ISRAEL ATACÓ CENTRALES NUCLEARES Y… OCCIDENTE APLAUDE
OTRO CRIMEN DE GUERRA DEL RÉGIMEN SIONISTA. El pasado 13 de junio, el Estado de Israel interrumpió unas negociaciones donde, supuestamente —y subrayamos este «supuestamente»—, inténtase regular la producción de energía atómica de la República Islámica de Irán de acuerdo con lo establecido por el Tratado de No-Proliferación de Armas Nucleares (que Israel nunca ha firmado) y atacó las centrales nucleares de Irán, entre otros objetivos. La reacción de Occidente ante este nuevo crimen de Israel fue sorprendente: justificar la actuación israelí con la excusa de que Irán no es un régimen «democrático», o sea, liberal (una dictadura encubierta de la alta finanza judía, quiere decir en realidad). En todo caso, contrasta con la reacción ante el presunto ataque de Rusia a la central de Zaporiyia. Presunto porque Rusia nunca reconoció haber atacado la central y atribuyó los daños a una acción de falsa bandera del judío Zelensky. No es el caso de Natanz u otras centrales nucleares iraníes, donde los israelíes se han jactado públicamente de su nueva judiada, que se suma al genocidio del pueblo palestino, la anexión ilegal de territorios sirios, el régimen racista de apartheid (crimen de lesa humanidad), la colonización de territorios ocupados (crimen de guerra) y la agresión a país soberano, una más, Irán, alegando supuestas armas de destrucción masiva que no existen (crímenes contra la paz). Este es el régimen «democrático» de Israel. Pero no pasa nada. Occidente, incluida Europa, sigue apoyando a los genocidas sionistas y juzgando «criminales nazis». Mientras tanto, la izquierda tilda de «nazi» a Israel y de «fascista» al sionismo, pero se niega a admitir que exista ninguna relación esencial entre sionismo y judaísmo que explique la hostilidad de los dirigentes nacionalsocialistas hacia esta religión «de paz» [sic] (Pablo Iglesias dixit). ¿Para cuándo la verdad?
EL JUDAÍSMO COMO IDEOLOGÍA RACISTA, SUPREMACISTA Y GENOCIDA (2). SUPREMACISMO
Estados Unidos califica de «crimen de guerra» el ataque a la planta nuclear de Zaporiyia.
La actitud de la prensa:
El ataque ruso a una central nuclear alarma al mundo.
Por lo visto, si el ataque es israelí el mundo no se alarma porque, como sabemos, Israel es «una democracia».
No se salva, por supuesto, la ONU:
Pero, como veremos, si ataca Israel es rasero cambia porque se trata de una «democracia».
PUIGDEMONT: LAS IDEAS DE LA SECTA RACISTA JUDÍA QUE EL EX PRESIDENT FUGADO APOYA EN SECRETO
LA ACTITUD HIPÓCRITA DEL OIEA
Según el argentino Rafael Grossi, director general del OIEA:
(…) no hay impacto radiológico externo sobre la población ni el medio ambiente como resultado de este evento».
El «evento» es… un ataque israelí. Y si no existe todavía «impacto radiológico» no será por la voluntad de los agresores, sino por puro azar. El OIEA sigue hablando de posible «accidente», pero el «evento» nada tiene que ver con un «accidente», sino con un crimen de guerra (o al menos lo era cuando se le atribuyó a Rusia un hecho remotamente similar, no probado y mucho menos grave).
La agencia nuclear de la ONU garantiza responder «en una hora» en caso de catástrofe nuclear.
¿Catástrofe? Catástrofe es un terremoto, una tempestad, un tsunami, una erupción volcánica: accidentes, en suma. Pero estamos ante algo mucho peor, a saber, que Israel pone en riesgo la supervivencia de la humanidad:
Podemos y actuaremos dentro de nuestro mandato legal para ayudar a prevenir un accidente nuclear que podría tener consecuencias radiológicas impredecibles (…).
Si realmente quisieran realmente prevenir «una catástrofe», llamarían a las cosas por su nombre e instarían a Israel a cesar en sus irresponsables y criminales ataques, pero el lenguaje del sionista Grossi es el de un cómplice de las atrocidades israelíes, algo que no debe extrañar si tenemos en cuenta ante quién responde este patético personaje.
Javier Milei recibió en la Casa Rosada a Rafael Grossi, el argentino director general del OIEA.
Grossi había manifestado ya, antes del feliz encuentro con Milei, su intención de
«(…) interiorizarse sobre las ideas y proyectos del presidente».
Así las cosas, ya sabemos hace mucho tiempo cuáles son esas ideas en lo que respecta a Israel, porque Milei es miembro de la secta racista y supremacista judía Jabad Lubavitch:
Los vínculos con la poderosa Lubavitch, la trama oculta del viaje de Milei a EEUU.
Sobre la ideología racista y supremacista de Jabad Lubavitch:
¿Por qué EEUU honra a un rabino racista?
Textos racistas de Jabad Lubavitch.
Dichos textos son escalofriantes, pues de ellos se deduce que esta mafia no considera humanos a los no-judíos (gentiles). Milei, en coherencia con unas ideas judías (las del «pueblo elegido» y el derecho de ese pueblo a perpetrar genocidios) que Pablo Iglesias considera también «de paz», expresó públicamente su total apoyo a las fechorías del Estado sionista, incluidos los muy recientes crímenes de guerra y contra la paz del 13-J:
Milei conversó con Netanyahu y renovó su apoyo a Israel en medio del conflicto con Irán.
No creemos que Rafael Grossi sea la persona más adecuada para gestionar los riesgos de una «catástrofe nuclear» cuando «ha interiorizado» una política de parte que además constituye el principal factor causal de dichos riesgos. Su minimización del crimen de guerra israelí en Natanz y otras centrales nucleares iraníes responde a una política de exterminio absolutamente irracional. Grossi debe dimitir y el OIEA denunciar a Israel por su vulneración de todas las normas relativas al control y la seguridad en materia de energía atómica. Nos jugamos nada menos que la supervivencia de la humanidad.
CÓMO SE FALSEÓ LA HISTORIA DEL BOMBARDEO DE HIROSHIMA Y NAGASAKI
EL JUDAÍSMO, RELIGIÓN DE PAZ
Mientras tanto, los antifascistas siguen dormitando en su feliz sueño de la «conspiración nazi» y del fascismo como «mal absoluto» que pretendía combatir algo tan maravilloso como… el «judaísmo». Todo ello a pesar de que Pablo Iglesias conoce perfectamente la otra versión de los hechos, a saber, la que no encaja con el relato antifascista oficial impuesto por la alta finanza judía en calidad de «religión cívica universal del Holocausto»:
Pablo Iglesias: el Holocausto fue un mero problema burocrático.
La «ideología del Holocausto» (Norman G. Finkelstein), meollo de dicha «religión cívica universal», constituye el fundamento de legitimidad de la total impunidad sionista. Mienten conscientemente, por tanto, los izquierdistas antifascistas y por este motivo han tenido que borrar muchos tuits publicados en el pasado donde reconocían la verdad. Porque la verdad es revolucionaria y en Podemos tenemos sólo cripto liberales à la mayo del 68 disfrazados de rebeldes.
Que no te engañen.
Figueres, la Marca Hispànica, 19 de junio de 2025.
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