EL CAPITALISMO REALMENTE EXISTENTE. Los famosos Protocolos de los Sabios de Sión son sin duda una falsificación, pero una falsificación perpetrada por creyentes cristianos antisemitas que, ¡oh casualidad!, resulta tremendamente útil para desacreditar todo reproche razonado y serio al judaísmo. Sólo que usted ose, en efecto, aplicar a esa religión o ideología las mismas pautas de procedimiento con que la crítica ilustrada analiza al resto de las religiones o ideologías, será usted sospechoso de antisemitismo, una perversión que, como acreditarían precisamente los Protocolos, se basa única y exclusivamente en supuestos fraudes y en el «odio». ¿Qué puede surgir de una creencia bíblica —es decir, judía— donde una secta judía, a saber, los nazarenos, descalifica a otra secta judía, a saber, los fariseos? No se trata aquí de razones, sino de supersticiones como que los «judíos» (=fariseos) serían «demonios» y cosas por el estilo. En definitiva, más judaísmo, pero practicado por presuntos enemigos de «los judíos». Sin embargo, uno puede toparse luego con realidades incontestables, que no son falsificaciones, como Ovadia Yosef, nada menos que el rabino-jefe sefardita de Israel (o con su hijo, que de tal palo tal astilla). Ya conocemos a Yosef, pero quizá los lectores españoles no conozcan al rabino estadounidense Shmuley Boteach. Reproducimos aquí su delirante discurso supremacista, verdadero indicio verbal de la amenaza real que pesa sobre la humanidad.

EL RABINO SUPREMO DE ISRAEL AFIRMA QUE LOS NO-JUDÍOS SÓLO EXISTEN PARA SERVIR A LOS JUDÍOS

EL DISCURSO DE BOTEACH

Reproducimos a continuación íntegramente un artículo de «Rebelión» que puede encontrarse aquí. Además de los comentarios iniciales del traductor, Germán Leyens, en tipo de letra Times New Roman tamaño 14, nosotros iremos comentando en tipo de letra Georgia y color rojo las deposiciones de Boteach, cuyo texto aparece en Comic Sans MS.

Habla el influyente líder de la comunidad judía norteamericana el rabino Shmuley Boteach:

«El verdadero destino manifiesto de Estados Unidos, en su rol providencial como primera república democrática del mundo, es dirigirlo en libertad. Los estadounidenses son el nuevo pueblo elegido».

Por Rabino Shmuley Boteach | 10/10/2004 | EEUU.

Fuentes: somethingjewish.co.uk

Traducido para Rebelión por Germán Leyens.

¿Sátira? ¿Humor negro? No, aunque no lo parezca el rabino Shmuley Boteach habla en serio. Shmuley Boteach es director de la L’Chaim Society, una organización de educación judía que presenta a personalidades y estadistas mundiales que dan conferencias sobre liderazgo basado en valores. También es un presentador de radio nacional en la red «Talk America». Ha aparecido en casi todos los programas de entrevistas y noticias de EEUU, entre otros «The Today Show», «The View», «Politically Incorrect», «Larry King Live», «The O’Reilley Factor», «CBS This Morning», «NBC Evening News», «Hannity and Colmes», «Donahue», «The Roseanne Show», «Entertainment Tonight», «Extra!», «Access Hollywood», «Inside Edition» y el «Howard Stern show». El rabino Shmuley ha sido presentado en «Time Magazine», «Newsweek», «The New York Times», el «London Telegraph», «The Washington Post», «The L.A. Times», «The Jerusalem Post», «Chicago Tribune», «The South China Morning Post», «Sydney Morning Herald», «The Miami Herald», «The New York Post», «The New York Daily News» y «Newark Star-Ledger». Presentamos su opinión sin más comentarios. Nuestros lectores sabrán formarse la suya sobre lo que dice Shmuley, que fue colocado por «Jewsweek.com» en el número 17 de su lista anual de los 50 judíos más influyentes en EEUU [N. d. T.]

***

Shmuley Boteach:Los estadounidenses se han convertido en los nuevos judíos del mundo. No son muy apreciados. Estados Unidos está viviendo lo que los judíos han vivido a través de su historia: un odio irracional, una animosidad injustificada.

