo, ejército, pueblo (texto en pdf del libro de Norberto Ceresole).

La culminación existencial e intelectual del pensamiento de Norberto Ceresole se encuentra en el libro La falsificación de la realidad (Madrid, Libertarias, 1998), donde confiesa lo siguiente (p. 15):

Con esto quiero decir que había cumplido cincuenta años de una vida política que consideraba plena de acontecimientos y de vivencias, desconociendo completamente el acontecimiento y el problema central del mundo occidental. Es muy distinto estar en el mundo pensando que la contradicción principal es, por ejemplo, «pobres versus ricos», o «periferia versus centro», que estar en el mundo sabiendo que la cuestión judía es la categoría que determina todos los otros niveles de la actividad política y social. No sólo sabiéndolo, claro, sino actuando en consecuencia.

Toda la obra, de 469 páginas, es un desarrollo de las implicaciones políticas de esta contradicción principal que nosotros hemos denominado contradicción principal entre el «pueblo trabajador de la nación» y la «oligarquía financiera sionista«.  A continuación transcribimos un artículo sobre el conflicto que expulsó a Norberto Ceresole de Venezuela después de que se conociera su relación con Hugo Chávez y saltaran las alarmas cubanas (marxistas) y oligárquicas (judías):

Norberto Ceresole y la crisis venezolana

Por Juan Gabriel Caro Rivera | 14/08/2019 | Venezuela

Fuentes: Rebelión

Hoy día quizás el nombre de Norberto Ceresole resulte desconocido para la mayoría de las personas que ni siquiera conocen su obra, pero este sociólogo militar y analista geopolítico fue uno de los grandes teorizadores de la revolución bolivariana de Venezuela.

Norberto Ceresole conoció a Hugo Chávez mucho antes de ser presidente, en sus primeros viajes a Venezuela en 1995. En ese entonces, el exiliado argentino intentó asesorar a Chávez y convencerlo de la necesidad de una revolución que estuviera basada sobre una geopolítica continentalista y un caudillismo postdemocrático que se convertiría en un futuro faro de libertad para América Latina. Ceresole buscaba aplicar su modelo revolucionario según el cual el ejército, el caudillo y el pueblo formarían una triada capaz de entrelazarse en un destino común, cuyo objetivo sería la soberanía, la independencia tecnológico-militar y la creación de un frente multipolar, aliada a otras naciones del Tercer Mundo, especialmente en el Medio Oriente y cercana al nacionalismo árabe. El joven comandante Hugo Chávez, todavía fuertemente influido por el Movimiento Bolivariano Revolucionario-200, prestó poca atención al profesor argentino, que luego sería amenazado para que abandonara Venezuela, según él, por la DISIP bajo la supervisión del MOSSAD.

De todas las críticas realizadas por el ya fallecido sociólogo, quizás una de ellas continúa siendo decisiva para entender la decadencia del proceso venezolano: para Ceresole, existían en realidad dos corrientes contrapuestas al interior de la revolución bolivariana venezolana que terminarían produciendo un conflicto interno en cualquier momento: «hoy, la revolución bolivariana se debate entre dos opciones excluyentes: la social-globalista y la nacional-continentalista o bolivariana, propiamente dicha. Al igual que otras tantas veces en la historia del mundo, revolución y contrarrevolución coexisten, provisoriamente, dentro de un mismo proceso político» (1). Así, formulaba la hipótesis de una guerra civil dentro del chavismo que terminaría partiendo a la mitad la revolución y conduciría poco a poco al país al caos y a la ingobernabilidad. La primera corriente, como el mismo señala, se trataría de la socialdemocracia o los social-globalistas, un conjunto variopinto de corrientes políticas representantes de la enfermedad infantil del izquierdismo: «La contrarrevolución no es solamente la Oligarquía Globalizante, sino también sus socios de la izquierda (armada o civilizada, bolchevique o socialdemócrata, castrista o simplemente progresista, todos hijos de una misma teología y de un mismo padre Mesiánico), que buscan infiltrarse en el proceso revolucionario nacional, auténticamente endógeno, para pervertirlo y anularlo» (2). Esta izquierda global, postmoderna, socialdemócrata y fabiana, cuya cabeza político-ideológica seria la London School of Economics y el Deep State británico, estaría compuesta por toda clase de oportunistas y dobles agentes: desde el expresidente Juan Manuel Santos de Colombia hasta el [José] Luis Rodríguez Zapatero en España, e incluyendo a otros intelectuales alter-globalistas y demócratas sionistas como Jimmy Carter y Noam Chomsky, o países e instituciones religiosas como Noruega y el Vaticano.

