EEUU VASALLO DE ISRAEL (3). EL TRIBUTO
EL INNOVADOR ISRAEL HA SIDO UN ESTADO PARÁSITO DE LOS EEUU. ¿Milagro económico israelí? ¿Son los mejores? No. Subvenciones a gogó y transferencias masivas de tecnología puntera norteamericana y alemana. Quienes, como Albert Rivera, loan las excelencias de la economía israelí y la proponen como modelo para España, acostumbran a olvidar que el PIB de Israel es apenas el doble que el de Catalunya, pero sobre todo que el rápido desarrollo económico del Estado judío ha dependido de las ayudas exteriores, incluidos el tributo alemán y estadounidense, por no hablar de las donaciones de la oligarquía sionista (Rothschild, Rockefeller, Warburg, Baruch…). En una fecha no tan lejana como el año 2007, el PIB de Israel era de 130.000 millones de euros y el de Cataluña de 200.000 millones de euros. La Gran Recesión provocada por la mafia financiera —judía y cristiana— de Wall Street sacudió todo Occidente, de manera que, en el año 2014, el PIB de Cataluña permanecía caído por debajo de los 200.000 millones de euros, mientras el de Israel casi se había doblado y alcanzaba ya los 204.000 millones de euros. En la actualidad, el PIB de Israel es de 400.000 millones de euros y el de Cataluña permanece estancado en los 200.000 millones de euros. O sea que si en 2007 Cataluña doblaba a Israel, tras la Gran Recesión se han invertido las tornas e Israel dobla a Cataluña. Estos datos también afectan, como era de esperar, al PIB per cápita: en 2007 el PIB/c catalán era muy superior (28.000 frente a 18.000 euros), en la actualidad el PIB/c israelí supera ampliamente al catalán (43.000 frente a 27.000 euros). Si la comparación con Cataluña (una economía de dimensiones similares a la israelí) no parece pertinente por la distorsión política que afecta a dicha comunidad autónoma, se podrían practicar los mismos cotejos con otros territorios industrializados de Europa y Occidente y el resultado sería bastante similar. El PIB del Reino Unido era de 2.260.000 millones de euros en 2007 y de 2.696.000 millones de euros en 2021. A pesar del moderado crecimiento de Alemania y Francia, no encontrarán ninguna economía desarrollada que multiplique por cuatro su PIB tras la supercrisis. EEUU, la gran garrapata del planeta, «sólo» lo ha doblado. ¿Alguna duda sobre el verdadero significado de la Gran Recesión? Pero si nos remontamos todavía más atrás en el tiempo, la dependencia israelí alcanza niveles de puro parasitismo: «(…) hay que señalar que PIB de Israel crecía anualmente en un 10% durante el periodo 1948-1972. En este periodo los sionistas aprovecharon los despojos del pueblo palestino, el incremento notable de la inmigración, y la ayuda, a modo de indemnizaciones, pagadas por Alemania, por lo que en este fase el apoyo económico norteamericano no era transcendental. Sin embargo durante el periodo 1972-1985, Israel vivió una grave y asfixiante crisis económica, como consecuencia del incremento de los precios del petróleo, el incremento de los gastos sociales, y los gastos de la guerra que superaron 25% del PIB. El crecimiento de la economía israelí retrocedió dos puntos anuales, al tiempo que la inflación llegó al 51% el año 1978, y alcanzó un record 1984 del 400%. Así que la ayuda norteamericana que alcanzó 3.100 millones en este periodo, tuvo una gran transcendencia para hacer frente a la crisis económica. Recordemos que PIB israelí en 1983 era de 15,3 mil millones de dólares, de modo que la ayuda representaba el 20% de PIB, con una tasa de cobertura de los presupuestos del 30% en aquel año» (Fuente: Al Jazeera) Acto seguido, demostraremos que Israel ha sido un país parásito de los EEUU, pero sin perder de vista que EEUU vive también de succionar la sangre de la economía global. (Cfr. el artículo de CARRER LA MARCA enlazado a continuación). En otros términos: Israel, parásito del parásito, se ha estado enriqueciendo hasta fechas muy recientes gracias el saqueo económico de la humanidad toda.