El uso de la bomba atómica contra civiles, el exterminio de los indios autóctonos norteamericanos, la esclavitud negra, las constantes agresiones a terceros países, decenas de ellos, empezando por México y España y terminando por Irak, entre otros muchos genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad perpetrados por EEUU, no justifican, según Boteach, ningún tipo de animadversión o recelo por parte del resto del mundo. Podrá observarse que el discurso del rabino es, en todo momento, una provocación para instigar al odio contra los EEUU (y «los judíos»).

LA HISTORIA DE EEUU ES EL EXPEDIENTE POLICIAL DE UN ASESINO EN SERIE

Los eruditos dirán que todo esto se debe a la envidia de EEUU. Somos los más grandes, los más fuertes en la calle. Así que todos nos odian. Por cierto, jamás deberíamos subestimar el papel que los simples celos y la envidia juegan en la alimentación del odio a EEUU y cómo lleva a acusaciones de arrogancia y distanciamiento estadounidenses.

El propio discurso de Boteach acredita esa arrogancia, pero el energúmeno es tan necio que ni siquiera percibe —¡¡¡o sí lo percibe!!!— el carácter autocontradictorio de su protesta («nos acusan de arrogancia sin motivo porque somos el pueblo elegido por Dios»). Por no hablar de la derrota de EEUU en la guerra del Vietnam, donde «los más grandes, los más fuertes» fueron vencidos por sus víctimas (para alegría de la humanidad toda). El próximo 29 de abril celebraremos el aniversario de ese evento.

Pero como enfoque general para la comprensión del creciente anti-americanismo en el exterior, ésta es una explicación simplista y superficial, y totalmente errónea. La Unión Soviética fue igual de fuerte que Estados Unidos durante cuatro contundentes decenios. También fue mucho más intimidante. Y sin embargo, tenía apólogos en todo el mundo.

En realidad, las causas del anti-americanismo son mucho más profundas que la simple envidia. En breve, EEUU es odiado sobre todo porque bajo George W. Bush ha llegado a abrazar una política externa moral orientada a la lucha contra déspotas y a derrocar dictadores, y estos nobles esfuerzos han hecho que el resto del mundo aparezca egoísta, absorto en sí mismo, moralmente ciego, y cobarde. A nosotros, los estadounidenses, no nos odian por nuestra fuerza, sino más bien por los buenos propósitos a los que hemos dedicado esa fuerza. Irónico, ¿no es así? Que nos odien porque somos buenos. Pero, sean bienvenidos al club. Los judíos han sido miembros desde hace tiempo.

Un ejemplo de esa bondad que lucha contra los dictadores es Augusto Pinochet, quien accedió al poder tras un golpe de Estado militar (contra el presidente electo de Chile, a saber, Salvador Allende) orquestado por EEUU y, más concretamente, por un bondadoso judío llamado Henry Kissinger.

El aumento del odio global a EEUU, es, desde luego, (merecedor) de un estudio sobre la hipocresía. Países a los que les importó un bledo la matanza en Ruanda, el genocidio en Sudán, o lo que Sadam hizo a los kurdos, tienen el descaro de criticar a EEUU como un matón global. Enseño y aparezco en la televisión y en la radio en todo el mundo y tengo por lo tanto una visión de primera mano del flagrante odio a EEUU y de la olímpica hipocresía que conforma su base.

Boteach, más que hipócrita (¡que también!), es un cínico de manual intentando convencernos de que arrojar una bomba atómica sobre civiles, amparar dictaduras de extrema derecha o invadir México para anexionarse un 50% de su territorio son actos impulsados por la bondad bíblica (=judía). Los crímenes de Sadam Hussein contra los kurdos fueron perpetrados con el beneplácito de EEUU cuando el Pentágono usaba Irak para debilitar a Irán.

Me han puesto constantemente a la defensiva en todos mis viajes. «Ustedes los estadounidenses son arrogantes e ignorantes», es un refrán que escucho regularmente. Sorprendentemente a Estados Unidos lo critican por cosas de las que sus críticos casi siempre son más culpables. Francia, por ejemplo, acusa a Estados Unidos de mangonear, y al mismo tiempo amenaza a las naciones europeas más pequeñas con excluirlas de la Unión Europea si no rinden pleitesía a París.

