INGIEREN DESINFECTANTES INSTIGADOS POR LAS CRIMINALES OCURRENCIAS DE TRUMP. Las frases de Trump sobre el coronavirus forman parte de la historia del género cómico. Repasemos el florilegio de las mismas hasta el pasado 17 de marzo: 

22 enero. «Todo va a ir bien. Lo tenemos todo bajo control«.

24 enero. «Todo va a funcionar bien».

30 enero. «Creemos que lo tenemos todo bajo control».

2 febrero. «Prácticamente, hemos acabado con la llegada (de viajeros) desde China».

7 febrero. «Cuando el tiempo sea más caluroso, esperemos que el virus se haga más débil y finalmente desaparezca» (días después, incluso puso una fecha: «En abril, supuestamente morirá con el calor»)

14 febrero. «Estamos en buena forma».

19 febrero. «Creo que todo va a ir bien».

24 febrero. «El coronavirus está muy controlado en Estados Unidos». «Me parece que la Bolsa empieza a tener buen aspecto».

25 febrero. «Pueden preguntar por el coronavirus, que está perfectamente bajo control en nuestro país. Hay unas pocas personas que lo tienen». «Estamos muy cerca de conseguir una vacuna».

26 febrero. «Gracias a todo lo que hemos hecho, el riesgo para el pueblo americano continúa siendo muy bajo». «Los 15 casos (de contagios) que hay ahora van a bajar en unos pocos días a cerca de cero». «Muy pronto serán cinco personas y podrían ser una o dos en muy poco tiempo».

28 febrero. «Va a desaparecer (por el coronavirus). Algún día, será como un milagro y habrá desaparecido».

2 marzo. «Creo que tendremos una vacuna relativamente pronto».

6 marzo. «Me gustan estas cosas. Realmente, lo entiendo. La gente se sorprende de que lo entienda. Todos estos doctores (presentes en la rueda de prensa) me dicen: ‘¿Cómo sabe tanto de esto?’. Quizá tenga una habilidad natural. Quizá debería haberme dedicado a esto en vez de presentarme a presidente».

10 marzo. «Desaparecerá. Mantengan la calma. Desaparecerá. Van a pasar muchas cosas buenas. El consumidor está preparado. El consumidor es muy poderoso en este país gracias a lo que hemos hecho con los recortes fiscales, con los recortes en normas reguladoras. El consumidor nunca ha estado en una mejor posición que ahora».

11 marzo. «Creo que estamos pasando por esto sin problemas».

12 marzo. «Va a desaparecer (…) gracias a lo que yo hice y a lo que la Administración hizo con China. Tenemos sólo 32 fallecidos».

15 marzo. «Es un virus muy contagioso. Es increíble. Pero es algo sobre lo que tenemos un gran control». «No, no asumo ninguna responsabilidad (cuando una periodista le dijo que Fauci había dicho que no todo el mundo podía hacerse el test, cuando Trump había dicho que sí se podía, y que eso era un «fracaso»).

16 marzo. «Si se refiere al virus, no, no está bajo control en ningún país del mundo».

17 marzo. «Siempre he sabido que esto es una pandemia real. Pensaba que era una pandemia mucho antes de que le llamaran pandemia».

Sin embargo, el payaso sionista, lacayo de Israel y enemigo jurado del pueblo trabajador norteamericano —al que ha engañado en repetidas ocasiones—, cruzó la línea roja cuando promovió manifestaciones para vulnerar el confinamiento —¿con el fin de provocar contagios?— y, finalmente, sugirió a sus conciudadanos que usaran ciertas substancias, por ejemplo la cloriquina o directamente desinfectantes, para combatir el Covid-19. Cientos de personas se han intoxicado por seguir ciegamente las locas afirmaciones de este peligro público, pero Trump niega ahora toda responsabilidad