LA RESERVA FEDERAL DE EEUU ES UN OLIGOPOLIO DE BANCOS PRIVADOS CONTROLADO POR LA OLIGARQUÍA SIONISTA
EL TRIBUTO ESTADOUNIDENSE
En la obra de James Petras que utilizamos como fuente acreditada de esta serie de artículos, el autor plantea la siguiente pregunta: ¿quién financia el Estado de Israel? (p. 42). Un informe del Servicio de Investigación del Congreso de julio 2004 afirmaba que «Israel no es autosuficiente en el aspecto económico y cuenta con ayuda externa y préstamo para mantener su economía»:
A pesar de que pueda parecer un obstáculo insalvable, tanto para prosperidad de Israel como para su sostenibilidad, al país no le va nada mal. Se recaudan miles de millones de dólares procendentes de diferentes instituciones judías y no judías para sostener la maquinaria de guerra israelí, su política de generosas subvenciones a los judíos a los cuales se les atrae para asentarse en las colonias de los territorios ocupados e Israel. Esta candidad de dinero es suficiente para colocar al país en el vigésimo octavo puesto de los países del mundo con mayor nivel de vida, en relación a los ciudadanos judíos de Israel (nota 41. Ver los ingresos globales per cápita de 2005, compilado a partir de «World Development Indicators» del Banco Mundial, http://www.finfacts.com/biz10/globalworldincompercapita.html).
Según Petras, quien escribe en 2006, sin la ayuda externa resultarían imposibles las políticas de colonización, que suponen generosos subsidios de acogida e instalación para inmigrantes judíos extranjeros —víctimas de «el Holocausto»— que ocupan el lugar de los palestinos deportados o exterminados. Pero además, dicha privación supondría un drástico recorte en el nivel de vida de los ciudadanos judío-israelíes en general, obligados a pagar de su bolsillo el coste del —comparativamente— gigantesco aparato militar israelí:
Se reduciría el presupuesto militar y el país se vería obligado a disminuir sus intervenciones en los Estados árabes del Este y los territorios ocupados. Israel dejaría de ser un Estado rentista que vive de los subsidios extranjeros y tendría que unirse a la actividad productiva. Esto último supondría un retorno a la agricultura, la industria y los servicios. Ya no habría explotación de criados asiáticos mal pagados, jornaleros agrícolas procedentes de Europa del Este y obreros de la construcción palestinos (op. cit., p. 43).
Petras subraya por otra parte que, a pesar del trato comercial de favor que Israel recibe de Europa, «la base principal para el apoyo financiero a largo plazo y a gran escala se encuentra en Estados Unidos, en sus instituciones públicas y privadas». Descontado el tributo alemán y otras contribuciones, las fuentes principales del parasitismo israelí han sido, hasta fechas bien recientes, las siguientes: 1/ organizaciones civiles de EEUU que recaudan fondos de donantes privados; 2/ el gobierno estadounidense; 3/ grandes medios de comunicación estadounidenses, «en particular el New York Times, Hollywood y las principales redes de televisión»; 4/ los dirigentes sindicales y los jefes de los fondos de pensiones estadounidenses.