El argumento «y tú más» no comporta nunca, por cierto, la virtud mágica de volatilizar los crímenes propios.

Francia, desde luego, otorgó la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes a Michael Moore. El momento más impresionante de esta película es cuando acusa a George W. Bush de quedarse sentado sin hacer nada durante siete minutos mientras ardían las torres gemelas. ¡Caramba! A los franceses les encantó esa escena, lo que es curioso ya que Jacques Chirac permitió en el verano de 2003 que 10.000 franceses y francesas murieran de insolación mientras él pasaba sus vacaciones. Ni siquiera volvió a París cuando los ancianos de su país se asaban en sus apartamentos.

¿Se pregunta el rabino rabulista cuál fue la actuación de su amado y bíblico Bush antes, durante y después de las inundaciones de Nueva Orleans? Bush sabía que el «Katrina» arrasaría Nueva Orleans.

ATENTADO ESTADOUNIDENSE EN MADRID (2). LA AUTORÍA DE LA OTAN

Europa ocupa un sitio especial entre los odiadores, lo que no sorprende, ya que EEUU representó una ruptura con el pasado europeo y estableció un nuevo orden mundial. Como los judíos, que se separaron del resto del mundo al establecer el monoteísmo y promulgaron los Diez Mandamientos, Estados Unidos rompió con la aristocracia europea y el sistema de castas afirmando en su Declaración de Independencia que toda la humanidad «no sólo los ricos y privilegiados» nació con derechos otorgados por Dios.

«Ruptura» que no impidió a los firmantes de esa famosa declaración ser propietarios de esclavos, un ejemplo típico de la hipocresía que el propio Boteach, en su lección de rabulística, se olvida de mencionar.

Europa siempre ha considerado a Estados Unidos como un vil advenedizo y ha tratado de difamar a la democracia estadounidense como si fuera algo falso que favorece a los ricos y trata de crear una aristocracia de los ricos. La reacción esencial de Europa ante la virtud democrática estadounidense es que no es virtuosa.

Tan democráticos son los EEUU que un 0.1% de la población posee la mayor parte de la riqueza del país mientras el sistema penitenciario más grande del planeta permanece atestado con los descendientes de sus antiguos esclavos. EEUU es el país con mayor porcentaje de personas encarceladas.  Los negros, quienes representan el 12% de los habitantes de Estados Unidos, constituyen el 40% de la población carcelaria del país.

Reconoce que siempre ha tenido una aristocracia de la sangre. Pero arguye que EEUU simplemente la ha reemplazado por otra del dinero. Qué groseros son esos codiciosos estadounidenses, y para rematarla, poco pulidos. Además, el socialismo europeo se alimenta en gran medida de la antipatía contra el capitalismo estadounidense y de un deseo de diferenciarse del «egoísmo estadounidense» aunque salga perdiendo.

Sobre la aristocracia de sangre entre los judíos simplemente lean esto: El genoma judío, publicado por un medio judío. Sin más comentarios. 

Desde luego, la hostilidad de Europa hacia Estados Unidos se basa en una filosofía del olvido: alianzas olvidadas e ingratitud. Estados Unidos salvó dos veces a las democracias europeas de la extinción. Cuán extraño es que la salvaguardia de la libertad por EEUU haya alentado realmente el odio a EEUU entre nuestros «amigos».

EEUU ha abolido la democracia en Europa porque no existe en este continente la soberanía nacional y donde no hay libertad de los pueblos como tales tampoco puede haber democracia. De esto, empero, no son responsables sólo los opresores estadounidenses, sino ante todo los propios políticos europeos, quienes actúan como administradores del poder ocupante y no como verdaderos representantes electos de los pueblos europeos. Así que los méritos y beneficios de los que se jacta Boteach son producto de la propaganda, la cual, sin embargo, ha sido ya tan interiorizada por sus vasallos (soft power cultural) que sus mentiras se aceptan como verdades incontestables y de dominio público.