Frente a este izquierdismo infantil, existiría el proceso revolucionario nacional populista del bolivarianismo: proyecto geopolítico, militar y revolucionario que buscaría crear una Gran Patria americana, basada sobre los ejércitos nacionales, impulsada por un gran caudillo y sostenida por un pueblo heroico movilizado por una ideología de lucha adaptada al siglo XXI. Norberto Ceresole no dejaba de advertir que los nuevos movimientos revolucionarios de nuestro continente no podían seguir fiándose de toda la chatarra ideológica producida en el Primer Mundo, diseñada para sostener el dominio colonial y envenenar el espíritu de nuestra juventud. El bolivarianismo «no pertenece ni puede pertenecer a ninguna de las familias ideológicas que hoy integran los sistemas sinárquicos globales hegemónicos: sean éstos logias de derechos humanos, indigenistas profesionales, fascistas nostálgicos orgánicos a los servicios de inteligencia occidentales, marxistas-leninistas con sed de venganza, socialdemócratas de mercado o sionistas defensores de la política de exterminación del Estado (cada vez más judío) de Israel» (3). En cambio, la modernización de las fuerzas armadas, sus alianzas políticas y comerciales, deberían girar alrededor de los Estados alejados del orden internacional como Siria, Irán, Rusia y China, intentando con ello ampliar las bases necesarias para un sostenimiento a largo plazo del proceso revolucionario continental. En lugar de ello, la revolución bolivariana ha intentado buscar un equilibrio entre ambas corrientes, la nacional-continental y la social-globalista. Este doble juego diplomático, que Nicolás Maduro y su gabinete han intentado usar a su favor hasta ahora, parece ser una bomba de relojería que podría estallar en cualquier momento, precipitando a Venezuela a un caos sistemático o una guerra civil.

Vistas en retrospectiva, las palabras de Norberto Ceresole parecen proféticas: señalar esta fractura ideológica y política que está causado el hundimiento de todos los «movimientos progresistas» en nuestro continente, sobre todo por aquellos que se hacen llamar de izquierda y pretendían, falsamente, desafiar el Nuevo Orden Mundial. No resulta para nada superfluo semejante afirmación y demuestra un problema grave del cual la izquierda política continental es incapaz de zafarse. Ni el PT de Lula o el Movimiento de Revolución Ciudadana de Rafael Correa han representado un verdadero desafío al sistema internacional (siendo este último acosado por las fuerzas que supuestamente defendía como los indígenas, ecologistas, izquierdistas y progresistas de todos lo plumajes que ahora han regresado al redil del mundialismo). Sus gobiernos, en cambio, se han desplomado en escándalos de corrupción, ineficacia administrativa, falta de soberanía financiera, desorientación política o guerra sistemática contra sus propias bases populares. Peor aún, han terminado por empantanarse en toda clase de pequeñas disputas locales y crisis terminarles, llegando a un punto insostenible, tanto político y económico, como es el caso de Venezuela.

Hoy día, tal y como temía Norberto Ceresole, la revolución bolivariana parece caminando hacia su propio suicidio. Víctima de sus propias fuerzas disgregadoras, el aparato económico venezolano se hunde en una crisis irremediable:

«La magnitud de la crisis venezolana no tiene parangón en América. Yo la comparo con lo que vivió Polonia durante la ocupación nazi (1939-43), cuando perdió 40 por ciento del PIB, bajo bombardeos y genocidio. Venezuela perdió 50 por ciento. El PIB per capita cayó 60 por ciento en los últimos años. Ni Guatemala ni El Salvador, con guerras civiles, cayeron a ese extremo; esto es realmente pavoroso. Hubo una destrucción inenarrable de capital y fuerzas productivas, no hay producción, la productividad se ha venido al piso, la importación también ha caído mucho y hay miles de empresas que han cerrado, un 70 por ciento de ellas. Las que se mantienen en actividad trabajan al 10 o 15 por ciento de su capacidad. Las estatales también han cerrado masivamente, la tercera siderúrgica más grande de América trabaja al 10 o 5 por ciento de su capacidad. La extracción de petróleo cayó entre 60 y 65 por ciento. PDVSA, que era una de las principales petroleras de la región, no puede pagar los sueldos y depende de los préstamos que salen de un dinero inorgánico, capital ficticio. En términos de Marx, la población obrera sobrante venezolana, maquillada por el petróleo, explotó, porque ese maquillaje ya no existe. A pesar de los enormes subsidios, como el regalo de la gasolina, el gas, la electricidad, el agua, sus ingresos no permiten a la gente comprar más que el 10 por ciento de lo que necesita para comer. Hay desnutrición, pero para el gobierno no hay desempleo, no se publican cifras desde 2015. Tampoco hay datos del PIB, ni de la inflación. Se dice que en el sector formal hay un 6 por ciento de desempleo, probablemente porque nadie quiere trabajar en el sector formal. Muchos trabajan por su cuenta o se han ido del país, unos tres o cuatro millones, fácilmente, el 12 o el 13 por ciento de la población, equivalente a 20 o 25 por ciento de la población económicamente activa (unos 16 millones). No hay desempleo porque el salario es extremadamente bajo» (4).