Son cuatro fuentes de financiación distintas, pero no independientes, porque se hallan estrechamente interconectadas: «los partidarios judíos del lobby trabajan conjuntamente con los líderes del Congreso para garantizar ayuda económica y militar estadounidense a largo plazo y a gran escala para Israel». El gran aparato mediático está comprometido con una permanente campaña de propaganda en favor del «Israel-víctima-del-Holocausto» y «amenazado-por-un-nuevo-Holocausto» que opera como un lubricante simbólico y motivacional para las donaciones, la promulgación de leyes favorables al Estado judío, los créditos a fondo perdido, las partidas de armamento… Judíos sionistas ocupan puestos —de forma desproporcionada respecto al volumen demográfico de la etnia judía (2%)— en los enclaves institucionales, públicos y privados, de la sociedad estadounidense. Por ejemplo, durante más de medio siglo, todos los presidentes de la Reserva Federal (Fed) han sido judíos. De manera que las cuatro fuentes de ingresos parasitarios israelíes dependen de una instancia común, a saber, el lobby israelí, organismo fundamental de la oligarquía sionista.
Si nos circunscribimos al apoyo directo del gobierno estadounidense (fuente 2) a Israel, que es sólo, como hemos advertido, una de las fuentes de ingresos del Estado judío, pueden desglosarse las partidas, sin contar la ayuda estrictamente militar (que es enorme), en los siguientes conceptos:
Israel ha recibido más de 90.000 millones de dólares en ayuda estadounidense hasta 2003, de los cuales 75 mil millones proceden de subvenciones (es decir, no reembolsable) y 15 mil millones de préstamos. Desde 1985, los Estados Unidos han provisto a Israel de 3 mil millones de dólares de subvenciones al año. La ayuda para la repoblación de inmigrantes soviéticos y etíopes alcanzó en 1992 la cifra de 80 mil millones de dólares, pero continúa recibiendo subvenciones de 60 mil millones en 2003 y de 50 mil millones en los años 2004 y 2005. En 1993, Israel pidió 10 mil millones de dólares en garantías de préstamos, las cuales podía tomar prestadas contra el impago del gobierno de Estados Unidos. En 2004, se añadió otra garantía de 9 mil millones de la ley 1088-11. (…) La ayuda económica pasó a ser una transferencia de fondos de subvención en su totalidad en 1981, y lo mismo ocurrió con la ayuda militar en 1985. Las que se podrían denominar técnicas de optimización se utilizan para aumentar, y quizás incluso ocultar, la verdadera extensión de la financiación, como por ejemplo: 1/ préstamos con pago no exigido (o lo que es lo mismo, la promesa de proporcionar a Israel una ayuda económica cuya cantidad iguale a la que este país debe a los Estados Unidos por préstamos anteriores). De 1974 a 2003, Israel ha recibido más de 45 mil millones de dólares en préstamos no reembolsados. 2/ desde 1982, los Estados Unidos pagan los fondos de Fondo Social Europeo en un único pago al inicio del ejercicio, en vez de en cuatro cuotas trimestrales como es habitual con otros países. «Los Estados Unidos pagan más en intereses por el dinero que piden prestado para realizar los pagos únicos. Los funcionarios de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) calculan que la petición de préstamos para poder abonarlo en un pago único supone un coste de entre 50 y 60 mil millones de dólares por año para los Estados Unidos. Además, el gobierno estadounidense paga los intereses israelíes de los fondos del FSE invertidos en pagarés del Ministerio de Hacienda de los Estados Unidos, según los funcionarios del USAID. Se ha informado que Israel ganó cerca de 86 mil millones de dólares en pagarés del Ministerio en 1991.» Esta práctica ha continuado en años posteriores (op. cit., pp. 45-46).
Pero el parasitismo israelí no termina aquí:
La garantía de acceso al petróleo que proporcionó el gobierno estadounidense a Israel, a través del Memorándum de Entendimiento entre Israel y los Estados Unidos del 1 de septiembre de 1975, supone un apoyo incluso mayor. Según informó Ed Vuillamy, en el periódico londinense «The Observer», el Memorándum de Entendimiento se ha ido renovando tácitamente cada cinco años, con una legislación especial adjunta, a través de la cual los Estados Unidos se comprometen a mantener una reserva de petróleo estratégica para Israel aunque esto suponga una escasez interna para ellos. Todo esto costó 3 mil millones de dólares (1,9 mil millones de libras) en 2002, dinero que procede de los contribuyentes estadounidenses (op. cit., p. 46).