Cuando liberamos a Francia y Alemania, no parecía importarles que hayamos enviado ejércitos de cientos de miles lejos de nuestras fronteras. Cuando sucedió en Irak, sin embargo, estallaron en un coro de protesta. ¿Podrá ser que es porque les importa menos la libertad de otros? Me lo pregunto.

¿»Liberaron»? Los países fascistas eran dictaduras, pero también Estados soberanos. Los EEUU no trajeron la democracia a Europa pero, en cambio, les robaron su soberanía nacional con la excusa, precisamente, de liberarlos.

En este punto Estados Unidos tiene que aprender algo de los judíos. Durante casi medio siglo, EEUU ha sido el guardián de la libertad en todo el mundo. Pero los estadounidenses que esperan gratitud debieran recordar que no hay buena acción que no reciba su castigo. Los judíos le dieron su Dios al mundo, sólo para ser masacrados en Su nombre. Imagínate, ser matado por causa de un concepto que tú creaste y otros veneran.

En este punto (subrayado azul) tiene razón Boteach, pero han de responder los creyentes cristianos, no nosotros. Por lo demás, estamos ante un dios tribal etnocéntrico y racista que nada tiene que ver con la democracia, la racionalidad ilustrada o el derecho, instituciones de procedencia grecorromana, no judía.

EL JUDAÍSMO COMO IDEOLOGÍA RACISTA, SUPREMACISTA Y GENOCIDA (2). SUPREMACISMO

Pero eso no redujo el compromiso o la relación judía con Dios, ni debiera reducir el compromiso estadounidense con la liberación de otros. Especialmente a la luz de la principal razón de la antipatía europea. El gasto de EEUU en dinero y sangre por cuenta de otras naciones ha hecho que esas naciones se sientan dependientes y que su debilidad haya quedado a la luz del día. En vez de sentir gratitud, sienten resentimiento.

Naciones que han perdido su soberanía nacional en nombre de una falsa «democracia», en realidad una horrenda dictadura encubierta de banqueros extranjeros, no tienen el deber de sentir gratitud alguna hacia sus opresores.

LA RESERVA FEDERAL DE EEUU ES UN OLIGOPOLIO DE BANCOS PRIVADOS CONTROLADO POR LA OLIGARQUÍA SIONISTA

Pero todo esto sólo apunta a los paralelos más profundos entre el odio a EEUU y el antisemitismo. La conexión, en esencia, es la siguiente: Las naciones que defienden lo que es justo son vilipendiadas porque arruinan la fiesta de todas las otras.

Lo que «es justo» significa aquí, en realidad, el racismo supremacista y genocida que puede detectarse en la Biblia y justifica las actuaciones criminales de los EEUU a lo largo y ancho del mundo desde el mismísimo e infame día de su fundación.

CÓMO SE FALSEÓ LA HISTORIA DEL BOMBARDEO DE HIROSHIMA Y NAGASAKI

La causa subyacente de todo el antisemitismo es que los judíos han emergido como la conciencia del mundo. Por ser los progenitores de los Diez Mandamientos, un código moral que fue adoptado casi universalmente por el mundo, los judíos se convirtieron automáticamente en árbitros del bien y del mal. EEUU ha emergido igualmente hoy en día como la conciencia moral de un mundo cada vez más amoral, un mundo profundamente indiferente ante el sufrimiento humano, dispuesto a tolerar a gente como Sadam Husein y mirar para otro lado ante las milicias Janjaweed en Sudán.

No podríamos comentar esta nueva deposición de Boteach sin incurrir en delito, así que nos abstenemos.

EL JUDAÍSMO COMO IDEOLOGÍA RACISTA, SUPREMACISTA Y GENOCIDA (1). GENOCIDIO

Además, igual como los judíos le enseñaron al mundo acerca de Dios, EEUU es actualmente el único país occidental que proclama orgullosamente su lealtad a Dios. El fuerte énfasis de EE.UU. en Dios y la religión son anatema para la Vieja Europa, que vive en la era poscristiana. Por cierto, los europeos se refieren a menudo a los cristianos estadounidenses evangélicos, de opinión conservadora, como un ejemplo de la torpeza y las payasadas estadounidenses, gente simplona y suficiente estúpida para creer en un mundo descarnado del bien y del mal, en negro y blanco.