También esto sucede con su nefasto intento extremista de destruir el tejido orgánico de la organización política hispánica, el municipio (asociado por los ideólogos del chavismo al colonialismo, a la democracia representativa y a las estructuras capitalistas), con la intención de reemplazarlo con la comuna, nueva forma de socialismo autogestionario que sería el siguiente estadio evolutivo de una sociedad más justa e igualitaria, en la cual desaparecerían, como por arte de magia, todos los problemas anteriores:

«La Comuna es una expresión concreta del poder popular a través del autogobierno comunal, la administración y gestión de competencias y servicios e, incluso, de la organización económica-productiva. El autogobierno comunal es la democracia directa. A través de las asambleas de ciudadanos, las comunidades que lo integran ejercen el autogobierno y asumen la planificación, coordinación y ejecución del gobierno comunal. El poder de decisión, antes representado en el burocratismo de las gobernaciones y alcaldías, es trasferido a la comunidad. Las direcciones y decisiones colectivas se convierten así en una verdadera descentralización» (5).

Es decir, llevar a cabo una auto-demolición programada del Estado nacional y soberano, para reemplazarlo con las mil y un voluntades independientes de grupos desunidos y tribales que carecerían de algún principio de unidad, o como lo llamaría Ceresole: «la delirante versión postmoderna, elaborada por el marxismo, y no sólo por el marxismo soviético, de la raza obrera, poseedora de todas las virtudes humanas y de ninguno de sus defectos». En definitiva, la democratización del poder venezolano, tal y como es formulada por los ideólogos oficiales del movimiento bolivariano acabarían por arrojar a la sociedad a un desorden sin caos incontrolable, no muy diferente a cualquier Estado fallido donde múltiples grupos luchan por el poder: «Democratizar el poder tiene hoy un significado claro y unívoco en Venezuela: quiere decir ‘licuar’ el poder, quiere decir «gasificar» el poder, quiere decir anular el poder…», en lugar de «la relación simbiótica entre el caudillo y la masa, donde el pueblo de Venezuela generó un caudillo.El núcleo del poder actual es precisamente esa relación establecida entre líder y masa. Esta naturaleza única y diferencial del proceso venezolano no puede ser ni tergiversada ni mal interpretada. Se trata de un pueblo que le dio una orden a un jefe, a un caudillo, a un líder militar» (6). Como se puede ver hasta aquí, las advertencias que hizo Norberto Ceresole han sido pasadas por alto y sus peores temores se han cumplido al pie de la letra.

Como sea, el creciente hostigamiento económico e internacional a Venezuela, sumado al continúo desgaste político del chavismo y a las contradicciones internas producidas por la «Nueva Clase» social ascendida por la revolución (causante de un grave problema de corrupción), hacen que el mismo proyecto revolucionario dé un paso decisivo que hasta ahora han querido postergar, pero que cada vez se hace más inevitable. Para Norberto Ceresole ello implicaba adoptar un nuevo enfoque continentalista que hasta ahora ha brillado por su extrema ausencia. Sin embargo, en nuestra opinión semejante salida resultaría insuficiente ante una creciente polarización que se está produciendo a nivel mundial. Para ello, nuestra alternativa pasa por una reconfiguración de las fuerzas combativas alrededor de un populismo integral, cuya misión será en primer lugar vencer la resistencia producida por las fuerzas liberales y social-globalistas enquistadas en cada nación. Esta lucha deberá ser el primer paso para la constitución de una futura resistencia al sistema mundial postmoderno.