Que un presidente de los EEUU alcance las cotas de idiotez que están distinguiendo a Donald J. Trump no puede ser producto del azar. No olvidemos, en efecto, que, ante todo, Trump es un fervoroso creyente judeo-cristiano, alguien que desprecia la racionalidad y ostenta con chulería su incoherencia lógica (para los judíos la lógica es demoníaca y una consecuencia nefasta de lo que ellos, por su origen griego, denominan helenismo), pero estas payasadas pueden tener consecuencias nefastas. El pasado día 23 de abril propuso Trump, entre otros delirantes tratamientos de su invención, inyectar desinfectante en los pacientes por coronavirus. Según OKDiario:

Más de 100 intoxicados por desinfectante en EEUU horas después de las palabras de Trump. El presidente de Estados Unidos ha sembrado el caos después de unas polémicas declaraciones que podrían haberle costado la vida a más de una persona. Donald Trump hizo un comentario, según dice, en tono sarcástico, que fue interpretado al pie de la letra por algunos estadounidenses. Recomendaba inyectarse desinfectante y usar luz ultravioleta para acabar con el coronavirus. Estas palabras dejaron en shock a toda la comunidad científica que tuvo que salir rápidamente a desmentir la información para evitar males mayores. Oleada de intoxicaciones por desinfectante en EEUU. A pesar de que médicos y expertos de todo el país salieron rápidamente para desmentir al presidente, algunas personas ya se habían tomado las palabras del presidente al pie de la letra. Donald Trump quiso hacer un paralelismo sobre la desinfección de los muebles u objetos y la de las personas. Según decía con un poco de desinfectante se podía eliminar el virus fácilmente en casa. En Estados Unidos algunas personas creyeron las palabras de Trump y las aplicaron en sus propios cuerpos. Los servicios de emergencia atendieron a varios intoxicados por lejía y productos higiénicos, pensando que sería la forma de ‘limpiar’ el coronavirus. En uno de los países del mundo con una sanidad privatizada, ahorrarse unos dólares con remedios naturales es algo que sucede con demasiada frecuencia. Estos intoxicados pensaban que se curaban, cuando en realidad se estaban envenenando. El Centro de Control de Envenenamientos reportó más de cien casos que no requirieron intervención hospitalaria. Se trataba de los primeros síntomas de un envenenamiento, vomito y malestar general que pudo ser tratado a tiempo. Las personas que siguieron a pie de la letra las recomendaciones de Donald Trump están fuera de peligro y no se teme por su vida. El presidente se lamenta de que la prensa haya utilizado sus declaraciones de mala manera y culpa a los medios de lo sucedido.

Santiago Abascal propagando el virus en el congreso de Vistalegre.

Las intoxicaciones, empero, han seguido aumentando, pero, al decir de Unavisión, Trump niega toda responsabilidad por estos hechos:

Trump niega responsabilidad por el incremento de personas intoxicadas con desinfectantes para combatir el coronavirus. Gobernadores y directores de salud en Estados Unidos han reportado casos de personas que usan solución a base de detergentes y otros que hacen gárgaras con mezcla de lejía y enjuague bucal para matar gérmenes. Todo esto, luego que Donald Trump sugiriera que inyectarse desinfectantes podría ser una cura para los pacientes de covid-19. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue cuestionado durante una rueda de prensa sobre las consecuencias que, al parecer, están surgiendo en materia de salud, luego que sugiriera que inyectarse desinfectantes podría ser una cura para los pacientes de covid-19. «Veo un desinfectante que lo mata en un minuto, un minuto. Y habrá alguna manera de hacer algo así con una inyección dentro o tal vez un desinfectante… Verás, entra a los pulmones y hace muchas cosas en los pulmones, así que sería interesante averiguar eso”. Y añadió: «Quizá es algo que los médicos puedan mirar». Un reportero le preguntó a Trump sobre el presunto incremento de pacientes intoxicados y su responsabilidad: «El gobernador (de Maryland) Larry Hogan dijo específicamente que han visto un aumento en las personas que usan desinfectantes después de sus comentarios la semana pasada. A lo que Trump respondió: «No puedo imaginar por qué». Nuevamente el periodista intervino y le preguntó si asumiría alguna responsabilidad por sus palabras si empiezan a morir las personas. Trump respondió: «No, no lo hago». El republicano Hogan advirtió el 26 de abril que su estado recibió cientos de llamadas de personas preguntando si inyectar o ingerir desinfectantes era una forma efectiva de combatir el coronavirus: «Creo que es crítico que el Presidente de Estados Unidos, cuando la gente está realmente asustada y en medio de esta pandemia mundial, diga estas cosas en conferencias de prensa», dijo a Margaret Brennan en CBS.