En efecto, la «fe» cristiana de los EEUU es una evidencia de la cultura nacional estadounidense, gente simplona y suficientemente estúpida como para creer que el dios del anatema puede encarnar el «bien» en algún sentido racionalmente inteligible de la palabra. Este pasaje pone en evidencia el interés de Boteach en mantener a los europeos amarrados a la veneración del dios judío y posiciones políticas «conservadoras». Que los patriotas cristianos europeos saquen sus propias conclusiones del texto.

Cualquiera que haya vivido en Europa Occidental, como yo durante 11 años, o en Canadá, puede dar fe de cómo Dios está esencialmente muerto en esas regiones, reemplazado por un cristianismo sin alma manejado por el estado, que atrae a las iglesias a menos de un 5 por ciento de la población en cualquier domingo. Cuando viví en Inglaterra, incluso recuerdo un artículo de portada de «Newsweek» a fines de los años 90, que afirmaba que en Europa Occidental habían acabado con Dios. En breve, Europa Occidental rinde culto de los dientes para afuera a su propia forma reblandecida de cristianismo, y se pregunta qué es lo que puede haber llegado a poseer a esos estadounidenses simplones, suficientemente estúpidos para excitarse por la fe.

E igual que se odiaba a los judíos por haberles arruinado la fiesta a todos los demás al impartir al mundo la idea de la moralidad religiosa, EEUU es odiado por recordar al mundo sus responsabilidades morales de proteger la vida humana y de luchar contra la tiranía.

Tragarse el bulo hasbara de que los judíos han inventado la moralidad sería como aceptar que inventaron la ciencia, la filosofía, la ilustración, la democracia, el arte, el derecho… Nada de eso es obra de los judíos, antes bien lo fue de los griegos y los romanos, pueblos arios paganos. Aquéllo que Europa le debe a esa secta judía llamada cristianismo es precisamente la destrucción, una por una, de todas las instituciones que definen la civilización occidental y, tras el desastre denominado cristianización, el «progreso» a… la Edad Media. Época por la que, en cambio, muchos rabinos sienten una nostalgia tradicionalista, evoliana y chamánica, como era de esperar. 

La respuesta tanto a estadounidenses como a judíos ha sido típica. Maten al mensajero. Los roles de judíos y estadounidenses como guardianes morales de la Tierra han llevado a intentos organizados de difamación de sus respectivos dirigentes. Los líderes judíos y los primeros ministros israelíes han sido continuamente acusados de intentar de apoderarse de Medio Oriente y del mundo.

El papel de los judíos como guardianes morales de la Tierra es inexistente, una invención de la propaganda hasbara que no se corresponde con ninguna realidad conocida en nuestro sistema solar. En cuanto a los israelíes, justamente ellos han sido quienes —desde la Nakba hasta hoy— más han contribuido a desacreditar el autobombo sionista al respecto. 

«Los protocolos de los sabios de Sión», una infame falsificación, fue identificada como el programa para los intentos judíos de controlar el universo. Ahora vemos que se presenta la misma acusación contra Estados Unidos. EEUU no está interesado en llevar la democracia a los árabes, sostienen los europeos, sino que desea su petróleo. Quiere la hegemonía en Medio Oriente.

EL JUDAÍSMO Y LA ESCLAVIZACIÓN DE LOS GENTILES SEGÚN MAX WEBER

Igual como los judíos fueron difamados como pequeños demonios, a George W. Bush lo odian como el gran demonio, el anticristo que se atreve a desafiar la indiferencia de Jacques Chirac y de los otros guardianes autoproclamados de la complacencia mundial. En lugar de unirse a la visión de Bush de librar al mundo de malvados tiranos y terroristas, el mundo ha preferido el camino mucho más fácil de declarar que el propio Bush es malvado, un charlatán cuyo verdadero propósito es enriquecer a sus amigos en Enron y Halliburton.