En efecto, si el gobierno de EEUU paga intereses por anticipar fondos, esos intereses recaen sobre los contribuyentes estadounidenses y van a parar al bolsillo de bancos controlados por la oligarquía sionista, que pueden donarlos libremente a Israel por cantidades que, dado su carácter privado, permanecen en muchos casos secretas y desconocidas para la opinión pública.
EL RABINO SUPREMO DE ISRAEL AFIRMA QUE LOS NO-JUDÍOS SÓLO EXISTEN PARA SERVIR A LOS JUDÍOS
LAS APORTACIONES PRIVADAS
Un ejemplo de las partidas parasitarias por este concepto son los Bonos de Israel:
Durante sus más de cincuenta años de existencia, los Bonos de Israel recaudaron 22 mil millones de dólares para el Estado de Israel. El director ejecutivo de los Bonos de Israel, Gideon Pratt, afirma que los bonos han financiado más del 50% del desarrollo israelí (…) (op. cit., p. 47).
Petras considera exagerada esta cifra si se tienen en cuenta las ayudas directas del gobierno estadounidense ya consignadas supra, pero quizá estemos ante un iceberg del que sólo percibimos la punta y el parasitismo económico israelí sea mucho mayor del que puede probarse mediante documentos de dominio público. En cualquier caso, conviene hacer mención del sistema mediante el cual recauda Israel más y más dinero del contribuyente estadounidense:
Es probable que los miembros de a pie de los sindicatos se extrañen de que sus fondos de pensión se inviertan en Bonos de Israel con índices de rentabilidad más bajos de lo normal y altos riesgos. A pesar de la baja calidad de inversión de los Bonos de Israel, algunos de los más grandes sindicatos estadounidenses, así como los fondos de pensión de los empleados e importantes empresas multinacionales han prestado colectivamente miles de millones de dólares al régimen de Israel. En todos los casos, las decisiones para comprar bonos de gobierno extranjeros las tomaron los jefes de los sindicatos y los directores de fondos de las empresas sin consultar a los socios o a los accionistas (op. cit., pp. 47-48).
Los dirigentes sindicales y empresariales que perpetran dichos abusos son judíos sionistas. Por ejemplo, Nathan Zirkin, director financiero del Sindicato de Trabajadores de Comercios Minoristas, Mayoristas y Grandes Almacenes. Cuando le preguntaron a Zirkin si seguiría comprando esos bonos a pesar de la brutal represión israelí del pueblo palestino, respondió: «Por supuesto. Los palestinos no tenían absolutamente nada hasta la llegada de Israel» (nota 55: Russel Mokkiber, «Bonds of affection», Multinational Monitor, 1998 [multinationalmonitor.org]). Por si fuera poco,
La Mafia controla e influye a muchos de los sindicatos que compran Bonos israelíes. El Sindicato Internacional de Tronquistas es el máximo comprador de Bonos israelíes. Además, es el sindicato que más altos funcionarios ha visto acusados por sus lazos con la Mafia, usos ilícitos de fondos sindicales y robo masivo de fondos de pensión de los socios. En este caso, los mafiosos del sindicato compaban propaganda favorable de los medios de comunicación, así como el apoyo de las organizaciones judías «respetables» por medio de Bonos de Israel (op. cit., p. 48).
