Hasta el momento las informaciones mediáticas sobre el Brexit muestran una absoluta incompetencia a la hora de interpretar los hechos. O bien los periodistas saben muy bien aquello que deben callar para conservar el puesto de trabajo o simplemente «no se enteran» y encuéntranse completamente desorientados, con lo cual ya ni siquiera es menester el habitual recurso a la autocensura. (En la foto, el conservador Boris Johnson, uno de los promotores del Brexit expresando su sumisión sionista cristiana al Estado de Israel).

LA CITY DE LONDRES

La clave del asunto estriba en que Inglaterra y, singularmente, la City de Londres, constituye, junto a Wall Street y otros lugares «sagrados», uno de los santuarios de la oligarquía occidental. Es sujeto, no objeto, a diferencia de Europa, zona de ocupación (no-soberana) donde los oligarcas tienen previsto desencadenar una auténtica guerra civil durante los próximos años.

La llegada de inmigrantes islámicos va, por tanto, a continuar, porque la islamofobia será necesaria para que el europeo medio «comprenda» e incluso «apruebe» el genocidio palestino y el consecuente expansionismo israelí «hasta el Nilo y el Éufrates». Inglaterra no quiere, sin embargo, a esos inmigrantes, pues «sabe» perfectamente lo que significan.

De suerte que la isla tiene que quedar al margen de semejante escenario apocalíptico, siendo así que las élites inglesas cuéntanse entre los principales socios sionistas de la extrema derecha judía desde hace décadas. En realidad, fueron británicos los inventores del sionismo contemporáneo, mientras que el continente, cuna del fascismo y del nacionalsocialismo, ha sido condenado a la destrucción por sus pecados contra el «pueblo elegido».

La oligarquía no manipula la historia, más bien la produce, dato que acostumbra a pasarse por alto en las historietas sobre conspiraciones y logias masónicas que circulan en la red bajo el dudoso concepto de contra-periodismo.

LA EXTREMA DERECHA ISLAMÓFOBA

La oligarquía de la City de Londres promueve, dicho sea brevemente, la inmigración y maneja a la par los hilos de los correspondientes atentados yihadistas de falsa bandera a través de su sucursal títere en la Casa de Saud (Arabia Saudita).

La oligarquía, por otro lado, va a seguir también promoviendo a la extrema derecha islamófoba, pues una estrategia no te funciona sin la otra si lo que buscas es precisamente la fractura social y el enfrentamiento bélico. Ahora bien, cuando los ultras hayan representado su triste papel de payasos, se convertirán en la coartada perfecta para la destrucción de una presunta Europa neonazi -el alucinado IV Reich- con capital en Berlín. Obsérvese, en este sentido, la ambigüedad de figuras como Breivik, acusado de nazi a pesar de su currículo islamófobo y pro-israelí, pero autor de un atentado que castigó brutalmente a Noruega en represalia por sus posturas pro-palestinas. También el terrorista que atentó contra la diputada anti-Brexit muestra un perfil similar, que se irá generalizando cada vez más como forma de cometer toda suerte de atrocidades contra los inmigrantes árabes sin que el imaginario antifascista y hebreo-céntrico de Hollywood quede afectado para las grandes masas adocenadas de borregos europeos.

HACIA LA CATÁSTROFE

Todo ello sucede en medio de una Europa empobrecida, desmoralizada, dividida y sometida al imperio de los mercados financieros y del neoliberalismo introducido en Europa precisamente por el Reino Unido, es decir, por la propia oligarquía sionista.

El canal de la Mancha tiene, en definitiva, que ensancharse mucho para separar a los elegidos de los condenados, a la Nueva Jerusalén de las nuevas Sodoma y Gomorra diabólicas.

Europa es un lugar maldito en cuyo territorio consúmase el verdadero final de la Segunda Guerra Mundial con la confirmación de algunas de las supuestas paranoias de Hitler. Los ingleses, como es natural, quieren repetir del lado de Winston Churchill y disfrutar, al mismo tiempo, de todas las ventajas del racismo reservadas a los ultraderechistas judíos. Les ha sido concedido el deseo. El catalanismo, a pesar de los esfuerzos de la señora Rahola, sólo aspira a ello.

Jaume Farrerons
Publicado en Izquierda Nacional de los Trabajadores INTRA Figueres
1 de julio de 2016

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