No fueron «los judíos» quienes resultaron a la postre difamados como «pequeños demonios» [sic], sino los fariseos, de los que ciertamente procede todo aquéllo que en la actualidad se entiende (erróneamente) por «judaísmo»; pero, además, quienes difamaron a los judíos fueron realmente los miembros de otra secta judía, a saber, los nazarenos, cuyo dios —el mismo, en teoría, que el de todos los judíos— afirmaba que los fariseos eran «hijos del diablo». Comportamiento sectario típico de las religiones monoteístas en general y de las abrahamánicas y hebreas en particular. El antisemitismo es así un judaísmo invertido, un racismo supremacista y genocida judío vuelto contra los propios judíos; y una evidencia más, entre mil otras, de que el judaísmo no ha inventado la moralidad, sino que se ha limitado a perpetuar una religión tribal etnocéntrica y anacrónica en el corazón mismo del mundo moderno creado por los pueblos arios.

Son sorprendentes los paralelos entre la acusación de que los judíos están tratando de apoderarse del mundo, y de que EEUU es el hampón global. Ambos grupos son acusados de buscar el dominio global. El grito judío por la moralidad en el mundo antiguo fue rápidamente malinterpretado por los oponentes al judaísmo como cínicos intentos de dirigir el planeta. De la misma manera, los honestos esfuerzos de EEUU de llevar la democracia a las regiones más aquejadas de problemas del mundo son interpretados como un intento de imponer la hegemonía estadounidense sobre la Tierra.

Los EEUU son acusados de hegemonismo con pruebas  abrumadoras como documentos donde ellos mismos explican sus propias intenciones, por ejemplo el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, entre muchos otros. En cuanto al judaísmo, basta con leerse, como ya hemos visto, a Max Weber, quien al parecer conoce la ideología judía mejor que el propio Boteach. Intervención estadounidense en golpes de Estado en América.

Respecto a los judíos, la acusación es, desde luego, absurda, porque constituyen, en realidad, la nación más perseguida y no la más poderosa de la historia. En cuanto a Estados Unidos, la acusación es igualmente absurda porque si quisieran hegemonía, no hubieran retirado sus tropas de Alemania y Japón después de conquistarlos con la pérdida de numerosos heroicos soldados.

EEUU no conquistó Japón con «heroicos soldados», antes bien, exterminó a miles de civiles inocentes e indefensos en Hiroshima y Nagasaki para evitar las diarreas de sus «heroicos soldados» en suelo metropolitano japonés. En cuanto a Alemania, fue conquistada por la URSS; y EEUU no habría avanzado un solo palmo sobre suelo alemán sin la sangre de los soldados rusos, ingleses, franceses y otras decenas de nacionalidades. Los ocupantes, además, no han «retirado» sus tropas de Alemania y Japón, sino que mantienen bases militares y un dominio político neocolonial sobre Europa (OTAN, Operación Gladio) y sobre otros muchos países en todo el planeta. 

GLADIO O LAS ATROCIDADES DE LA OTAN CONTRA LA CIUDADANÍA EUROPEA

Ochocientas bases de EEUU en el mundo.

Creo que a pesar de todas sus pretensiones de tolerancia, gran parte del odio que existe en Europa contra EEUU tiene mucho que ver con que EEUU es un país de inmigrantes. A los europeos, que acusan a EEUU de arrogancia, no les gustamos porque nos ven como si fuéramos gentuza. En esto, Europa, o debería decir la vieja Europa, ha vuelto a sus antiguos prejuicios.

Y aquí tenemos un paralelo más entre EEUU y los judíos. El judaísmo fue, por cierto, un rechazo de un orden mundial corrupto, como lo fue la fundación de Estados Unidos. EEUU fue una idea nueva y democrática que rechazó las costumbres de la vieja Europa, dominada por clases. Y ese orden viejo jamás ha perdonado a las dos naciones por poner al descubierto su atraso.

Que les pregunten a los palestinos por los «inmigrantes» judíos y a los amerindios por los «inmigrantes» ingleses. Sin más comentarios.

Pero nada en esta animosidad puede disuadir a Estados Unidos de su papel vital y justo de policía global. La moralidad y la decencia determinan que las bendiciones del dinero y del poder obligan al más fuerte a proteger al más débil. El uso de nuestro gran poderío para imponer un orden moral en el mundo es la responsabilidad de una gran sociedad.