NOTAS:

  1. Norberto Ceresole, «Caracas, Buenos Aires, Jerusalén. Ejercito + Caudillo + Pueblo», en https://rebelioncontraelmundomoderno.wordpress.com/2019/07/20/caracas-buenos-aires-jerusalen-ejercitos-caudillo-pueblo/
  2. Ibíd.
  3. Ibíd.
  4. Entrevista al economista marxista Manuel Sutherland: «Estoy en contra de una invasión militar, pero no puedo aplaudir al Gobierno de Maduro», en https://www.rebelion.org/noticia.php?id=258943
  5. Víctor Álvarez R., Del Estado burocrático al Estado comunal, ob. cit., pp. 154-155.
  6. Norberto Ceresole, «Caracas, Buenos Aires, Jerusalén. Ejercito + Caudillo + Pueblo», en https://rebelioncontraelmundomoderno.wordpress.com/2019/07/20/caracas-buenos-aires-jerusalen-ejercitos-caudillo-pueblo/

* Juan Gabriel Caro Rivera es estudiante de Historia, Magister en Historia, Miembro de la Asociación de Estudios el Arco y la Clava.

Fuente: https://rebelion.org/norberto-ceresole-y-la-crisis-venezolana/

Para contrastar: protestas de un marxista venezolano por las políticas de Maduro: https://ctxt.es/es/20190206/Politica/24288/sinpermiso-manuel-sutherland-marxismo-venezuela-maduro.htm

La crítica de Ceresole a Chávez se hace efectiva en el momento en que el chavismo «madura» evolucionando hacia un régimen de ideología puramente masónica:

Maduro da una buena señal a la comunidad judía al recordar sus orígenes.

El artículo que se reprodujo íntegramente, así como las fuentes enlazadas, constituyen material más que suficiente para enfocar la crisis venezolana, la cuestión de las elecciones y el tema de las «actas» desde una perspectiva diametralmente opuesta a la de izquierdistas globalistas como Pablo Iglesias y su equipo de La Base (Julián Macías, Pandemia Digital, etc). Hemos desarrollado dicho análisis alternativo en el siguiente video:

También recomendamos, a propósito de las mentiras de la oposición que no merecen la más mínima atención por nuestra parte, la lectura del siguiente artículo:

Todo lo que necesita saber sobre las elecciones venezolanas y no encontrará en los medios.

Más artículos interesantes y reveladores sobre la relación entre Hugo Chávez y Norberto Ceresole:

La furia antisemita del chavismo.

El Chacal, Ceresole y Ahmadinejad.

Ceresole con Chávez y Gentili con Iglesias: los frustrados libretistas peronistas del chavismo.

En este último artículo se ponen en boca de Ceresole las siguientes palabras sobre Chávez:

Se trata de una alianza con la misma izquierda marginal que en los tiempos de la bipolaridad produjo verdaderas catástrofes en cada una de nuestras sociedades, operando conjuntamente con su enemigo aparente, el «imperialismo yanqui», que siempre toleró al régimen castrista y otros «focos subversivos», porque entre ellos también siempre existió un mismo cordón umbilical: los intereses del lobby judío norteamericano (hoy ese cordón de intereses compartidos está compuesto también por la legalización de las drogas, objetivo común entre la guerrilla colombiana y el Wall Street). A mediados de agosto de 2001 – y desde Chile, curiosamente – el presidente Chávez decidió hacer pública su posición ideológica («Soy un izquierdista». «Un zurdo biológico e ideológico», dijo, textual, urbi et orbi). Con ese paso, clarificó automáticamente su posición estratégica de cara a la totalidad de la América criolla: sus canales de acción en la región serán los que le provean los grupúsculos de la izquierda alucinada y manipulada, que ya no representan ni a nada ni a nadie en ninguno de nuestros países. Coherentemente firma la «cláusula democrática» y expande la apertura de la economía, es decir, incrementa su fondomonetarización.

Obnubilado por sus fantasías ideológicas, el presidente Chávez equivocó radicalmente su rumbo estratégico: no sólo no hay una molécula de «revolución» en esa izquierda; por su historia reciente, ella representa lo mismo que su contraparte oligárquica e imperialista: sólo destrucción. Un camino equivocado es un camino sin retorno.

La de Chávez con la izquierda ya fracasada es una sociedad destinada al fracaso, en los siguientes tres sentidos:

  1. Chávez se equivoca drásticamente porque cree – o finge creer – que esos grupúsculos representan al pueblo, por el simple – aunque falso – hecho de que se autoadjudican dicha representación;
  2. No advierte – o finge no advertir – que esos grupos utilizan su figura como última ratio de su estrambótica existencia;
  3. Lo más grave: Chávez está legitimando el único lenguaje que esos grupos conocen y que han practicado hasta la saciedad, que es el del terrorismo. Lo que representa una carga gravísima para el futuro de Venezuela, en especial para sus fuerzas armadas.

En Santiago de Chile presenció una puesta en escena organizada por los restos de esa izquierda. Fuera de ese recinto estaba el verdadero ancho pueblo, al cual Chávez ni siquiera percibió; peor aún, lo confundió con la poesía masónica de Pablo Neruda, inpirador e inspirado por el extraordinario simbolismo del tiro en la nuca de la NKVD.