«Nos sentimos muy identificados -con Trump- por cómo le han maltratado» (Santiago Abascal en noticias NTN24 en Washington).

Sólo queremos recordar que esta misma línea de actuación irresponsable se detecta en otros gobernantes de ideología neoconservadora sionista, como Jair Bolsonaro (Brasil) o Boris Johnson (Gran Bretaña). En España, el representante el sionismo neoconservador, de procedencia israelí (Benjamín Netanyahu) es Santiago Abascal (Vox).  Así, según el diario La Razón, poco sospechoso de comunismo, Trump sería el espejo en el que se mira Santiago Abascal:

Trump, el espejo en el que se mira Abascal. Agenda en EE UU. El líder de Vox se reunió con el embajador de Venezuela y asiste hoy a la conferencia de los conservadores. El líder de Vox, Santiago Abascal, el portavoz en el Congreso, Iván Espinosa y miembros del partido se encuentran de visita en la capital de Estados Unidos. Desde el jueves de esta semana hasta el de la próxima, la agenda de los integrantes de Vox comenzó en Washington donde asisten a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y continuará con reuniones con miembros de la Administración de Trump. El 4 de marzo, además, la delegación del Vox tiene previsto viajar a Nueva York para participar en un encuentro con simpatizantes del partido en el Centro Español de Queens, según anunció el propio líder del partido en Twitter.  Abascal y su equipo acudieron ayer a la sede de la cadena internacional de noticias NTN24 donde fue entrevistado por el director de informativos, Gustau Alegret, en el programa «Cuestión de poder»; un espacio diario de información política internacional, dirigido por el periodista catalán. El líder de Vox fue preguntado por Alegret sobre su relación con la administración Trump. «Nos sentimos muy identificados por cómo le han maltratado…», dijo Abascal que defendió la política de EE UU de Trump y su defensa de la necesidad de recuperar el control de fronteras del país. Y es que Vox se han mirado en varias ocasiones en el presidente norteamericano con propuestas como la de cambiar las concertinas por un muro de hormigón. El líder de Vox no oculta su afinidad con Trump y suele decir que se identifica «con la gran reacción mundial contra los progres y los marxistas culturales» porque «estamos hartos de que nos digan lo que tenemos que pensar y sentir». Habló durante su entrevista en el canal norteamericano de inmigración y advirtió de que tiene que ver incluso con la religión destacando los problemas de convivencia que existe en países europeos con la procedente de países islámicos. Abascal, muy tranquilo, respondió los envites del entrevistador cuando intentó insinuar que los de Vox son racistas y respondió: «Yo no he hablado del color de piel, hablo de la religión desde una perspectiva cultural y religiosa que afecta a la convivencia en Europa», también hizo alusión a las devoluciones en caliente o al «Delcygate». “Trump de España”. Comparado como el «Trump de España» por los rotativos estadounidenses tras su victoria en las elecciones, Abascal vuelve a pisar la ciudad de Washington casi dos décadas después. Con una corbata a juego con sus ojos y el color del partido, Santiago Abascal explicó a LA RAZÓN que su última vez en la capital de EEUU fue en 2003, cuando realizó una estancia de un mes a través de un intercambio con España.

Los españoles ya deberían saber, por tanto, qué se están jugando si apoyan políticamente a semejante perturbado mental.

Figueres, la Marca Hispànica. 1º de mayo de 2020.

UN INFORME AVISABA A TRUMP DEL PELIGROSO CORONAVIRUS PERO NO HIZO CASO

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