Otro ejemplo de cómo funciona la red sionista para la financiación del Estado de Israel es el Sindicato Internacional de Trabajadoras de Ropa Femenina (antes ILGWU, ahora UNITE):
Se trata de un sindicato cuyos trabajadores son en un 95% negros, hispanos y chinos, la mayoría de los cuales ganan el salario mínimo e incluso menos. La dirección y el personal de UNITE son en una aplastante mayoría judíos y ganan entre 100 mil y 350 mil dólares al año más dietas. Debido a que se canalizan más de 25 millones de dólares de fondos de pensión a Israel, los trabajadores estadounidenses carecen de acceso a los préstamos para comprarse una vivienda, a los servicios sociales o a la defensa legal, entre otros. Claramente, los jefes de los sindicatos judíos [debería traducir «los jefes judíos de los sindicatos»] tienen una mayor afinidad con el Estado de Israel y su opresión a los trabajadores palestinos que la que tienen con sus propios trabajadores mal organizados, los cuales presentan algunas de las peores condiciones de trabajo de los Estados Unidos (op. cit., p. 48).
Las fuentes de la información publicada por Petras en este punto, aparecen en las notas 54, 55 y 56 de su obra y no la reproducimos aquí para no abusar más de las citas. La influencia mafiosa de los judíos en los sindicatos impregna el mundo laboral estadounidense:
Con el apoyo de los jefes de los sindicatos corrompidos por la influencia de la Mafia, los empresarios que se encargan de los Bonos israelíes han vendido inmensas participaciones a 1500 organizaciones laborales con un tipo de interés por debajo del de otros bonos disponibles y más bajo aún de lo que muchos inversores esperarían de los préstamos a un gobierno extranjero con problemas económicos como es Israel. El 22 de marzo de 2002, el semanal judío Forward puso números a dicha cantidad, citando al director de la Comisión Nacional de Empleo de Israel: «La comunidad laboral estadounidense tiene 5 mil millones de dólares en Bonos israelíes». / Hay muchos factores que explican por qué los jefes de los sindicatos estadounidenses canalizaron los fondos de pensión de sus socios y las cuotas del sindicato en Bonos israelíes. El primer factor es la protección política y el decoro asociado a estar unidos a Israel y sus lobbistas, factor de especial importancia para los funcionarios corruptos y relacionados con la Mafia. El segundo factor tiene que ver con los lazos ideológicos y étnicos entre los líderes de los sindicatos judíos e Israel [debería traducir: entre los líderes judíos de los sindicatos e Israel] (op. cit., pp. 48-49).
En la actualidad, Israel ya no necesita de los bonos ni de las contribuciones directas del gobierno de los EEUU para su supervivencia económica, y aunque sigue recibiendo un importantísimo apoyo militar, tanto tecnológico cuanto económico, puede afirmarse que el Estado judío vuela ya, bajo el amparo de los todopoderosos EEUU, pero solo. Su riqueza y poder se asientan empero, conviene recordarlo, no en el mérito y mucho menos en el milagro, sino en un genocidio palestino impune y un siglo de parasitismo económico, político y cultural de los EEUU y de Alemania.
Otras fuentes sobre la financiación estadounidense de Israel:
La multimillonaria ayuda de EEUU a Israel.-BBC News Mundo. (2015)
CUANDO EL «IMPERIO» PAGA TRIBUTO AL «VASALLO» REGIONAL
La idea progre y «marxista» de que Israel es el «portaaviones» de EEUU en Oriente Medio no se sostiene. Si así fuera, Israel sería una entidad política subordinada a Washington y pagaría tributo al imperio, pero ocurre exactamente al revés:
A diferencia de la relación de Washington con la Unión Europea, Japón y Oceanía, es Israel quien presiona y garantiza una inmensa transferencia de recursos financieros (2,8 mil millones de dólares por año, es decir, 84 mil millones en 30 años). Israel consigue la transferencia de la última tecnología y armamento; la entrada sin restricciones en los mercados estadounidenses; la libre entrada de inmigrantes; el apoyo incondicional de los Estados Unidos en caso de guerra o represión al pueblo colonizado, así como también el veto estadounidense contra cualquier resolución crítica de las Naciones Unidas. / Desde el punto de vista de las relaciones interestatales, es la potencia menor regional la que exige tributo al Imperio, hecho que es único y cuanto menos paradójico (op. cit., pp. 33-34).