Chávez vio una «multitud» allí donde no había más que un grupo de personas ya totalmente desvinculadas de las fuerzas sociales reales, pero sobre todo de las grandes esperanzas de nuestros pueblos. Son grupúsculos desligados del «espíritu del pueblo».

La fantasía de Chávez se convierte en espejismo, y mi proyecto original de «proyección continental» (el que desarrollé en Caudillo, Ejército, Pueblo) deviene en una burda payasada destinada a reagrupar grupúsculos cuya historia es una historia de terror disfrazada de «liberación». Esa «liberación» que corporiza el viejo mito del «éxodo» de Israel, y que termina en el asesinato público y colectivo de la verdadera «gente de la tierra»: hoy Palestina, mañana nosotros mismos.

Es probable que la incultura marxistoide de Chávez (apoyada en una DISIP aún al mando del Mossad) le imposibilite descubrir estos vínculos profundos (simultáneamente teológicos, filosóficos, políticos y estratégicos) que nacen con la Modernidad Iluminista.

Que nacen, por ejemplo, con el «indigenismo» de Menahen Ben Israel, socio de Olivier Cromwell (el verdugo de Irlanda, o el demiurgo del progreso, según se lo mire) y autor del opúsculo «La Esperanza de Israel» (1650), quien fue el primero en reconocer, en los indígenas de América, desde Amsterdam, a la «tribu perdida», la decimotercera tribu de Israel.

Eso es posible, de hecho hay en el Presidente un problema de in-conocimientos, pero lo cierto es que Chávez está cometiendo una verdadera estafa de cara al público. Señala en una dirección y dice: «Allí están nuestros amigos»; señala en la dirección contraria y exclama: «Allí están nuestros enemigos». Pero el hecho es que ni los unos ni los otros están allí donde él dice que están. Ambos están en otro lado. Esto quiere decir que existe una falta total y absoluta de Inteligencia Estratégica. Algo peor aún: una perversión, un strip tease de esa Inteligencia.

Mi posición hoy es la misma que la del primer día en que conocí al comandante Chávez, que se acercó a mí travestido de militar nacionalista y, sobre todo, populista. Esta posición (y, entre otras cosas, mi definición de populismo) está reflejada, hasta el más mínimo detalle en el presente libro.

Chávez no comprendió nunca el sentido de mi lucha. En los últimos tiempos él impidió que se lo pueda repetir cara a cara. Por lo tanto se lo volveré a decir, ahora públicamente, con palabras de Ernst Jünger: «Cuando los seres humanos combaten en niveles espirituales incorporan la muerte a su estrategia. Adquieren así una especie de invulnerabilidad; de ahí que los asuste poco el pensamiento de que el enemigo procura privarles del cuerpo… El enemigo intuye esto a su manera obtusa, y de ahí su cólera terrible, devastadora, en los sitios donde sale al encuentro el espíritu auténtico» (Radiaciones. Diario de la Segunda Guerra Mundial, Vol. 1). Lo de Chávez es, en definitiva, una auténtica rendición.

«Toda rendición de armas es también un acto irreparable, que afecta la fuerza primordial del combatiente» (Jünger, op. cit.).

¿Cómo puede Maduro sostener que los traidores de la oposición son fascistas cuando el fascismo constituye precisamente un ultra-nacionalismo que blinda la soberanía nacional, el único principio sólido del chavismo, más allá de las urnas, las votaciones, las opiniones y las intoxicaciones de la opinión pública que el enemigo extranjero pueda utilizar para someter al país? ¿Cómo puede hablar de «golpe de Estado fascista» (¡!), es decir, mentir tanto o más que la propia oposición, que la mendacidad felona por excelencia, legitimando el relato antifascista de la oligarquía? Miente, pues, Nicolás Maduro alias el Masón, como miente Edmundo González alias el Inmundo. No importa, en todo caso, el resultado de la votación, ni si Maduro hizo o no hizo trampas en el recuento: las verdaderas cuestiones en lo concerniente a la validez y legitimidad de la democracia venezolana están en otra parte y el lector de este artículo dispone de suficientes elementos de prueba para juzgarlas por sí mismo.

Figueres, la Marca Hispànica, 10 de agosto de 2024.

EL CRIMINAL NEOCOLONALISMO DE EEUU EXPLICADO POR UNO DE SUS EX AGENTES (2). MOHAMMAD MOSSADDEGH

Principios, normas y valores de esta publicación

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