Por ejemplo, en Vietnam, donde la «moralidad» obligaba a utilizar armas químicas contra los civiles vietnamitas para liberarlos… de sí mismos. Las armas químicas afectaron masivamente, según Vietnam.

Cuando Gran Bretaña era la gran superpotencia mundial, utilizó su gran poderío para colonizar a otras naciones y saquear sus recursos. Cuando la Unión Soviética era una superpotencia, se tragó a otros países y los escupió en trozos. Nosotros, los estadounidenses, utilizamos nuestro gran poderío para liberar a las naciones oprimidas. Creo que esta demostración de la bondad estadounidense es lo que causa el patriotismo estadounidense sin igual. Porque nosotros, los estadounidenses, nos sentimos orgullosos de nuestro país de una manera que sólo puede maravillar a los europeos. (Por cierto, recuerdo haber leído un sondeo en el International Herald Tribune, cuando vivía en Inglaterra, que afirmaba que la mitad de todos los súbditos británicos afirman que abandonarían el país si tuvieran los medios necesarios), Estados Unidos debe hacer todo lo posible por no ser influenciado por las actuales críticas globales y no rehuir sus responsabilidades de utilizar las bendiciones divinas para hacer que el mundo sea más justo, democrático y libre. Aunque la humildad es una virtud y debemos cuidarnos siempre de la arrogancia, no debemos interiorizar la crítica mal encauzada e intencionada.

Las «bondades económicas» del dominio estadounidense han sido perfectamente descritas y moralmente calificadas por uno de sus agentes. Nos remitimos al incrustado y al video siguientes.

EL CRIMINAL NEOCOLONIALISMO DE LOS EEUU EXPLICADO POR UNO DE SUS EX AGENTES (1). LA CONFESIÓN

Un punto central en esta idea de la responsabilidad global es el reconocimiento de que Naciones Unidas se ha convertido, trágicamente, en un foro para el odio contra EEUU en suelo estadounidense. Es hora de que nos pongamos de acuerdo con nosotros mismos. Naciones Unidas es un foro anti-estadounidense incondicional que ahora considera que su objetivo primario es limitar el poder de EEUU. Es un organismo profundamente amoral que invariablemente se encuentra de parte de tiranos y dictadores. Ya no creo que Estados Unidos pueda influenciar significativamente a Naciones Unidas y producir una reforma positiva. Más bien, es hora de que nuestro gran país lance una alternativa a Naciones Unidas y considere excluir a Naciones Unidas de nuestro suelo.

Estados Unidos, bajo Franklin Roosevelt, fundó Naciones Unidas. Pero le ha ido muy mal y es un proyecto que falla por su base. Ahora, igual como Estados Unidos estableció la OTAN para compensar la amenaza soviética, debería establecer la ONDU, la Organización de Naciones Democráticas Unidas, en la que puedan participar sólo países que son democracias y están dedicados al progreso de la democracia.

Países, por ejemplo, como Argentina, una gran nación de extraordinaria riqueza pero fagocitada por el FMI en beneficio del país parásito por excelencia, a saber, los EEUU. El mecanismo para «liberar» (=someter) a las naciones «gentiles» ha sido explicado, con pelos y señales, por el sicario económico arrepentido John Perkins.

Mientras tanto, habría que mudar Naciones Unidas a París, donde Francia podrá cobrar su trofeo de un cuerpo internacional inánime que pasa su tiempo bloqueando sanciones contra países como Sudán, incluso si esos países están perpetrando genocidio.

Mientras EEUU bloquea, una tras otra, las sanciones al Estado genocida de Israel. Quien debería dar ejemplo moral, según Boteach, es EEUU, pero resulta que el predicador puritano, como acostumbra a suceder, es un inmundo putero y EEUU comete tantos genocidios cuantos pretende «impedir» (siempre que le convenga para apoderarse de los recursos naturales del país «liberado» y esclavizar su población a la deuda perpetua de los usureros estadounidenses). El genocidio habilitado por Estados Unidos en Timor Oriental.

