LA TELEVISIÓN CUBANA RECUERDA UN PASADO TERRATENIENTE Y AUTORITARIO QUE VOX ASPIRA A RECREAR. Comunismo o libertad, grita Rocío Monasterio. Pero, ¿qué significa en su boca la palabra «libertad»? Estamos ante una curiosa libertad perfectamente compatible con regímenes autoritarios de  características criminales como el de Fulgencio Batista en Cuba. Ya antes del golpe de Estado de 1952, la isla se convirtió en «el prostíbulo de América», paraíso de la mafia acaudillada por el judío Meyer Lansky, cuya íntima amistad con Batista es de dominio público. 

LOS MONASTERIO, FULGENCIO BATISTA Y LA MAFIA JUDÍA ESTADOUNIDENSE

Según «La Vanguardia», un medio poco sospechoso de comunismo, las relaciones entre Batista y Meyer Lansky permiten comprender el destino Cuba bajo la dictadura:

Tras ello se estableció una temporada en Daytona Beach, Florida, fundamentalmente porque era territorio de un socio con quien tenía negocios desde hacía ya unos años. Su nombre, Meyer Lansky, el jefe mafioso de Miami. A través de este contacto empezaron a entrar en Cuba capitales y matones de las “familias” norteamericanas. / Hasta el punto de que, en 1946, tuvo lugar en La Habana la cumbre más grande que se recuerda de capos criminales. Lucky Luciano, Vito Genovese, Santo Trafficante, Albert Anastacia, Frank Costello… La flor y nata de la Cosa Nostra se reunió en el Hotel Nacional gracias a su amistad con el expresidente caribeño.

La Wikipedia, como no podía ser de otra manera, hace comentarios muy elogiosos de Meyer Lansky, enemigo jurado del nacionalsocialismo alemán:

En la década de 1930, Meyer con su banda, se dedicaban a enfrentar a miembros del partido nazi y sus simpatizantes en los Estados Unidos. Lansky recuerda una particular acción en Yorkville, Manhattan, un barrio alemán, donde él y doce de sus asociados atacaron: «El sitio estaba decorado con una esvástica y una foto de Adolf Hitler. Los altavoces comenzaban a aullar. Había solo 15 de nosotros, pero entramos en acción. Los estrellamos contra las ventanas. A la mayor parte de los nazis les entró el pánico y huyó. Los cazamos para golpearlos. Así les demostramos que los judios no se sentaban para aceptar insultos». Durante la Segunda Guerra Mundial, Lansky fue crucial en la Operación Underworld de la Oficina de Inteligencia Naval en la cual el gobierno de los Estados Unidos reclutó a criminales para buscar infiltrados nazis y saboteadores desplegados por los U-boot. De acuerdo a la autobiografía autorizada de Lucky Luciano, durante esta época, Lansky ayudó a concretar un trato con altos oficiales de la Armada de Estados Unidos. Este trato implicaba la liberación de Lucky Luciano desde la prisión; en cambio la Mafia aseguraba los barcos que se construían en los astilleros del Puerto de Nueva York. Los submarinos alemanes hundían diariamente a barcos aliados en la costa y tenían gran temor de sabotajes por simpatizantes nazis.

Rocío Monasterio con su esposo en la fiesta judía de la Janucá.

En 1952, Fulgencio Batista —apoyado por la mafia judía— dio un golpe de Estado en Cuba y se erigió en dictador. Citamos otra vez a «La Vanguardia»:

Disolvió el Parlamento, dejó sin efecto la Constitución y, basando su autoridad en las armas de sus leales y en la complicidad de EE.UU., se lanzó a gobernar en provecho propio sin reparos. La represión estuvo a la orden del día. Se persiguió la actividad política con censura, cárcel, tortura y ejecuciones sumarias. También prosperó la corrupción. Incluso en palabras del embajador norteamericano, su aliado más estrecho: “Los manejos ilícitos y la corrupción en todas sus formas” eran “ampliamente dominantes” en la nueva administración. Implicaban “a funcionarios de alto y bajo nivel”, incluyendo a “los círculos inmediatos al presidente”. “Algunos miembros del gabinete”, aseveraba el diplomático, tenían “un interés directo en las ganancias obtenidas con esas prácticas”. A la cabeza de aquel entramado fraudulento se hallaba el gánster Lansky, de pronto convertido en el encargado oficioso de reconvertir la economía cubana. La idea de su amigo, el dictador, era reducir la dependencia del mercado azucarero impulsando el turismo, sobre todo norteamericano, y el juego en los casinos.

En dicho prostíbulo económico, político y moral prosperó la familia de Monasterio hasta que Fidel Castro derrocó al dictador y toda esta gentuza, huídos a los EEUU, perdieron su libertad. Comunismo o libertad. ¿Lo entienden ahora? Sólo una cuestión fundamental queda pendiente de aclarar: ¿por qué la televisión cubana habla de «fascismo español»? ¿Puede el régimen del mafioso judío anti-nazi Meyer Lansky ser calificado, en algún sentido razonable de la palabra, de fascista? La izquierda revolucionaria tiene un problema con la verdad que, por su propio bien, debería resolver cuanto antes.

Figueres, la Marca Hispànica, 24 de abril de 2021.

EL PROGRAMA ECONÓMICO DE VOX SIGUE ANCLADO EN EL CASINO FINANCIERO OLIGÁRQUICO ANTERIOR A LA PANDEMIA

 

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