La explicación de James Petras a esta «anomalía» es el lobby, pero el poder del lobby sigue siendo un misterio. Que una minoría del 2% controle todo el país, la primera potencia mundial, debe ser también explicado y el lobby no es la respuesta, sino la pregunta. ¿Cómo es posible que este lobby ostente desvergonzadamente tanto poder?
El poder de los PACs del lobby judío se basa en la alta proporción de familias judías que figuran entre las más ricas de Estados Unidos. Según la revista «Forbes», entre un 25 y un 30% de los multimillonarios y mil millonarios de EEUU son judíos. Si a esto añadimos las contribuciones al lobby por parte de los mil millonarios judío-canadienses con activos por valor de más del 30% de la Bolsa canadiense, podemos hacernos una idea del alcance (op. cit., p. 16).
Pero un 30% de los oligarcas, aunque sea sin duda un factor importantísimo para explicar el poder del lobby, resulta insuficiente, siendo así que el 70% de los multimillonarios y millonarios de EEUU no serían judíos. Es decir, si la mayoría de los oligarcas estadonidenses quisieran, el poder del lobby judío no convertiría a la primera potencia mundial en marioneta de un Estado regional que en 2007 tenía un PIB que era poco más que la mitad que el de Cataluña. Aquí falta una pieza heurística y, a nuestro juicio, la respuesta es doble: 1/ la ideología del Holocausto, que convierte a todo crítico del sionismo y, ya no digamos, del judaísmo, en sospechoso de nazismo, es decir, del «mal absoluto», con lo cual el victimismo judío equivale a un arma de exterminio impune de los palestinos, pero también de cualesquiera pueblos, grupos o personas que se osen cuestionar las pretensiones racistas, supremacistas y genocidas del Estado de Israel y el sionismo internacional; 2/ el cristianismo como fenómeno característico de la sociedad estadounidense, en la cual la Biblia y la fe ocupan un lugar social central y millones de creyentes cristianos, sobre todo fundamentalistas evangélicos de derecha, se postran ante el «pueblo escogido» e Israel como signos anunciadores de la segunda venida de Cristo.
LA GUERRA DE UCRANIA E ISRAEL
El poder del lobby judío, la ideología del Holocausto y el cristianismo bíblico estadounidense como fenómeno social de masas explican la dominación sionista en EEUU, pero sólo a través de EEUU el poder sionista se transforma en un poder a escala mundial. Si los sionistas dominaran, pongamos por caso, sólo Canadá, dicha hegemonía planetaria no sería posible. De ahí que en todas las decisiones y políticas de EEUU debamos preguntarnos razonablemente qué intereses sionistas buscan satisfacción.
Putin acusa a EE.UU. de ser un «parásito» de las finanzas mundiales
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, criticó en duros términos la política financiera de Estados Unidos y señaló que Washington se comporta «como un parásito» del mundo internacional de las finanzas.
Según afirmó en un campamento de jóvenes seguidores del Kremlin, en un discurso pronunciado este lunes y publicado hoy, el lugar monopólico que ocupa el dólar estadounidense hace tambalear toda la economía mundial.
Putin subrayó que es hora de que exista una alternativa al dólar. Y, según opinó, la alternativa podría ser «un euro fuerte». El premier aprovechó la oportunidad además para dejar abierta una posible candidatura a la presidencia de 2012, cuando faltan siete meses para las elecciones.
