LA MATANZA PERPETRADA POR EL INFAME TÍTERE DE JARED KUSHNER ENCABEZA LAS LISTAS MUNDIALES DE VÍCTIMAS. Ya son casi un millón de ciudadanos estadounidenses —el tercio del total mundial— y 53.000 fallecidos los afectados por la criminal política de Donald J. Trump, personaje ridículo que se ha caracterizado por sus declaraciones, decisiones y omisiones irresponsables, contradictorias y, a la postre, letales, en la gestión de la pandemia. A pesar de ello, Trump cumple a rajatabla con el guión sionista, acusa a la OMS, imputa a China por su presunta arma de destrucción masiva —el Covid-19– y por no haber «actuado a tiempo», obviando el hecho de que el propio Trump fue informado por sus servicios de inteligencia del peligroso coronavirus y no hizo absolutamente nada para adoptar las oportunas medidas preventivas. Según informa El Espía Digital, que remite a un artículo de The Nation no enlazado, Trump conocía los riesgos nada menos que desde 2017, siendo así que el informe en cuestión está fechado el 6 de enero de ese año. 

También Misión Verdad alerta de que el establishment estadounidense sabía todo sobre el coronavirus y no hizo nada. Algunos oligarcas disponían, en efecto, de información privilegiada sobre lo que iba a suceder. Misión Verdad remite al medio ProPublica, donde leemos que el senador Burr enfrenta una investigación del Departamento de Justicia por vender una fortuna en acciones justo antes de que el mercado se derrumbara.

Según el sitio de periodismo independiente ProPublica, el senador republicano Richard Burr, presidente del Comité de Inteligencia de esa cámara, se deshizo de hasta 1,7 millones de dólares en acciones el 13 de febrero en 33 transacciones separadas. Para esa fecha, Burr ya había tenido acceso a información clasificada sobre el coronavirus y recibía informes diarios de inteligencia sobre el tema. Una semana después de las ventas de Burr, el mercado de valores comenzó a desplomarse de manera estrepitosa.

Trump rodeado de rabinos de la secta racista y supremacista judía Jabad (o Chabad) Lubavitch, de la que también forma parte Jared Kushner.

Otros medios, como el New York Times, añaden que cuatro senadores, además de Burr, también se beneficiaron de una información que ha servido para enriquecer a algunos, pero no para proteger a la población estadounidense de la catástrofe que se avecinaba:

(…) al menos otros cuatro senadores también vendieron grandes porciones de sus portafolios de inversión antes de la caída: los republicanos James Inhofe de Oklahoma, Kelly Loeffler de Georgia y Ron Johnson de Wisconsin, así como la senadora demócrata Dianne Feinstein. La senadora Feinstein también forma parte del Comité de Inteligencia. Por otro lado, es más llamativo el caso de la senadora Kelly Loeffler, quien está casada con el presidente y director general de la Bolsa de Nueva York, Jeffrey Craig Sprecher. El portal de noticias estadounidense, The Newsbreak, reportó que Loeffler, quien es miembro del comité de Salud del Senado, se deshizo apresuradamente de acciones por valor de “siete dígitos” en los días y semanas siguientes a una audiencia a puerta cerrada en el Congreso. La legislación estadounidense prohíbe hacer transacciones en la Bolsa de Valores basadas en información privilegiada obtenida mediante contactos con el gobierno, la banca o empresas que cotizan en bolsa. The Daily Beast reportó que Loeffler y su esposo hicieron 29 transacciones en la bolsa después de una reunión el 24 de enero. Medios corporativos como The New York Times y otros sitios independientes como Democracy Now! refirieron fragmentos de un audio grabado en secreto, donde el senador Burr se dirige a los líderes empresariales y miembros de la elitista sociedad estatal Tar Heel Circle, en un almuerzo en el Capitol Hill Club en Washington el 27 de febrero, cuando solo había 15 casos confirmados de Covid-19 en Estados Unidos.

Estos hechos son gravísimos y ponen de manifiesto el alcance del crimen. Según El Espía Digital, en el artículo citado con fecha de 7 de abril:

La revista estadounidense The Nation publicó el miércoles un informe sobre un plan del Departamento de Defensa de Estados Unidos (Pentágono) realizado en el año 2017, titulado “USNORTHCOM Branch Plan 3560: la Influenza Pandémica y Respuesta a Enfermedades Infecciosas”, donde se refirió al coronavirus en varias ocasiones, diciendo que “las infecciones por coronavirus son comunes en todo el mundo”. El plan, también, advirtió sobre la escasez de equipos médicos después de la propagación del virus. “La competencia y la escasez de recursos se incluirán”, indicó al respecto. En este sentido, manifestó el documento que la escasez en las contramedidas médicas no farmacéuticas, por ejemplo, ventiladores, dispositivos, equipos de protección personal como mascarillas y guantes, tendrá un impacto significativo sobre la disponibilidad de la fuerza laboral global. Además, en este contexto, Denis Kaufman, el exjefe de la División de Enfermedades y Contramedidas de la Agencia de Inteligencia de Defensa, destacó que el Ejército estadounidense ha conocido durante años los coronavirus. “La Comunidad de Inteligencia ha advertido sobre la amenaza de los virus de la influenza altamente patógenos durante al menos dos décadas. Han advertido sobre los coronavirus durante al menos cinco años”, dijo.

Tanto Jared Kushner como Donald J. Trump son miembros de la secta racista y supremacista judía Jabad (o Chabad) Lubavitch, cuya ideología sostiene los no-judíos son «almas satánicas» que sólo existen para servir a los judíos.

Figueres, la Marca Hispànica, 26 de abril de 2020

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