Y escojo intencionalmente a Francia porque se ha ganado una ignominia especial entre los que odian a EEUU. Este fue el país que rápidamente colaboró con Hitler después de que fueron conquistados en la II Guerra Mundial. Se podría pensar que estarían en la vanguardia de los que exigen que los hijos ideológicos de Hitler, como Sadam, fueran derrocados. Pero en lugar de limpiar su pasado, Francia ha decidido abrazarlo y convertirse en uno de los principales protectores de tiranos del mundo.

En este punto nos abstenemos de opinar para no incurrir en delito.

LOS ALIADOS EXTERMINARON A 13 MILLONES DE CIVILES ALEMANES

Pero Europa no es sólo una entidad que existe al otro lado del Atlántico. En Canadá tenemos cada vez más un vecino europeo al norte. Por desgracia, muchos canadienses se están convirtiendo en fanáticos críticos de EEUU. Por cierto, durante los últimos años, la característica nacional definitoria de Canadá es que no son americanos.

Boteach reparte certificados de «americanidad» desde su sinagoga neoyorquina.

Esto no debiera sorprendernos ya que Canadá nunca se rebeló contra los británicos, sino que siguió siendo una colonia hasta bien entrado el siglo XIX. Los canadienses nunca combatieron por su independencia contra el colonialismo europeo, y sienten más afinidad con Europa que con Estados Unidos.

A Canadá le pasa más o menos como EEUU respecto de Israel. Sobre este punto conviene leer con atención al sociólogo estadounidense James Petras.

EEUU VASALLO DE ISRAEL (3). EL TRIBUTO

Finalmente, no se puede escapar del propio destino. Los estadounidenses solían creer en un destino manifiesto que llevó al país a expandir de mar a mar. Pero como lo declaró tan magistralmente Abraham Lincoln en su discurso de Gettysburg, EEUU no es sólo un emplazamiento geográfico, es una proposición, un país dedicado al ideal divino de que «todos los hombres fueron creados iguales». El verdadero destino manifiesto de Estados Unidos es su rol providencial, como primera república democrática del mundo, de dirigir al mundo en libertad.

Fueron creados iguales pero algunos, los que tuvieron la «idea», son «más iguales» que otros, como diría Orwell, empezando por el «pueblo escogido». Que esta fábula se la cuenten a los amerindios, a los palestinos, a los vietnamitas, a los africanos… Boteach es, él mismo, el ejemplo «intelectual»—por llamarlo de alguna manera— de la corrupción y el absurdo que caracteriza el discurso supremacista judeo-estadounidense. Gracias a Boteach entendemos por qué crece el odio contra EEUU en casi todo el mundo.

En la escena política mundial, los estadounidenses son el nuevo pueblo elegido. Dios ha favorecido la causa de EEUU hasta el punto en que ahora se ha convertido en la nación más rica y próspera de la historia. Como han aprendido los judíos, el pueblo eternamente elegido por Dios, elegido para difundir el mensaje de Sus leyes, ser elegido invita al odio, incluso al sufrimiento. Los estadounidenses también sufren ahora, especialmente nuestros valientes soldados en Irak que están en la primera línea en la batalla contra la tiranía.

Pero el ser elegido sigue siendo un privilegio. No hay virtualmente ningún judío que yo conozca que trataría de ser miembro de otro pueblo, y casi ningún estadounidense que conozca que cambiaría su ciudadanía para unirse a otra nación. El futuro de EE.UU. reside en ser audaz y valeroso, hacer caso omiso de los ignorantes que nos odian y en trazar un futuro estadounidense único que sea leal a nuestra historia y esté anclado en los cimientos de nuestros valores fundadores.

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http://www.somethingjewish.co.uk/articles/1188_new_chosen_people_.htm

Un próximo artículo de CARRER LA MARCA explicará quién es realmente Shmuley Boteach y, sobre todo, las ideas racistas y supremacistas de la secta judía donde ejerce como rabino, todo ello en abierta contradicción con los supuestos ideales igualitarios que, con el criminal cinismo característico de los líderes sionistas, afirma promover en sus escritos.

Figueres, la Marca Hispànica, 24 de abril de 2023.

SIONISMO CRISTIANO: LA NUEVA HEREJÍA QUE DOMINA ESTADOS UNIDOS (Stephen Sizer)

Principios, normas y valores de esta publicación

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