EL SIONISMO CONDUCE LOS EEUU A LA GUERRA CIVIL. (En la foto, el judío del CFR Bruce Hoffman). En un artículo de «La Vanguardia» firmado por Fernando García podemos leer lo siguiente: «Estados Unidos da miedo. De unos meses a esta parte, y sobre todo ahora que acaba de cumplirse el primer aniversario del asalto al Capitolio, las alertas sobre la creciente polarización política han dado lugar a reiteradas preguntas o advertencias sobre la posibilidad de una nueva guerra civil. Las alusiones proliferan en discursos políticos y artículos académicos, en tertulias y entrevistas. Y dos libros de este mismo mes abordan el tema en profundidad, ambos bajo la tesis de que la contienda está próxima». Bruce Hoffman, judío y vocero del C. F. R. (Council on Foreign Relations) —nada menos— asevera que: “el choque de realidades contrapuestas, exacerbado por el partidismo y amplificado en los medios y las redes sociales, seguirá socavando los esfuerzos del gobierno para contrarrestar la amenaza del terrorismo interno. La atmósfera actual recuerda el período que condujo al atentado con bomba de Oklahoma en 1995, el ataque terrorista más mortífero en la historia de Estados Unidos”. Por su parte, Jamie Raskin, congresista de los EEUU, manifiesta: «Me gustaría decir que el asalto al Capitolio fue el final de algo, pero creo que fue más bien el principio» (véase: «La próxima guerra civil de EEUU ya está aquí y el país se niega a verla», «elDiario.es», 5 de enero de 2022). Estos ejemplos podrían multiplicarse porque las portadas vienen repletas de reflexiones similares, de lo cual se infiere —entre otras cosas— que estamos ante una nueva causa del terrorismo mediático apocalíptico habitualmente propagado por la oligarquía sionista, que se suma a otras en una lista inquietante y tendente a crecer: pandemia, cambio climático, crack financiero, terrorismo islámico, guerra… (Se irán sumando más hasta configurar la tormenta perfecta para la parusía del Mesías judío, pero ésa es otra historia.) Hete aquí el tipo de «noticias» que generan el hecho —en lugar de generar el hecho la noticia— en ese borrador de la historia que es el periodismo controlado por los cerebros bíblicos.

LA ESCENIFICACIÓN SIONISTA DEL 6 DE ENERO Y EL DESCRÉDITO DEL NACIONALISMO BLANCO

LA TEORÍA DEL FLAUTISTA DE HAMELIN

Los peligros guerracivilistas y golpistas suscitados por Trump han sido objeto reiterado de análisis en CARRER LA MARCA, pero desde una perspectiva completamente original. Para nosotros, en efecto, Trump será sólo la cerilla que prenderá un terreno social previamente abonado para el incendio, cuya finalidad es precisamente el «golpe de Estado», pero de la parte supuestamente contraria. Y decimos sólo supuestamente porque nos encontramos ante una escenificación donde cada actor/agente representa el papel que la oligarquía le ha asignado en la narración profético-escatológica que produce la historia. Trump será aquí el fascista malvado contra el que la élite moral judía bondadosa, los seres de luz (v.g.: Lloyd Blankfein, el banquero de Dios), tendrá que combatir. La amenaza fantasma. 

O, en otros términos: los nacionalistas blancos cristianos están siendo utilizados por líderes sionistas —con Donald J. Trump como cabeza visible mas no necesariamente como cabeza pensante— para fines que se les escapan pero que, en cualquier caso, resultan incompatibles con toda forma de patriotismo. Los nacionalistas blancos sinceros —atraídos por una sarta de consignas xenófobas, racistas, machistas y autoritarias que Trump sabe salpimentar con especias religiosas— obedecen a un auténtico payaso cuya verdadera y única motivación es Israel first. La clave para interpretar la figura de Trump es el cuento alemán del flautista de Hamelin que conduce las ratas, hipnotizadas en su caso por la música de una flauta, a un barranco letal. Por supuesto, el flautista se aparta antes de que sus víctimas se precipiten al vacío. Lo hizo Trump con el coronavirus, saboteando las medidas sanitarias —hasta desencadenar una matanza de más de 400.000 personas— pero inoculándose él mismo acto seguido la supuesta «ponzoña»,mientras los estados de mayoría republicana (trumpistas) hacen todavía hoy todo lo posible para obstruir la vacunación masiva. Lo hizo también Trump en el asalto al Capitolio, que el propio Trump instigó para luego desmarcarse obscenamente del hecho y condenar a los asaltantes.

