SESENTA AÑOS HA NECESITADO LA ORGANIZACIÓN HUMANITARIA PARA ADMITIR LO OBVIO. Los grandes medios de comunicación, casi todos ellos de propiedad judía, omiten el vocablo crimen contra la humanidad en sus titulares y utilizan el anglicismo apartheid para referirse a las devastadoras conclusiones inscritas en el título del informe. De hecho, AI ha eludido, a su vez, la palabra genocidio, que identifica de forma rigurosa y jurídicamente exacta las fechorías demográficas perpetradas por el Estado sionista desde su fundación en 1948. Quizá Amnistía necesite otros sesenta años para informar la evidencia de que Israel practica tanto la limpieza étnica cuanto el exterminio sistemático de la población palestina. Se trata de un conjunto de políticas perpetradas por un Estado armado hasta los dientes, que opera de forma planificada e intencional con el fin de erradicar a un grupo nacional. Véase el Convenio de 9 de diciembre de 1948 para la prevención y sanción del delito de genocidio.  Dichas tropelías incluyen: 1/ matar a miembros del grupo palestino; 2./ causar graves daños corporales o mentales a miembros del grupo palestino; 3/ infligir deliberadamente condiciones de vida calculadas para provocar la destrucción física total o parcial del grupo palestino; 4/ imponer medidas destinadas a impedir los nacimientos del grupo palestino; 5/ trasladar forzosamente a los niños del grupo palestino. Todas estas pautas de conducta estatales tipifican de delito de genocidio y quedan perfectamente documentadas en el informe de Amnistía Internacional sobre el Estado de Israel.  Pero AI elude concluir lógicamente la subsunción de los hechos en el tipo penal. Por su parte, las autoridades israelíes han ignorado los hechos —que ni se molestan en refutar— y acusado de antisemitismo a la ONG Premio Nobel de la Paz. La imputación de antisemitismo ha quedado como tal profundamente devaluada. Este hecho apunta a un fenómeno mucho más profundo, a saber, la ideología racista, supremacista y genocida enquistada en el meollo de la religión judaica del pueblo escogido, cuya secularización política conocemos como sionismo. Su relación con la historia de la Segunda Guerra Mundial nos traslada de Palestina a Europa. En efecto, Israel puede perpetrar impunemente sus horrendos delitos sólo porque el relato oficial sobre «el Holocausto»  la exonera por anticipado de cualquier crimen que pueda cometer. Dicha narración se ha convertido en condición de posibilidad de un genocidio y representa, por tanto, en sí misma, un crimen de odio

UN SOCIÓLOGO DE FAMA MUNDIAL AFIRMA QUE LOS JUDÍOS CONTROLAN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

LAS MENTIRAS DE LA PRENSA

Las presstitutas omiten el término crimen contra la humanidad en los titulares y lo sustituyen por el anglicismo apartheid, cuya inocuidad social y política resulta patente. Los medios de comunicación, como era de esperar, hacen hasbara, en este caso por omisión. AI hace también hasbara por omisión y este hecho únicamente sorprenderá a quienes desconozcan cómo se las gasta dicha logia masónica detestable. A consecuencia de todos estos recortes semánticos cuya intencionalidad criminal no puede ignorarseuna acusación de genocidio queda reducida ante los ojos de la opinión pública a una condena jurídica por ciertas «técnicas de apartheid«, muy lejos del vocablo mal absoluto con que se califica a Hitler.

«El Mundo»: Amnistía Internacional acusa a Israel de «apartheid» contra los palestinos.

«France 24»: Amnistía Internacional acusa a Israel de ejecutar un “apartheid” contra los palestinos.

«CNN»: Amnistía Internacional acusa a Israel de apartheid por trato a los palestinos, provocando una fuerte respuesta.

«BBC»: El informe en el que Amnistía Internacional acusa a Israel de apartheid contra los palestinos (y que Tel Aviv rechaza).

«El País»: Amnistía Internacional califica a Israel de Estado de ‘apartheid’.

«La Vanguardia»: Amnistía acusa a Israel de imponer un apartheid a los palestinos.

«La Razón»: Amnistía Internacional acusa a Israel de imponer un “apartheid” a los palestinos.

«ABC»: Amnistía Internacional denuncia el crimen de apartheid de Israel con los palestinos.

«El Periódico»: Amnistía Internacional acusa a Israel de imponer a los palestinos un régimen de ‘apartheid’.

Los ejemplos podrían multiplicarse. La prensa no «miente»: es cierto que AI acusa a Israel de constituir un Estado de apartheid, pero al elegir ciertos titulares promueve una percepción selectiva donde la enormidad del «crimen contra la humanidad», que sin embargo sí aparece en el titular del informe de AI, se ha volatilizado. En otro artículo examinaremos la reacción del Estado de Israel y de los medios sionistas más afines a sus políticas genocidas.

Descargarse el texto original del informe en inglés.

EL JUDAÍSMO COMO IDEOLOGÍA RACISTA, SUPREMACISTA Y GENOCIDA (1). GENOCIDIO

ISRAEL, EL HOLOCAUSTO Y EL FASCISMO

El Estado de Israel fue instituido como medida preventiva/disuasoria y reparación de daños por el antisemitismo secular pero, singularmente, por la Shoah. Israel disfruta de una suerte de patente de corso jurídica, política y moral que depende de la validez de un determinado relato donde Adolf Hitler, Alemania y el fascismo representan el papel de mal absoluto. Y los judíos, de seres angélicos cuya persecución resulta «inexplicable».

A día de hoy, empero, ha quedado en evidencia cuál es la función de la propaganda sobre el holocausto  en cuanto requisito ideológico para la comisión, justificación, impunidad u ocultación de determinados delitos de masas que vulneran todos los códigos humanitarios habidos y por haber. ¡Un relato que es la condición necesaria y que, por ende, hace posibles esos delitos! De ahí que la narración oficial de «el Holocausto» háyase incorporado a aquéllo que Norman Finkelstein denomina «la ideología del Holocausto» y ésta permanezca blindada por ley, de tal suerte que no pueda ser criticada, cuestionada, revisada o mero objeto de dudas sin que el temerario Sócrates de turno sea objeto de ostracismo social, sanción jurídica o incluso castigo penal. Los criminales sionistas podrán, como consecuencia del informe de AI, ser más explícitos y estigmatizar con el signo satánico de nazi a quienquiera que cuestione sus hazañas bíblicas. También Amnistía Internacional será ahora hitleriana y el fraude moral de dimensiones cósmicas en que vivimos desde el final de la Segunda Guerra Mundial resultará más evidente. Cada víctima de Israel, cada niño palestino asesinado por el Estado sionista, nos permitirá contemplar la figura de Adolf Hitler con mayor nitidez.  

Figueres, la Marca Hispànica, 3 de febrero de 2021.

EL JUDAÍSMO COMO IDEOLOGÍA RACISTA, SUPREMACISTA Y GENOCIDA (2). SUPREMACISMO

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