Vladimir Putin no mencionó al Estado de Israel ni, por supuesto, a la comunidad judía, con la que intenta mantener una relación amistosa para no ser acusado de nazi. Un estigma políticamente mortal en un país cuyo imaginario social actual y prestigio histórico dependen de su victoria en la Gran Guerra Patria contra el Tercer Reich. Pero alguien como Putin no puede ignorar que quienes dirigen la política y la economía estadounidense son sionistas. Y que quizá debe de haber, por tanto, una relación entre los actuales hechos en Ucrania y los acaecidos en Siria en 2013, cuando Rusia jugó un papel decisivo para frustrar los planes sionistas de derrocamiento del régimen nacionalsocialista Baas de Bashar El-Assad. Putin, que fomenta el nacionalismo cristiano ruso, no se encuentra empero en una posición ideológica demasiado cómoda al respecto. Su principal ideólogo, Alexander Dugin, es un sionista cristiano de la misma calaña que Steve Bannon. Por lo cual no cabe descartar una segunda opción interpretativa, a saber, que el verdadero objeto de la guerra de Ucrania no sea el que aparenta ser, sino el restablecimiento del orden de Yalta con una Europa débil, endeudada y cada vez más empobrecida dividida políticamente entre el polo sionista estadounidense y el polo sionista ruso. Una Europa nacionalsocialista aliada de Rusia y los países árabes (laicos) sería el peor escenario posible para la oligarquía sionista. Por eso, anticipando esta horrenda (para ellos) situación histórica, se han dedicado durante décadas a envenenar de antemano dicha posibilidad promoviendo el islamismo radical y enfrentando a los europeos primero con los árabes y ahora con los rusos. La validez de la interpretación-Siria o de la interpretación-Yalta para comprender los hechos de Ucrania se clarificará en breve con el desarrollo de los acontecimientos. Que Putin haya podido estar barajando varias opciones e intentado, en vano, una alianza con la UE para una Gran Europa —y singularmente un pacto con Alemania—, lo prueban circunstancias perfectamente acreditadas, a saber: el proyecto de gaseoducto Nord Stream 2 y la propuesta de un «euro fuerte» capaz de sustituir al dólar como moneda de reserva mundial. Alianza entre Rusia y Alemania. EEUU se opone al proyecto de gaseoducto Nord Stream 2.
Este ideal de una Gran Europa (UE + Rusia) es, empero, geopolíticamente incompatible con los intereses del Estado de Israel y el sionismo internacional, que habrían promovido la restauración del orden de Yalta. Las ridículas pseudo teorías de la conspiración que difunden los antisemitas cristianos operan así como una pantalla protectora de la verdadera conspiración, en la cual el papel esencial está reservado precisamente, como hemos visto, a los sionistas cristianos. Dichas pseudo teorías desacreditan de antemano todas las teorías racionales de la conspiración, que caen en el mismo saco que el terraplanismo, el negacionismo vírico, la masonería satánica (Léo Taxil), Bar España, Q’Anon, Expediente Royuela y otras mamarrachadas similares de cuño bíblico. Alarman las teorías de la conspiración antisemitas entorno al ataque ruso a Ucrania. Mezclada con ellas, la teoría racional de la conspiración (James Petras, Johan Galtung, Alison Weir, Max Weber, entre otros autores) queda disuelta entre semejante cúmulo de despropósitos y completamente desprestigiada.
Pero ésta no es la única aportación de los cristianos al dominio sionista mundial, porque resulta que, como hemos visto, sin sionistas cristianos, básicamente fundamentalistas evangélicos de derecha, la minoría sionista judía no podría controlar la política estadounidense como espada militar y económica al servicio de Israel. La extraña alianza entre Israel y la derecha cristiana de EEUU. De ahí la importancia, para la supervivencia de Europa, de una ruptura con el cristianismo y, por ende, con todas las formas de derechismo, siendo así que las derechas occidentales, con la sola excepción de la Nouvelle Droite de Alain de Benoist, se nutren ideológicamente del cristianismo y están abocadas a la servitud sionista. Los patriotas europeos deben, pues, elegir: o Europa o el cristianismo.
Quien quiera oír, oiga.
Jaume Farrerons
Figueres, la Marca Hispànica, 24 de abril de 2022.
DENTRO DE CADA CRISTIANO HAY UN JUDÍO O EL SIONISMO EN LA DOCTRINA CATÓLICA
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