UN TRUMP ESQUIZOFRÉNICO APUÑALA AHORA A SUS PERTURBADOS SEGUIDORES GOLPISTAS

El trumpismo sigue, empero, muy vivo después de que Trump decepcionara a sus seguidores y se viera forzado —sin sangre— a abandonar la presidencia del país. La idiotez incurable de la extrema derecha cristiana constituye el terreno abonado para un sionista bíblico que no esconde su lealtad a Israel pero luego proclama el famoso America first de campaña sin temer que la incongruencia lógica afecte lo más mínimo a su credibilidad carismática. En las zonas donde predominan los negacionistas vacunales, el número de víctimas de la pandemia es superior a los estados o territorios de mayoría demócrata. No importa. El terraplanismo vírico trumpero es el instrumento perfecto de la oligarquía para provocar justamente aquéllo que los covidiotas atribuyen… a la vacuna, con la particularidad de que el filtro selecciona a sus víctimas en función de la ideología «antifascista». Tampoco importa. Al mismo tiempo, más de 700 nacionalistas blancos permenecen encarcelados en condiciones bastante crueles a consecuencia de la trampa de Trump —y de Ted Cruz, Jared Kushner, Steve Bannon…— en el Capitolio; los capitostes sionistas de la fechoría, como los banqueros judíos de la Gran Recesión de 2008, siguen en libertad, pero los seguidores de Trump, creyentes, son impermeables a toda evidencia. En semejante escenario de exitosa manipulación, el alarmismo de un nuevo putsch no deja de ser propalado con ahínco —y esto tiene trampa también— por los medios de comunicación, que además se dedican a dictar el guión del evento asociándolo al desencadenamiento de una guerra civil. Conflicto armado en las calles que justificará el verdadero «golpe de Estado» —presuntamente democrático— para rescatar las «esencias» de la nación norteamericana, pero que en realidad instaurará un régimen teocrático y dinástico sionista. 

¿GOLPE MILITAR DE JOE BIDEN? EL MITO DEL “DEEP STATE” Y LA REALIDAD DE LA OLIGARQUÍA JUDEO-CRISTIANA

LA MANIPULACIÓN DE LOS NACIONALISTAS BLANCOS Y LA FE CRISTIANA

La manipulación de los nacionalistas blancos sólo es posible gracias al denominado sionismo cristiano. 

El análisis más profundo del sionismo cristiano que conocemos por el momento es el de Stephen Sizer, con la ventaja de que el autor es cristiano evangélico y sus argumentos difícilmente podrán ser cuestionados por todos aquéllos que dicen seguir la supuesta ética de Jesús de Nazaret. Un resumen del concepto de sionismo cristiano puede encontrarse en el siguiente enlace:
«Alerta Digital» omite, empero, maliciosamente, la fuente original del documento en inglés, que es la siguiente:
Conviene no olvidar que éste es sólo un resumen de la obra capital de Sizer, a saber, Sionismo cristiano. ¿Hoja de ruta a Armagedón?
Pero hay otra conexión, además de la sionista, alojada en el meollo mismo de la creencia cristiana, la cual no afecta sólo a las sectas fundamentalistas evangélicas estadounidenses y sus filiales occidentales, sino al cristianismo como tal, incluido el catolicismo romano. Conviene no olvidar que el cristianismo es un judaísmo para gentiles y que los aspectos supuestamente «positivos» de la ética cristiana que se reivindican para afear a los sionistas su racismo supremacista y genocida, son aquéllos que, convenientemente secularizados por el liberalismo, están corroyendo desde dentro nuestras comunidades nacionales. Nos ocuparemos de esta cuestión en próximos artículos. En cualquier caso, su abyecta instrumentalización no ahorrará a los nacionalistas blancos el castigo de la oligarquía sionista, una cofradía de santurrones hipócritas que debe presentarse siempre ante los ojos del mundo —la (des)memoria histórica— como adalid de los derechos humanos, la moral, el humanitarismo, la «democracia» (liberal, por supuesto) y demás mitos masónicos cristiano-secularizados. El destino de los nacionalistas serbios que vengaron, para fruición sádica de la oligarquía pero sin que ésta se ensuciara las manos, la participación de musulmanes bosnios como aliados de la Wehrmacht en la Segunda Guerra Mundial, debería servir de advertencia. Durante años, la humanitaria masonería europea dejó hacer a dichos nacionalistas serbios, brazos ejecutores ciegos de la peculiar justicia de Yahvé, pero también estos títeres fueron a la postre ajusticiados. Los crímenes de lesa humanidad perpetrados por nacionalistas blancos cristianos a lo largo de la historia moderna —New Israel, English Hebraism…en único y exclusivo beneficio de la oligarquía judía —Benjamin Disraeli, Lionel de Rothschild…— son inmumerables y sería desvergonzado negarlos. Que nadie espere empero el agradecimiento ni la recompensa del amo judío a su animal de presa ario. Todos esos crímenes se anotarán en la cuenta de la raza blanca y, a ser posible, del «fascismo». 
Figueres, la Marca Hispànica, 14 de enero de 2022.

UN PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA AFIRMA QUE EL JUDÍO SIONISTA JARED KUSHNER ES QUIEN MANDA EN LA CASA BLANCA

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